La comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso este miércoles se había solicitado para hablar del acuerdo con Marruecos y del último Consejo Europeo, pero más allá de la intervención inicial del presidente se ha copado de diversos asuntos que han ido desde la guerra en Ucrania y la OTAN hasta la revalorización de las pensiones. Una miscelánea de temas, como suele ocurrir en estas ocasiones, que ha llevado a Sánchez a defender una vez más a la coalición ante las acusaciones por su división interna que han llegado especialmente del PP y Ciudadanos. “Sobre la unidad, lo importante es lo que está haciendo el Gobierno con 150 escaños”, ha reivindicado menos de 24 horas después de que los partidos que sustentan al Ejecutivo volvieran a dividirse en votaciones importantes en el Parlamento.
“Ahí es donde está el Gobierno, en una unidad de acción, en una cohesión en los objetivos primordiales que es proteger a las familias”, ha expresado Sánchez en su respuesta a los grupos parlamentarios en la que ha comparado la estabilidad de su gobierno con el de los bipartitos de PP y Ciudadanos que se han roto en la Comunidad de Madrid, Castilla y León o Andalucía. “Depende de con quién nos comparemos”, ha expresado. Pero sí ha lanzado un recado a Unidas Podemos después de que Pablo Echenique le reclamara “gobernar con valentía” para frenar el auge de la derecha y la extrema derecha. “Lo que desmoviliza a la izquierda es que nos afanemos en algunas ocasiones más de lo debido en subrayar las diferencias y no las alianzas a favor de esas conquistas”, ha advertido al socio minoritario.
El choque en esta ocasión se ha vislumbrado no solo por el viraje respecto al Sáhara -que era el motivo por el que el PP y varios aliados parlamentarios de Sánchez le citaron- sino también por la pertenencia a la OTAN a las puertas de la celebración de la cumbre en Madrid a finales de junio. “Les pedimos que vayan más allá del logo y la marca de la OTAN, porque, señorías del PSOE, no se puede ser pacifista y de la OTAN a la vez, háganselo mirar”, le ha dicho el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. “Hacer ver que quien es pro-OTAN es estadista y responsable y quien cuestiona la OTAN es un irresponsable activista como si ser activista fuera algo malo. Es la novedad y es peligrosa. Se empieza así y se acaba haciéndose una foto con dos criminales de guerra en las Azores, señor presidente”, le ha advertido en referencia a la reunión de José María Aznar con George W. Bush y Tony Blair.
Sánchez también ha querido restar importancia a ese choque con sus aliados que hace unos días calificó como posiciones “testimoniales”. “Hay una izquierda que no está de acuerdo con la pertenencia de España a la OTAN, creo que se equivocan. Creo, como secretario general del PSOE, que si algo Putin ha demostrado es la exigencia de que Europa tenga capacidades de disuasión”, ha defendido Sánchez en un momento en el que se ha comprometido a aumentar el gasto en Defensa para encaminarse al 2% del PIB en los próximos años. Ante el rechazo adelantado por sus socios, el presidente ha reiterado que se trata de mejorar las capacidades de “disuasión” y no de “ataque”.
El presidente ha aprovechado su comparecencia para atizar al PP por sus acuerdos con Vox. “Pactar con el discurso de Abascal es ir en sentido contrario a lo que quiere la mayoría social de España y a lo que quiere la mayoría social de Europa”, le ha dicho a la portavoz conservadora, Cuca Gamarra. Pero con quien más se ha despachado ha sido con el líder de la extrema derecha: “Usted tiene un discurso absolutamente reaccionario que aplaudiría sin duda alguna Putin desde el Kremlin. Los enemigos de Europa son ustedes en el sistema político español”. Sánchez le ha reprochado que trate de impulsar un “malestar reaccionario que ponga en solfa a los gobiernos” que están haciendo frente a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania. “Tienen el cuajo de venir aquí a decir que representan a la clase social de este país. Son la élite de este país. Son los herederos de la élite que dirigió este país durante 40 años de oscuridad y falta de democracia”, le ha recriminado.
Esa subida de tono se ha producido durante el debate después de una intervención inicial en la que Sánchez se había centrado en los dos asuntos que figuraban en el orden del día: el último Consejo Europeo y el acuerdo alcanzado con Mohamed VI hace justo dos meses durante su viaje a Rabat. El presidente ha hecho un “balance positivo” de las nuevas relaciones con Marruecos y ha defendido con firmeza el giro respecto al Sáhara que lo hizo posible, aunque se ha vuelto a topar con el rechazo del Congreso: desde el PP hasta su socio de Gobierno, que le ha reclamado que se desprenda de esa “herencia de Trump”. “Les pido, más allá de las discrepancias legítimas y lógicas, que puedan ver aquí la dimensión de una política de Estado y la llave para dar estabilidad a la región y aprovechar el inmenso potencial de cooperación de nuestros vecinos”, ha aseverado el socialista, que ha recordado que países aliados como Francia o Estados Unidos defienden la misma posición que ahora España.
