Pedro Sánchez ha ignorado por ahora la petición de Yolanda Díaz de convocar una mesa de seguimiento del acuerdo de la coalición con carácter urgente para abordar las últimas discrepancias en el seno del Gobierno, especialmente por el compromiso del presidente de aumentar el gasto militar. Moncloa ha querido evitar así darle protagonismo a Unidas Podemos después del primer golpe en la mesa que da la vicepresidenta segunda desde que lidera al socio minoritario dentro del Ejecutivo, y en la semana en la que presentó su proyecto político.
“A estas horas no tengo respuesta de la presidencia del Gobierno, supongo que antes de mañana nos dirán algo”, reconocía Díaz después de haber acudido al Consejo de Ministros. No ha habido un aparte de la vicepresidenta con Sánchez ni un encuentro a cuatro como en otras ocasiones de ellos con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra.
Con esos mimbres y tras semanas de encontronazos a propósito del gasto en Defensa en el marco de la cumbre de la OTAN, que se suman al trago para la izquierda del cambio de posición respecto al Sáhara Occidental decidido por Sánchez en solitario para recomponer las relaciones con Marruecos, el presidente se somete al debate sobre el estado de la nación, uno de los más relevantes de la legislatura.
En Moncloa han anticipado que Sánchez aprovechará para anunciar nuevas medidas “de mucho calado y muy ambiciosas”. Desde Unidas Podemos señalan que se les ha trasladado únicamente que habrá propuestas nuevas con las que estarán de acuerdo. Desde el equipo de Díaz sostenían este lunes a última hora que se “está hablando” y “trasladando propuestas en las dos direcciones”, aunque desconocían la concreción de la totalidad del discurso de Sánchez. “El presidente estará a la altura de las circunstancias y dará el discurso que tenga que dar”, respondió Díaz este lunes a la pregunta de si Sánchez le dará al debate el “alma” que ella ha dicho que le falta al Gobierno.
Esas palabras publicadas en una entrevista en El País no han sentado bien en el ala socialista del Ejecutivo, que ha replicado a la vicepresidenta segunda. “El Gobierno trabaja con corazón e inteligencia”, ha sido la respuesta de la portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa posterior a la reunión del gabinete: “La muestra del corazón y la inteligencia del Gobierno se da en todos y cada uno de los departamentos ministeriales independientemente de cuál es la formación política que los lideran”.
“No va a haber motivo para la discordia”, aseguran en Moncloa sobre las medidas que Sánchez anunciará durante el debate del estado de la nación, que no tendrán una traslación normativa inmediata. “Van a ser medidas que van a contentar al conjunto de ciudadanos”, responden a la pregunta de si Unidas Podemos está de acuerdo con ellas. “Vamos a salir fuertes de ese debate”, agregan esas fuentes en referencia a la coalición.
Sin embargo, la intención de Unidas Podemos era que se convocara antes la mesa de seguimiento del acuerdo, que siempre se ha reunido para escenificar la resolución de conflictos, aunque los detalles se pulieran previamente en núcleos reducidos al máximo nivel. La negativa de Sánchez a esa exigencia de Díaz hace que el conflicto llegue abierto al debate que se inicia este martes y que copará la actividad política de la semana.
Díaz anunció la semana pasada la petición de una “convocatoria urgente” de la comisión de seguimiento de la coalición después de que el Consejo de Ministros aprobara un crédito extraordinario de 1.000 millones de euros para gasto en Defensa. La vicepresidenta aseguró haberse enterado por los medios de comunicación, aunque el asunto figuraba en los temas de la Comisión de Secretarios y Subsecretarios que es la antesala de la reunión del gabinete. Sin que el equipo de Sánchez le contestara a la petición, la vicepresidenta dio por hecho que habría acuerdo respecto al gasto militar. Pero el “alto en el camino” que reclamó a Sánchez es también para hablar de nuevas medidas para frenar la inflación.
En Moncloa minimizaron desde el inicio esa exigencia de Díaz, que era la primera vez que alzaba la voz, y no ponen aún fecha a la reunión de la mesa. En todo caso, fuentes gubernamentales aseguran que no será esta semana. El enfriamiento choca con la tensión que han experimentado los socios en las últimas semanas y que ha mantenido Podemos hasta este mismo lunes cuando el portavoz de la formación, Javier Sánchez, ha avisado al PSOE de que si “no corrige el rumbo” los presupuestos que el Gobierno está empezando a preparar “pueden ser los últimos” ya que los partidos progresistas no tendrán fuerza electoral, a juicio del socio minoritario del Ejecutivo, para revalidar la coalición.