España se encamina a la tercera prórroga del estado de alarma que supone que el país seguirá en situación de excepcionalidad al menos hasta el 10 de mayo, pero Gobierno, organizaciones internacionales y una gran variedad de expertos ya advierten de que no será solo hasta entonces, que la normalidad tardará mucho en llegar. El confinamiento seguirá en España más tiempo, aunque se irá “modulando”. Pedro Sánchez analiza ya las recomendaciones que le han hecho llegar los distintos grupos de especialistas convocados por el Ejecutivo para estudiar la desescalada con la presión de administraciones públicas y también grupos políticos para que se levanten algunas restricciones y se permita, por ejemplo, que los niños puedan dar paseos o que se pueda hacer algo de ejercicio en el exterior. Otros apuestan por que el desconfinamiento sea territorializado.
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El Gobierno está analizando “estos días” en qué condiciones se mantiene el confinamiento. La decisión se tomará en base a las recomendaciones que le hacen llegar los expertos. Sánchez ha designado un 'comité de desescalada' que dirige Teresa Ribera y en el que participan varios ministros así como el Instituto de Salud Carlos III. “Ese grupo irá analizando informes de expertos y proponiendo decisiones”, señalan fuentes gubernamentales, que explican que las primeras restricciones “no necesariamente” tienen que esperar al estudio de seroprevalencia –que aún tardará varias semanas en estar listo– para ser levantadas.
El Gobierno maneja desde hace semanas que sean los niños los primeros que puedan salir –acompañados de un progenitor– a dar un paseo así como la flexibilización para que se permita hacer ejercicio físico en el exterior. No obstante, hay miembros del Gobierno que son partidarios de mantener en esta nueva prórroga del estado de alarma el mismo grado de confinamiento dado que el número de contagios y fallecidos sigue siendo elevado, a pesar de que las cifras ya reflejan los días de paralización total de la actividad económica no esencial a través del permiso retribuido recuperable. El ritmo de contagiosidad ha pasado, no obstante, del 25,1% de la semana del 20 de marzo a situarse a día de hoy en un 2,6%. “Aunque las cifras de contagios y de fallecidos se han estancado, no son aceptables”, señalan las fuentes gubernamentales que se oponen a flexibilizar el confinamiento. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, también enfrió esa posibilidad el lunes al defender que se debe “mantener el confinamiento de los niños porque son un vector de transmisión” de la enfermedad.
“Los niños están muy presentes en nuestras decisiones y análisis. Vamos a actuar con máxima prudencia y cautela”, insistió este viernes. Precisamente con ese fin, el Ministerio de Sanidad encargó a un grupo de expertos en infancia –integrado por psicólogos o pediatras– un informe sobre cómo se debería proceder con los niños. El texto ya están en manos de Illa, que siempre ha reiterado que tendría que actuarse con “prudencia y cautela”. Por su parte, el responsable del Centro de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, reconoció que esa medida se podría adoptar cuando existieran garantías de control: “Es una medida que puede beneficiar a todos si se toma correctamente y, para implementarla, se controlan los excesos y abusos. No se puede hacer de manera improvisada”.
El responsable del grupo de expertos, José Luis Pereira, que ya ha entregado el informe al ministerio, sostiene que el Gobierno trabaja para que los niños puedan salir “cuanto antes”, pero de forma “segura” y en periodos determinados de tiempo para pasear, es decir, que en el corto plazo no volverán a los parques y jardines infantiles. “Deben respetarse las distancias de seguridad, no estar en contacto con mobiliario urbano y acudir con un adulto que se responsabilice de que esa salida se hace de forma adecuada”, explicaba en una entrevista en El País en la que apuntaba a la recomendación de que los menores usen mascarillas adaptadas a su edad.
La Asociación Española de Pediatría se ha mostrado partidaria de mantener el confinamiento de los menores en los mismos términos que en la población adulta: “Es prudente y deseable que mientras la autoridad sanitaria mantenga el confinamiento propuesto para frenar la pandemia, la población infanto-juvenil lo cumpla al igual que el resto de los ciudadanos”. En un comunicado, también proponía que, una vez que se levante el confinamiento, se realice “un desescalamiento progresivo con salidas acompañadas” para mantener “el distanciamiento social y las medidas de higiene”. Remataba subrayando que los menores “corren el mismo riesgo de infectarse de COVID-19”, pero que, “al cursar habitualmente de manera asintomática hay que considerar el riesgo de que puedan ser transmisores silentes”.
Catalunya y Euskadi: paseos a partir del 26 de abril
La reivindicación de que los niños puedan dar pequeños paseos es una de las más extendidas entre las fuerzas políticas y las comunidades autónomas. Catalunya y Euskadi aprovechan la nueva prórroga del estado de alarma para presionar al Gobierno para que autorice esas salidas controladas. La Generalitat catalana gobernada por Quim Torra (JxCat) ha anunciado que está trabajando para que los niños puedan salir a la calle puntualmente dentro de diez días. El Departament de Salut catalán considera que este viernes se ha superado el pico de contagios y de máxima presión del sistema hospitalario –aunque no necesariamente de fallecimientos–, y que puede activarse una segunda fase de desconfinamiento a partir del día 26 de abril. En esa nueva etapa se permitirían las salidas parciales a los niños, y los a adultos bajo ciertas condiciones, como realizar actividad deportiva individual, informa Arturo Puente.