El viraje respecto al Sáhara pasa por reconocer la propuesta de autonomía de Marruecos como la “base más seria, creíble y realista”. “47 años de conflicto irresuelto en torno a la cuestión saharaui deberían ser suficientes para entender que tenemos que mover nuestras posiciones”, ha dicho Sánchez, que sostiene que cualquier solución tendrá que contar con el beneplácito de ambas partes y de la ONU. Por eso sostiene que no supone un abandono del pueblo saharaui, al que ha asegurado que España seguirá aportando solidaridad a través de donaciones o con la reactivación del programa 'Vacaciones en paz'.
“He actuado y actuaré siempre, como presidente, en defensa de los intereses de España”, ha dicho entre aplausos de la bancada socialista. Sánchez ha reconocido que el viraje sobre el Sáhara está detrás de la búsqueda de una solución a la crisis con Marruecos, que rompió sus relaciones con España tras la acogida humanitaria del líder del Frente Polisario, Brahim Galli, y provocó la llegada masiva de miles de personas a Ceuta en apenas unas horas. “Nosotros no aceptamos que se hable de Ceuta y Melilla como ciudades ocupadas porque son territorio español [ha dicho tras recordar que Mohamed VI le trasladó que la soberanía de las ciudades autónomas está ”fuera de toda duda“], pero también hemos de entender que Marruecos merece la misma consideración cuando hablamos de los asuntos que a ellos les preocupan”.
“La nueva visión de nuestras relaciones con Marruecos no estaría completa si no hubiéramos abordado la cuestión del Sahara Occidental”, ha reconocido el presidente. “La pregunta más importante que debemos hacernos es si hemos situado nuestras relaciones con Marruecos sobre una base más sólida, y si tenemos una idea clara de dónde queremos llegar. La respuesta es decididamente que sí”, ha señalado el presidente, que ha asegurado que el balance de la recomposición de las relaciones con Marruecos, que pasaba, entre otras cosas, por la reapertura gradual de las fronteras es “positivo”.
En un discurso más corto que los habituales en este tipo de comparecencias, el presidente ha hecho referencia también al acuerdo que incluía que las aduanas en Ceuta y Melilla funcionaran “en régimen de expedición comercial”, pero no ha dado ningún detalle sobre la situación después de que Marruecos pusiera en duda la apertura de las aduanas y las delegaciones gubernamentales se reunieran este martes para abordar el asunto.
Gamarra: “¿De qué ha servido?”
La portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha sido la primera en responder al presidente del Gobierno, al que ha señalado como responsable del “fracaso” del giro diplomático negociado con Marruecos y que ha supuesto que España apueste por la pertenencia del Sáhara Occidental al régimen de Mohammed VI. Gamarra ha recordado que el Congreso no ha avalado el cambio propiciado por Sánchez y ha puesto en duda su utilidad. “De qué ha servido?”, ha preguntado. “Todavía no se ha creado la aduana de Ceuta y la de Melilla sigue cerrada”, ha añadido, para concluir: “Es un fracaso. Su fracaso”.
La secretaria general de Feijóo ha arremetido así contra el “cambio de posición” sobre el Sáhara cuando el propio PP renunció en su programa electoral de 2019 de forma expresa a defender el referéndum de autodeterminación que plantea la ONU.
“El Congreso ha sido muy claro: usted no tiene apoyo ni mandato para cambiar la política exterior en relación a esta cuestión”, ha asegurado la también secretaria general. “Tiene que contar con esta Cámara, además de con su Gobierno”, ha añadido. “Por eso está aquí. No ha venido voluntariamente, sino arrastrado por la oposición”.
El PP ha planteado al presidente que “vuelva a la ONU” y empuje por “un acuerdo aceptado por todos”. “Cumpla con las resoluciones del Congreso que usted ha quebrado rompiendo el consenso de forma unilateral”, ha reclamado Gamarra. “Arregle el estropicio que ha generado las relaciones con Argelia”, ha sostenido. “Conoce cómo se ven afectadas las exportaciones, y de esto es responsable usted. Su debilidad es una provocación dentro y fuera de España”, ha dicho.
