El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha respondido este sábado a la ofensiva contra la política migratoria del Ejecutivo que desde hace semanas han puesto en marcha tanto el líder del PP, Pablo Casado, como el de Ciudadanos, Albert Rivera. A sus permanentes ataques atribuyendo a Sánchez la responsabilidad de una llegada “masiva” de inmigrantes, a la que han unido una campaña de miedo sobre una incontrastada merma de la seguridad ciudadana, el dirigente socialista ha contrapuesto un acuerdo contra el racismo y por la cooperación en materia migratoria con la dirigente más poderosa de la Unión Europea, la canciller alemana, Angela Merkel.
“Exigimos al Gobierno de Pedro Sánchez que asuma definitivamente la política migratoria del PP y abandone la política de 'papeles para todos'”, volvía a asegurar este mismo sábado a través de un mensaje en su cuenta de Twitter la portavoz de los conservadores en el Congreso de los Diputados, Dolors Montserrat. “España no puede asumir un flujo migratorio descontrolado. Lamentamos que el Gobierno socialista haya tardado tanto en reconocer la gravedad de la crisis migratoria a pesar de los datos que demuestran el incremento de entradas de inmigrantes en nuestro país”, añadía.
La semana pasada, Rivera aseguraba que “los flujos migratorios son el principal problema de España este verano”. Ciudadanos ve un “efecto llamada” debido a dos causas: el cierre de los puertos italianos y “el gesto del nuevo gobierno” acogiendo a inmigrantes y refugiados como los llegados en el buque Aquarius. “No me parece decente que el gobierno diga una cosa en el puerto de Valencia pero luego aquí en Ceuta no esté ni se le espere”, decía durante su visita a la valla de la ciudad autónoma donde se fotografió con las autoridades policiales de la frontera.
Sin embargo, tras estas nuevas críticas, Sánchez escenificaba su alianza con Merkel, hermana ideológica del PP en Alemania, durante la visita de ésta a la residencia de verano del presidente del Gobierno en el Parque Nacional de Doñana. A ambos se les ha preguntado precisamente por si consideraban que el giro de los discursos sobre inmigración emprendido por los conservadores y Ciudadanos podría acrecentar la xenofobia en España.
La lacra de la UE
“La Unión Europea se fundamenta en valores como el respeto a la dignidad humana y tiene que huir del racismo que no sólo se opone a esos valores, sino que supone un freno al progreso común”, sostenía la canciller alemana. “Las tendencias racistas que vemos, lamentablemente, en todos los estados miembros, es algo contra lo que tenemos que luchar”, añadía.
Sánchez, y Merkel apostaban por que la Unión Europea intensifique de forma conjunta la cooperación con los países de África para hacer frente a la crisis migratoria y, en concreto, se han comprometido a aumentar el apoyo a Marruecos y Túnez. Han defendido, además, “el control de fronteras y de la acogida humanitaria”. “Si queremos hablar sobre cómo ordenar los flujos migratorios, lo tenemos que hacer desde posiciones compartidas y desde un punto de vista mucho más transversal”, apuntaba Sánchez. A su lado, Merkel asentía.
Ambos líderes escenificaban así la “buenísima sintonía” que existe entre ellos, según explican fuentes de Moncloa. Los dos consideran necesario “reforzar” el marco europeo ante el auge del populismo, el euroescepticismo y la xenofobia que afecta prácticamente a los 27 países de la UE. Están convencidos, además, de que “es el marco ideal para la solución de los problemas de calado” que afectan al continente.
Dirigiéndose directamente a PP y Ciudadanos, Sánchez les ha pedido “que hagan oposición al Gobierno pero no al Estado” en materia de inmigración o de terrorismo.