El lehendakari Íñigo Urkullu (PNV) ha explicado que planea pedir al Gobierno que se adopte esta licencia para menores a la que ha añadido el visto bueno para practicar deporte al aire libre individualmente. Tras esos movimientos, el ministro de Sanidad ha atribuido esas posiciones a las propuestas que han enviado las comunidades a instancias del Gobierno y ha asegurado que serán estudiadas; pero ha dejado claro que será el Ejecutivo de Sánchez el que tomará la decisión y ha recordado que “no estamos en fase de desescalada”.
Otra de las reclamaciones que llega de administraciones autonómicas y locales es que el desconfinamiento sea territorializado, es decir, que el levantamiento de restricciones y las medidas que se vayan adoptado no sean homogéneas en toda España como hasta ahora –salvo excepciones en algunas localidades con importantes focos del virus–. “A eso yo no le vería mayor problema y tiene sentido por la heterogeneidad del país tanto desde el punto de vista epidemiológico como social. Las comunidades consideran que se pueden hacer acciones, no cada uno por su cuenta sino coordinadas con el Gobierno, porque creen que el contexto epidemiológico y social permite hacer cosas distintas y en tiempo distintos”, valora el portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y exdirector general de la materia, Ildefonso Hernández.
Un desconfinamiento “con acento diferenciado”
En ese sentido, los gobiernos de Canarias y Baleares –ambos liderados por socialistas– han mantenido encuentros bilaterales para reclamar un tratamiento específico para los archipiélagos. Sus presidentes creen que se tiene que tener en cuenta su especial idiosincrasia y por eso reclaman, por ejemplo, que los puertos y aeropuertos permanezcan cerrados más allá de lo que se estipule en el resto del país. Sin embargo, consideran que se podría flexibilizar el confinamiento con un ritmo distinto a otros lugares. El Gobierno balear aduce que no ha tenido riesgo de colapso en las UCI y en el caso canario, no se han registrado contagios en La Graciosa, donde la población permanece igualmente confinada; en el Hierro uno y hace más de 32 días, y en la Gomera el último fue el 23 de marzo.
“Planteamos poder empezar a reabrir internamente de forma gradual y con mucha protección al ritmo que responda el control de la enfermedad, que no tiene nada que ver con Madrid. Y a la vez controlar mucho las entradas de fuera: por esto el cierre de puertos y aeropuertos y sobre todo que podamos mantener los controles sanitarios que estamos haciendo”, señalan desde el Ejecutivo de Francina Armengol. Ángel Víctor Torres ofreció, por ejemplo, que Canarias sea un 'laboratorio de la desescalada' aprovechando la insularidad.
También líderes autonómicos o locales exigen que la salida del confinamiento sea diferente en el mundo rural respecto a las grandes urbes. Presidentes autonómicos como Ximo Puig, Emiliano García-Page o Javier Lambán lo han defendido en sus conversaciones con Sánchez. El valenciano lo ha llamado desescalada con “acento diferenciado” y, aunque ha hablado de que hubiera unas condiciones homogéneas, también ha defendido que se atendiera a un criterio geográfico “porque la pandemia no actúa igual en todos los territorios”, pero también según edades y sectores económicos.
El Gobierno analizará el desconfinamiento por zonas
El aragonés expuso en la videoconferencia del pasado domingo que la España rural tiene una “salida más fácil” al no tener “aglomeraciones” en lugares como el transporte público. “El momento ideal será diferente zona por zona, provincia por provincia, para que esa reentrada en la normalidad sea también lo más ordenada y segura posible”, expresó el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea.
“Yo no veo que estas propuestas respondan a un enfrentamiento político, aparte de aquellas comunidades que quieran tenerlo”, reflexiona Ildefonso Hernández. Lo cierto es que el único ejemplo de proceso de desescalada avanzado en todo el mundo es el de China. Allí, el levantamiento de las restricciones se ha realizado por provincias y según sectores económicos dependiendo de cómo de afectada estuviera cada zona. La provincia de Hubei pudo conectarse con el resto del país el 25 de marzo, pero la ciudad epicentro del brote, Wuhan, no acabó el confinamiento estricto hasta el 8 de abril.
“Si las cosas se ven con perspectiva de Estado, de un estado que coordina las acciones y se ven en positivo, coordinadas por el Gobierno, no creo que sea problemático”, resume Ildefonso Hernández. “Se trata de ir viendo cómo podemos ir hacia delante de manera creativa e innovadora y cómo podemos ir adaptando a la población cuanto antes a la nueva situación y dar una perspectiva de salida para no caer en la desesperación, porque empieza a ser largo. Lo lógico es que se vea de una forma positiva”, remata.
Hasta ahora Moncloa siempre se ha mostrado partidaria de mantener el mismo nivel de confinamiento en toda España. “Aquí lo mejor fue plantear las medidas para toda España, y no para ninguna comunidad o región en concreto”, expresó José Luis Ábalos en una entrevista en eldiario.es. Conservar esa homogeneidad ha sido hasta ahora la línea de actuación defendida por el Gobierno, pero el ministro de Sanidad abrió la puerta a estudiar una desescalada territorializada. “Vamos a ver si es posible”, respondió en su comparecencia en el Congreso.