Sánchez pacta con Marruecos “evitar lo que ofende a la otra parte” tras las polémicas sobre el Sáhara, Ceuta y Melilla
Respaldo a la postura marroquí sobre el Sáhara a cambio de respeto a la soberanía española de Ceuta y Melilla. Ese es, a grandes rasgos, el principal compromiso político y diplomático adquirido entre España y Marruecos durante la Reunión de Alto Nivel celebrada este jueves en Rabat. Ante el plenario de esa reunión, los jefes de gobierno de ambos países se han encargado de dar voz a ese pacto, cada uno de ellos poniendo el énfasis en su propia reivindicación y obviando la del prójimo. El primer ministro marroquí ha hablado del Sáhara, al que Pedro Sánchez no ha mencionado. Lo mismo que ha ocurrido con Ceuta y Melilla, pero al revés.
“Hemos asumido un compromiso de respeto mutuo por el que en nuestro discurso y en nuestra práctica política vamos a evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía”, ha planteado el presidente español durante su discurso para esbozar la intención de ambos países de asentar una nueva fase de convivencia que ponga fin a años de turbulencias entre vecinos.
Desde el momento en que Sánchez y sus once ministros pusieron un pie en Rabat, Marruecos se ha encargado de dejar claro que entre esas esferas de soberanía el respaldo de España a su hoja de ruta sobre el Sáhara es una línea roja. El primer ministro marroquí ya lo dejó claro el miércoles durante sus palabras en un foro empresarial y este jueves ha vuelto a insistir en ello. “Saludamos la posición de España sobre nuestra primera causa nacional, que apoya la propuesta marroquí de autonomía en el Sáhara marroquí, presentada por Marruecos en 2007, y que considera la vía más seria, realista y creíble para solucionar este conflicto artificial·, ha dicho Aziz Ajanuch.
En su turno de palabra, el presidente español hizo referencias directas a Ceuta y Melilla, las ciudades autónomas que son frontera terrestre con el país africano y que el régimen alauí siempre reivindicó como propias. La crisis migratoria vivida en la frontera ceutí en mayo de 2021, cuando Marruecos permitió el paso masivo de cientos de jóvenes en un acto que el propio Gobierno español calificó de ataque a la soberanía, supuso uno de los puntos álgidos de la crisis diplomática desatada a cuenta de la entrada en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para recibir atención médica. Un choque al que el Ejecutivo de Sánchez pretende dar carpetazo definitivo durante esta cumbre.
“Estoy muy satisfecho del éxito de la primera expedición comercial que tuvo lugar el pasado viernes a través de las aduanas de Ceuta y Melilla”, ha destacado el presidente, que ha asegurado que se va “a garantizar juntos que estas aduanas sigan abriéndose de manera ordenada y progresiva hasta llegar a la plena normalización del paso de personas y mercancías, tal y como acordamos el año pasado”, ha añadido.
En su intervención, Sánchez ha puesto en valor el trabajo realizado por ambos ejecutivos en los últimos diez meses de deshielo. “Consolidamos hoy, con esta Reunión de Alto Nivel, la nueva etapa que hemos abierto en las relaciones entre España y Marruecos. Lo hacemos con un gran sentido de la responsabilidad y conciencia histórica y, sobre todo, con la convicción profunda del enorme potencial que queda aún por explorar en esta relación, que va mucho más allá de la simple vecindad. Debemos hacerlo en beneficio de nuestros pueblos. Y solo lo haremos bien si lo hacemos juntos”, ha remarcado.
Desde el Gobierno español se intenta restar relevancia a que la agenda de esta cumbre finalmente no vaya a incluir un encuentro entre el presidente Sánchez y el rey de Marruecos, Mohamed VI, fuera del país. Ambos mantuvieron ayer una conversación telefónica que fue recibida por Moncloa como la prueba de la “implicación” del monarca en esta nueva etapa entre ambos países, insistiendo en que la Reunión de Alto Nivel fue concebida, en cualquier caso, como un encuentro “entre gobiernos”.
De entre la veintena de acuerdos bilaterales que se disponen a firmar ambos ejecutivos, en la Moncloa destacan los que tienen que ver con la seguridad y el control migratorio, pero también con la implicación de las empresas españolas en el desarrollo económico de Marruecos, con un volumen de negocio de 20.000 millones de euros en exportaciones para un total de 17.000 empresas españolas implicadas.
Respecto a Ceuta y Melilla, y a pesar de que el Gobierno marroquí evite pronunciarse sobre un reconocimiento explícito a la soberanía española, para el Ejecutivo de Pedro Sánchez supone un salto cualitativo la apertura de las aduanas en los pasos fronterizos de ambas ciudades. En la práctica, un reconocimiento implícito de esa soberanía, según fuentes diplomáticas españolas. Durante la Reunión de Alto Nivel ambos países han trabajado en un plan de apertura gradual de esas aduanas. Fuentes del Ejecutivo aseguran que ese compromiso aparecerá plasmado en los acuerdos firmados, aunque admiten que aún habrá que esperar para tener un calendario fijado al respecto. En los próximos meses tendrá lugar un nuevo encuentro al máximo nivel entre el presidente del Gobierno y el rey de Marruecos, apalabrado durante la conversación que mantuvieron este miércoles aunque aún sin fecha.
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