Cambios en el Consejo de Ministros, en su equipo más cercano en la Moncloa y en la dirección del PSOE. Y el compromiso de que el Gobierno no se pone otro horizonte que el de completar su mandato con una agenda de reformas progresistas que profundicen en la senda llevada a cabo durante los últimos seis años. Con ese mensaje intentó Pedro Sánchez este miércoles practicar una especie de terapia de electroshock a una legislatura en 'stand by' por la falta de una mayoría clara en el Congreso que dote de apoyo parlamentario estable al Ejecutivo. Una dificultad que el presidente se mostró decidido a afrontar durante su intervención en el acto de apertura del curso político.
“Hay Gobierno para largo. Si algo ha aprendido este Ejecutivo es a navegar con el viento en contra. Y aprovecharemos el tiempo como siempre hemos hecho”, aseguró ante el panorama incierto de socios imprescindibles como Junts o ERC y cuya situación interna complican incluso hasta la posibilidad de negociar los Presupuestos Generales del Estado.
Y ante la parálisis legislativa que ha propiciado su precaria mayoría, Sánchez desempolvó algunas banderas claves en las políticas de izquierdas, como la fiscalidad o la vivienda. Prometió más impuestos a los ricos, medidas contra los especuladores y un sistema de financiación autonómica basado en la cuadratura del círculo: que todas las Comunidades Autónomas salgan ganando. No avanzó cuál será la fórmula.
“En estos siete años, el Gobierno de España habrá transferido a las Comunidades Autónomas un total de 935.000 millones de euros; esto es, 300.000 millones más (un 32%) de lo que transfirió el Gobierno de Rajoy en el mismo tiempo. Nosotros estamos cumpliendo. El problema está en que las autonomías gobernadas por la derecha no han dedicado esos recursos a los ciudadanos. Los han dedicado a aumentar los contratos de unas pocas empresas y a financiar sus regalos fiscales a los más ricos”, señaló como punto de partida de su planteamiento sobre la reforma de la financiación.
El presidente del Gobierno llegó a señalar expresamente a algunos gobiernos autonómicos del PP, como el caso de la Comunidad de Madrid. “Entre 2018 y 2023, la comunidad madrileña recibió casi 100.000 millones de euros del Gobierno de España. Un 21% más de lo que le transfirió el Gobierno de Rajoy. Pero, al mismo tiempo, sus recortes de impuestos, siempre dirigidos a beneficiar a las rentas más altas, redujeron los ingresos de Madrid en 31.000 millones de euros. Dicho de otro modo: de cada diez euros que el Gobierno de España ha dado a la Comunidad de Madrid para mejorar la vida de los madrileños, el Gobierno regional ha usado tres para hacer regalos fiscales a los ricos”, criticó.
Frente a ese contexto, Pedro Sánchez comprometió su palabra para que la reforma que emprenderá y que tiene como base el pacto entre el PSC y ERC sobre la fiscalidad catalana acabará beneficiando al conjunto de territorios. “La descentralización es perfectamente compatible con garantizar la solidaridad y equidad entre territorios, y con garantizar la suficiencia de recursos, siempre y cuando los gobiernos autonómicos asuman una mayor corresponsabilidad fiscal. De hecho, les aseguro, me comprometo a que con la reforma que propondremos, todas las Comunidades Autónomas del país recibirán más recursos de los que recibieron mientras gobernaba el PP”, afirmó.
Sobre el futuro de la legislatura se comprometió a que el Ejecutivo presentará en el Congreso un proyecto de Presupuestos Generales del Estado aunque no tenga los apoyos garantizados para sacarlos adelante. Y también a que la semana que viene el Consejo de Ministros apruebe un nuevo techo de gasto para remitir al Parlamento.
Además, Sánchez prometió durante su intervención profundizar en la política fiscal de su Gobierno para que paguen más impuestos los ricos. “Vamos a seguir avanzando hacia una fiscalidad más progresiva, con impuestos que graven más a quienes más tienen y orienten el modelo productivo. Pondremos en marcha nuevas acciones destinadas a acotar los privilegios desproporcionados de ciertas élites y a gravar fiscalmente a quienes ya tienen en el banco suficiente dinero para vivir cien vidas. Lo haremos, insisto, no para perjudicar a los millonarios, sino para proteger a las clases medias y trabajadoras de un sistema injusto”. Por el momento, ese anuncio aún no se ha concretado en medidas que se vayan a impulsar a corto plazo.
También puso el foco el presidente en las dificultades para el acceso a una vivienda y anunció que ese será el punto principal de la Conferencia de Presidentes que se celebrará en Cantabria en una fecha por concretar del otoño. “Queremos que nuestros jóvenes se emancipen a edades más tempranas. Por eso, en los próximos meses vamos a hacer más. Impulsaremos nuevas medidas destinadas a ampliar el parque público de vivienda, perseguir la especulación, fijar un mejor equilibrio entre la actividad turística y el bienestar de los residentes, y lograr que la vivienda sea un derecho de todos y no el negocio de unos pocos”, defendió.
Sánchez, que anunció una ronda de reuniones bilaterales en la Moncloa con todos los presidentes y presidentas autonómicas, confirmó además este miércoles los cambios en su Ejecutivo y en su equipo más cercano: el ministro José Luis Escrivá es ya oficialmente nuevo gobernador del Banco de España y su puesto lo ocupará el hasta ahora jefe de gabinete del presidente, Óscar López. En sustitución de López, la sombra de Sánchez durante los últimos tres años, el líder del Ejecutivo sitúa a Diego Rubio, que ha sido director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia y secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica.
No serán los únicos cambios porque en diciembre tendrá lugar la salida de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, que pasará a ocupar una de las nuevas vicepresidencias de la Comisión Europea en Bruselas. Y también prevé mover Pedro Sánchez las fichas de Ferraz. Este sábado, la dirección del partido convocará oficialmente el Congreso del PSOE que tendrá lugar el 30 de noviembre en Sevilla y en el que se abordarán cambios en la dirección del partido. Ese congreso, además, dará paso a los congresos autonómicos para los que también se cuenta con la renovación de un buen número de liderazgos territoriales de cara al próximo ciclo político que, salvo sorpresas, debe arrancar en junio de 2026 en Andalucía.