Gamarra ha concluido dando por finiquitada la legislatura y la Presidencia de Sánchez: “Los españoles le piden que se eche a un lado, de usted depende que su final sea un poco más digno”. También la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha hecho énfasis en la brecha del Gobierno y ha llegado incluso a cuestionar las posiciones que Sánchez defiende en cumbre de la UE o de la OTAN. “¿No será que usted que ya ve muy difícil repetir como presidente está usando las instituciones españolas para buscar una salida en instituciones europeas?”, le ha preguntado: “No es ninguna deshonra perder la presidencia del Gobierno. La deshonra es alargarla a cualquier precio. No haga daño a España simplemente para alargar su agonía”.
“Quédese tranquila que ya que usted me lo dice le cojo el guante: Me voy a quedar y voy a aspirar a ganar las elecciones en 2023”, le ha contestado Sánchez, que ha mostrado “vergüenza” y “apuro” por que el debate se centre en la convocatoria electoral.
También han sido críticos respecto al viraje por el Sáhara los aliados de Sánchez, empezando por Unidas Podemos, cuyo portavoz, Pablo Echenique, ha reprochado el giro y ha defendido que España debería estar del lado del “agredido” y no de la “potencia invasora”. Frente a la defensa que ha hecho Sánchez de los “modelos exitosos” de control de la migración, Gabriel Rufián ha reprochado que se hayan recompuesto las relaciones en un momento en el que “la hambruna” provocada por la guerra en Ucrania se “encaramará en las fronteras de Ceuta y Melilla”: “Lo que significa es que la gendarmería dé palos frente a esa hambruna como la Guardia Civil española”. Igualmente críticos han sido PNV, que ha asegurado que de trata de un “abandono de responsabilidades como país descolonizador”, y EH Bildu, que también ha reclamado a Sánchez una rectificación.
Gamarra ha hurgado en las diferencias entre el PSOE y Unidas Podemos (y los socios parlamentarios) a este respecto. Para la portavoz del PP, la “conclusión” del largo debate es la “soledad” y la “debilidad” del presidente. “Está al frente de un Gobierno en coalición y con una minoría parlamentaria”, ha recordado la dirigente de la derecha. Pero este miércoles, ha continuado, solo ha contado “con el apoyo de su partido”. “El único portavoz que ha mostrado estar de acuerdo [con la exposición de Sánchez] es el del PSOE”. Y ha añadido: “Pero no se confunda, eso no significa que todo el grupo comparta la posición del Gobierno. Por no desvelar a muchos, Odón Elorza lo ha manifestado”.
El diputado vasco señaló en público sus discrepancias sobre la nueva posición del Gobierno, Marruecos y el Sáhara Occidental.
Gamarra también ha sostenido que este miércoles se ha visto una “soledad dentro de la coalición” porque “el portavoz de Unidas Podemos no comparte” la posición sobre Marruecos, pero tampoco sobre “la guerra, la OTAN y el rearme”. La portavoz del PP ha concluido que hay que “sumar la soledad de los socios de investidura” porque “ninguno se ha mostrado favorable ni con su política europea ni con las relaciones con Marruecos”.
“Ha llegado a afirmar que usted es el garante de la unidad dentro del Consejo Europeo y no es capaz de ser garante de la unidad en el Consejo de Ministros”, ha concluido de forma irónica.
Apoyo al plan de choque por la guerra
Sánchez ha empleado la primera parte de la intervención para explicar de los resultados del Consejo Europeo en el que España y Portugal lograron la “excepcionalidad ibérica” para desvincular el precio del gas que produce la electricidad. Sánchez ha reconocido que supondrá una rebaja de entre el 15 y el 20% -muy inferior a la que el Gobierno calculó inicialmente- y ha pedido el apoyo del Congreso al decreto que se vota este jueves y que conllevará la entrada en vigor inmediata de la medida en cuanto la apruebe la Comisión Europea, que se está retrasando más de lo previsto, aunque se ha mostrado convencido de que lo hará “muy muy pronto”. En el Gobierno confían en que pueda ser este mismo jueves. Sánchez ha asegurado que ese tope al precio supondrá “un importante efecto de protección frente a subidas futuras del precio del gas en mercados internacionales”.
También ha reclamado apoyo para la prórroga del plan de choque contra los efectos de la guerra que el Gobierno ha anunciado, pero cuyos detalles aún se desconocen. Mientras Moncloa asegura que el grueso de las medidas serán las que ahora están vigentes, como la bonificación de 25 céntimos a los carburantes o la reducción de impuestos a la luz, Unidas Podemos reclama que haya nuevas iniciativas, como un bono para el transporte municipal o que la bonificación de los carburantes tenga en cuenta la renta.