La crisis energética copa la preocupación de los gobiernos europeos, incluida a la propia Comisión Europea que abordará la intervención del mercado. La preparación del invierno ha sido el principal objetivo de los ejecutivos a raíz de la invasión rusa de Ucrania y, aunque está más o menos solventado gracias al aumento del almacenaje, sigue la búsqueda de soluciones para la escasez de gas si Rusia cierra el grifo. Y esa situación ha hecho que los ojos de varios países europeos posen sus ojos en España, especialmente Alemania, que es uno de los estados con mayor dependencia energética de Moscú. En ese marco, el canciller Olaf Scholz ha invitado a Pedro Sánchez a participar en una reunión de su Gobierno en el Palacio de Meseberg en Gransee en la que han insistido en el deseo de disponer del gasoducto Midcat para favorecer el envío de gas al corazón de Europa vía Francia, pero las resistencias de Emmanuel Macron llevan a Sánchez a reafirmar su compromiso de hacerlo a través de Italia si no se producen cambios.
El presidente español ha reafirmado ante Scholz la voluntad de España de “aportar todas sus capacidades” para ayudar a los países más necesitados. “España concentra el 30% de la capacidad de regasificación y no podemos usarlas de manera completa por un cuello de botella”, ha lamentado Sánchez: “Es lo que tenemos que resolver. España está dispuesta a ser solidaria y a responder a la llamada de nuestros países hermanos que están sufriendo un chantaje”. Por eso Sánchez ha enfatizado la necesidad de “acelerar las interconexiones” que favorecerían la llegada de gas desde España al centro de Europa a través de Francia. “También se traza otra posibilidad que es la interconexión entre la península Ibérica e Italia”, ha expresado el mandatario español sobre el posible plan B en caso de que no se desarrolle el Midcat “al ritmo adecuado”.
La comparecencia de Scholz y Sánchez busca en buena medida presionar a Macron para que ceda en sus posiciones respecto al gasoducto que une ambos países a través de los Pirineos. También el canciller alemán ha apostado por mejorar las interconexiones como la gran “tarea” pendiente. No obstante, se ha mostrado más tranquilo que al inicio de la crisis gracias al aumento del nivel de almacenaje. “No podemos decir que lo hemos resuelto todo, pero estamos muchísimo más relajados viendo la situación”, ha declarado.
No es la primera vez que el Gobierno español pone a disposición de Alemania y del resto de socios europeos su capacidad de regasificación y su voluntad de poner en marcha un nuevo gasoducto a través de los Pirineos. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ya aseguró hace unos días que, si de España depende, este infraestructura puede estar lista antes del próximo verano. “La interconexión por los Pirineos catalanes puede estar operativa en ocho o nueve meses del lado de la frontera sur. Por eso es fundamental ir de la mano de Francia”. De hecho, es el Gobierno francés el que es más reticente a su construcción, por el nivel de inversión que supondría. De ahí que una pieza clave para saber si saldrá adelante es si se financia con fondos de la UE.
En concreto, Francia tendría que realizar una “inversión de seguridad en su red de transportes”, según apuntó Ribera en una entrevista en La Sexta, “porque las presiones a las que circularía el gas son diferentes”. Un gasoducto que, reconoció, hasta ahora “no forma parte de las prioridades”, pero “es un país europeísta”, añadió Ribera.
La alternativa, el Plan B, es construir un gasoducto que una España e Italia y que supondría una inversión de 1.500 millones para cada país -de nuevo, susceptible de financiación europea- pero que tardaría más en estar construido y operativo. Según los cálculos que maneja Enagás, el gestor de la red gasista española, este gasoducto podría estar operativo en el año 2028.
Deseo de viajar a Argelia
Sánchez ha expresado su deseo de viajar a Argelia en respuesta a una pregunta dirigida a ambos mandatarios después de que países como Francia e Italia hayan conseguido provechosos acuerdos con el país norteafricano que mantiene prácticamente rotos los lazos con España tras la recomposición de las relaciones con Marruecos. Desde el inicio de esa crisis, el Gobierno español ha asegurado que no iba a haber un problema de suministro del gas argelino dado que los contratos ya estaban suscritos. No obstante, ha ido bajando posiciones y ahora son otros países, como Estados Unidos, los principales suministradores de gas a España.
En el Gobierno siempre han tratado de restar importancia a la reacción argelina, aunque la ruptura de las relaciones comerciales llevó al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a presentarse ante la UE para elevar una queja por un posible trato discriminatorio con un estado miembro. Bruselas llegó a amenazar a Argelia con represalias. La situación no se ha recompuesto todavía y la relación diplomática es prácticamente nula. No obstante, el presidente ha respondido que “le encantaría” ir a Argelia.
Sánchez ha aprovechado su presencia en Alemania para resaltar que las relaciones entre ambos países atraviesan un “momento excelente” y ha anunciado que los reyes harán una visita de Estado a ese país los próximos 5 y 6 de octubre como uno de los “hitos” relevantes de este año, entre los que ha citado también la invitación a la Feria del Libro de Frankfurt.