Santiago Abascal se ha estrenado en la tribuna del Congreso refrendando su negativa a apoyar un Gobierno de Pedro Sánchez. El presidente del partido de extrema derecha ha asegurado que su formación no se plantea una “una abstención patriótica”. “Creo que Vox es el grupo parlamentario más alejado del proyecto que tiene Sánchez para España”, ha reseñado en su primera intervención parlamentaria.
En esta alocución no ha saltado la sorpresa. Abascal se ha erigido como defensor de los “españoles que ven amenazadas sus tradiciones” y ha tirado de argumentario para criticar a los partidos de izquierdas e independentistas, lamentar el cordón sanitario que les han impuesto partidos progresistas y cargar contra la inmigración, el feminismo, los colectivos LGTBI y la memoria histórica.
El presidente de Vox ha criticado a los colectivos sociales, a los que ha acusado de imponer una “dictadura progre” y ha asegurado que el candidato socialista está imponiendo una “visión totalitaria de la sociedad”. “Soportaremos la calamidad que usted nos depara”, ha advertido al candidato socialista.
De esta forma, Abascal ha dado el relevo a Blas Piñar ante la bancada de las Cortes como portavoz de la extrema derecha española. Han pasado más de tres décadas desde que el líder de Fuerza Nueva se quedó sin escaño en las Cortes y, con la intervención del presidente de Vox en el debate de investidura, este espectro político, que ha estado huérfano de representación, vuelve a introducir su discurso en la política nacional e institucional.
En un discurso cargado de reproches, el portavoz de Vox ha justificado su postura planteando que Sánchez les amenaza con un “gobierno apoyado por todas las facetas de los extremismos”. Se ha referido a los partidos que pueden favorecer un Ejecutivo liderado por el PSOE como “chavistas, golpistas, proetarras, comunistas viejos y nuevos”. “Pretenden conformar un frente popular con dos referentes: ruptura de la soberanía nacional y cambio de régimen”, ha apuntado sobre el proyecto político socialista.
El líder de Vox no ha perdido la oportunidad de comparecer por primera vez en el Congreso sin cargar contra colectivos sociales, a los que se ha llegado a referir como “ficción política”. Sobre las asociaciones que defienden la igualdad de género, ha indicado que son “voceras del feminismo supremacista”. “No hablan en nombre de todas las mujeres, sino en nombre de su propia ideología, que es totalitaria”, ha señalado. En la misma línea se ha posicionado sobre las plataformas que defienden los derechos de las personas LGBTI. “No hablan en nombre de todos los homosexuales, sino de los que han hecho negocio para hablar en nombre de ellos”, añade.
Por su parte, el candidato socialista ha evitado en sus tres contrarréplicas dirigirse al líder de Vox. “Lo que estamos escuchando es muy preocupante, es un discurso reaccionario”, ha dicho a los líderes del PP y de Ciudadanos a los que ha pedido que “reflexionen”.
A estas dos formaciones, Sánchez les ha recordado que sus partidos “hermanos” en Europa están manteniendo un comportamiento “radicalmente distinto” con la extrema derecha. Para el presidente de Gobierno en funciones el discurso de Abascal ha estado “cargado de intolerancia y nostalgia” de época “predemocráticas”.