Sánchez y Díaz reivindican su tándem de Gobierno frente a la alianza de las derechas

Si con alguna ventaja afronta la izquierda la cita electoral del 23 de julio respecto a una derecha que encabeza todas las encuestas, esa es la de tener ya resuelta la ecuación de su propia convivencia. PSOE y Sumar encaran las elecciones generales con la lección aprendida en 2019 a base de una repetición electoral: el hipotético Gobierno progresista que pueda salir de las urnas el próximo domingo será, en cualquier caso, de coalición. 

Así lo asumen ambos partidos y así lo proclaman, de hecho, sus líderes. “Yo gobernaré con Yolanda Díaz”, dijo Pedro Sánchez durante un mitin de campaña el pasado domingo en Barcelona. “Gobernaremos con el PSOE y lo haremos mejor”, prometió Yolanda Díaz también durante una entrevista en el El País.

La estrategia de ambas formaciones progresistas coincide a la hora de plantear la futura gobernabilidad del país como una política de bloques: o en la Moncloa convivirán Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, o lo harán Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Y de esa comparación intentan en el PSOE hacer una palanca para la movilización de la izquierda. 

“Yo lo digo muy claro, a partir del 23 de julio yo gobernaré con el partido de Yolanda Díaz. En el otro lado, aunque se avergüencen y no lo digan, solamente puede haber un Gobierno de Feijóo con Abascal”, incidió Sánchez en el mitin del domingo. Antes, durante su entrevista en ‘El Hormiguero’, le pidió a Pablo Motos no comparar ambos perfiles. “Yo no compararía a Yolanda Díaz con Santiago Abascal”, le dijo. 

Hasta llegar a ese punto de reivindicación expresa de su socia de Gobierno y vicepresidenta, los socialistas han recorrido un trecho desde el batacazo electoral del 28 de mayo. Entre las conclusiones de aquel desastre político en la calle Ferraz señalaron al desplome en las urnas de su izquierda y al desgaste en el Ejecutivo central por el ruido generado en torno a la convivencia con Unidas Podemos. 

Una vez resuelto el dilema en torno a la candidatura de Sumar y con el pacto de Yolanda Díaz cerrado con el conjunto de fuerzas políticas a la izquierda del PSOE incluida, a pesar de las discrepancias, Podemos, Pedro Sánchez reactivó la defensa pública de la vicepresidenta y de la fórmula de la coalición. “Con Yolanda Díaz puede ser un Gobierno más fácil y más funcional porque hemos trabajado de manera leal estos cuatro años”, dijo el presidente en otra entrevista en El País. 

“Reivindicamos el Gobierno pero miramos más allá”

Yolanda Díaz ha reivindicado en numerosas ocasiones el legado del Gobierno de coalición, entre otras razones porque su gestión al frente del Ministerio de Trabajo es uno de sus grandes capitales políticos. La vicepresidenta segunda suele enumerar medidas como la subida del salario mínimo interprofesional, la reforma laboral o la prestación por desempleo de las trabajadoras del hogar como grandes hitos de esta legislatura. Y esa defensa de la coalición tiene una traslación a futuro. “Vamos a gobernar con el PSOE y, además, vamos a gobernar mejor”, dijo la líder de Sumar en una reciente entrevista con El País.

Pero al mismo tiempo, en la coalición desdeñan la idea de que son lo mismo que el PSOE. “Reivindicamos el Gobierno, pero solo nosotros miramos más allá”, sostienen fuentes de Sumar, que critican a los socialistas su falta de ambición durante toda la legislatura. Díaz suele contar en mítines y entrevistas que, a pesar de que tanto Sánchez como sus ministros presumen ahora de la subida del salario mínimo, fue Nadia Calviño quien se resistió durante nueve meses a aprobar esa medida. 

No solo eso. Díaz ha denunciado en varias ocasiones que la ley de vivienda aprobada hace apenas unos meses se quedó corta y lleva en su programa una propuesta para regular los alquileres de forma efectiva. Ha criticado al PSOE por haberse negado a implementar medidas para aliviar el pago de las hipotecas de tipo variable o a ofrecer soluciones para contener el alza de los precios de los alimentos, en un momento en el que la inflación subyacente sigue disparada pese a la bajada del índice general. 

Ese doble juego, una defensa de un Gobierno con los socialistas pero con críticas a su eventual socio, ha marcado el tono de muchos de los mítines de Díaz durante la campaña, pero en algunos territorios donde Sumar percibe una mayor fuga de votos socialistas a la abstención la ministra ha elevado los reproches. Ocurrió en Andalucía, donde en el equipo la coalición detecta una sangría del PSOE que quieren rentabilizar. En un mitin en Sevilla, la líder de Sumar habló de una tierra “maltratada” por los gobiernos socialistas y ahora con el de Juan Manuel Moreno Bonilla. 

“Vamos a gobernar con el PSOE pero un Gobierno es una orquesta y no es lo mismo quién tenga la batuta. No es igual. El PSOE si va solo se despista. La ministra de Hacienda dijo que se debía abordar el debate sobre alargar la jubilación: no se debe abordar nada. Se debe abordar el debate sobre la jubilación digna”, dijo el candidato de Sumar Íñigo Errejón en un mitin en Valencia. “Es muy importante que el votante de izquierdas sepa qué voto suyo es seguro. El nuestro no es una lotería. Nosotros vamos a gobernar, pero si los españoles no nos dieran su confianza, Sumar va a estar enfrente de cualquier gobierno del Partido Popular”, añadió este lunes en una entrevista con elDiario.es.

Y esa dicotomía se verá seguramente en el debate de este miércoles en el que, ante la ausencia de Feijóo, Santiago Abascal quedará en mitad de los dos líderes de izquierdas. Díaz quiere aprovechar la cita como escaparate para que la ciudadanía pueda conocer las propuestas de Sumar “para mejorar la vida de la gente” y se propone demostrar que “es el mejor antídoto para frenar gobiernos de derecha y para que Abascal siga en la oposición”. “Si no somos muy grandes, no hay Gobierno progresista en España”, suele repetir la líder de la coalición en sus discursos. “Votar a Sumar vale doble: para tener la certeza de ganar derechos, pero también para tener un Gobierno progresista”, dijo en el inicio de campaña en A Coruña.