El nuevo presidente de Societat Civil Catalana (SCC), Fernando Sánchez Costa, ha pedido este viernes a PSOE, PP y Cs que hagan el “esfuerzo de sentarse y hablar” sobre cómo configurar un “Gobierno estable para España” que no dependa de quienes quieren “liquidarla”.
Así lo ha dicho en declaraciones a Efe Sánchez Costa, que esta semana ha tomado el relevo de Josep Ramon Bosch como presidente de la entidad favorable a la unidad de España.
“Desde el constitucionalismo catalán, al menos desde SCC, pedimos el esfuerzo de sentarse y hablar y ver qué Gobierno estable se puede constituir para España que no dependa de aquellos que lo que quieren es liquidarla y poner fin a este proyecto común”, ha afirmado el que fuera diputado del PPC en el Parlament desde 2012 hasta 2017.
Para Sánchez Costa, es “difícil de entender” que después de que en “otoño de 2017 Ciudadanos, PSC y PP” trabajaran juntos en el Parlament frente al “rodillo” independentista, ahora “a 600 kilómetros, en la capital del Estado, no sea posible sentarse en la misma mesa para hablar seriamente del bien común de nuestro país y de la pervivencia de éste”.
Sánchez Costa, que tras asumir el cargo se ha dado de baja del PP para preservar su neutralidad, ha pedido a los partidos “que quieren a España” que sean “valientes y generosos” y actúen con “sentido de Estado” y “responsabilidad”, para intentar llegar a un acuerdo que “permita tener un Gobierno fuerte y estable”.
En este sentido, ha expresado su deseo de que “se levanten los vetos y empiece el diálogo” entre las principales formaciones constitucionalistas.
Por otro lado, el presidente de SCC ha celebrado “la decisión y la valentía de Manuel Valls” al haber ofrecido sus votos para que Ada Colau fuese reelegida alcaldesa, lo que ha impedido que Barcelona tenga ahora un alcalde independentista.
Entre el “nacionalpopulismo separatista y el populismo de Ada Colau”, ha destacado, al final Valls optó por el “mal menor”.
Al hilo de esto, ha opinado que siempre es necesario actuar cuando se pueden “mejorar las cosas” en Cataluña, para así “intentar superar esta etapa triste que hemos vivido, oscura y tóxica, que ha sido el 'procés'”.