No habrá más debate sobre el reparto de portavocías del Congreso en Sumar. Después de varios días de cierta tensión por la decisión de Yolanda Díaz de no dar ninguna de ellas a Podemos y a Izquierda Unida, este miércoles ha quedado diseñada la configuración parlamentaria de la coalición. El grupo ha diseñado una dirección en la que tendrán presencia todos los partidos con representación en el Congreso y también fuerzas que forman parte del acuerdo electoral pero que no lograron diputados el 23 de julio. El equipo afín a la vicepresidenta segunda será el que más peso tendrá en esas reuniones en las que Sumar pretende que las decisiones se tomen por “consenso” y que las votaciones sobre los temas en los que pueda haber discrepancias sean la última opción.
Sumar tenía dos reuniones importantes este miércoles en el Congreso. Una primera para configurar esa dirección del grupo y una segunda con todos los diputados, en la que Yolanda Díaz expuso las líneas generales del momento político y conminó a los parlamentarios a mantener “serenidad” ante las llamadas del Partido Popular a la “rebelión nacional”. En ese encuentro más amplio estaban los diputados de los partidos que conforman la coalición y que obtuvieron escaño en las últimas elecciones: Podemos, Izquierda Unida, los comuns, Compromís, Más Madrid, la Chunta Aragonesista y los baleares Més.
Más allá de las cuestiones más políticas que se trataron en esa reunión con los diputados, los partidos que conforman Sumar se habían citado en el encuentro previo para definir algunas cuestiones básicas de cara al funcionamiento del grupo parlamentario en el futuro, empezando por esa nueva dirección, que se ha configurado a propuesta del núcleo duro de Sumar y sin que se haya desarrollado demasiado debate al respecto.
En total, en ese órgano estarán 15 personas, aunque de ellas solo tendrán voto diez. Este último sector lo forman además de Yolanda Díaz, como presidenta del grupo (la sustituirá Agustín Santos Maraver cuando ella no pueda asistir); la portavoz, Marta Lois; el secretario general, Txema Guijarro; y una persona por cada uno de los partidos con representación. Además, cinco personas tendrán voz pero no voto en esas reuniones: los dos integrantes de la Mesa del Congreso por parte de Sumar, Esther Gil y Gerardo Pisarello; Lander Martínez, que ejercerá funciones de coordinación ejecutiva; y representantes de Verdes Equo por un lado y de Alianza Verde por otro, partidos que forman parte de la coalición pero que no lograron diputados en las elecciones.
Diferentes fuentes del grupo aseguran que el debate sobre las portavocías ha quedado zanjado en la reunión de este miércoles. Era una de las dudas que pendían sobre el desarrollo de esta reunión después de que Podemos y también Izquierda Unida planteasen desavenencias por cómo se había establecido el reparto de portavoces adjuntos: Sumar decidió entregar esos cargos a los comuns, a Compromís y una tercera rotatoria entre la CHA y Més.
La formación de Ione Belarra (que no estuvo este miércoles en las reuniones porque tenía una reunión de ministros europeos en Avilés) había pedido la semana anterior una rectificación al equipo de Díaz por haberles dejado sin esta prerrogativa, que sirve entre otras cosas para poder presentar algunas iniciativas legislativas con independencia, sin la necesidad de una firma de la portavoz principal. Izquierda Unida, mientras tanto, había mostrado también su disconformidad con el resultado de esta división e incluso había planteado una propuesta alternativa para que hubiese portavocías rotatorias, con peso proporcional en función de los resultados electorales. Podemos e Izquierda Unida, con cinco diputados respectivamente, son junto a los comuns y después de Movimiento Sumar (el partido instrumental de Yolanda Díaz), las fuerzas del espacio con mayor número de escaños.
Izquierda Unida ha planteado este asunto tanto en la primera reunión como en la segunda, aunque diversas fuentes presentes aclaran que el tono ha sido cordial y no de tensión. El planteamiento que se ha puesto sobre la mesa cuestionaba la argumentación que ha dado Sumar para explicar el reparto: la plurinacionalidad. En IU no entienden que si se ha seguido esa lógica no se haya tenido en cuenta una nacionalidad histórica como Andalucía. La cuestión andaluza ha estado sobre la mesa en los últimos días, después de que tanto Iniciativa del Pueblo Andaluz como Pilar Távora lamentaran públicamente que esa autonomía se haya quedado sin voz propia.
El partido andalucista, de hecho, había reclamado a Sumar un puesto en la dirección del grupo parlamentario, igual que el de Verdes Equo o Alianza Verde, aunque no han tenido éxito en sus reclamaciones. Tampoco estarán partidos que formaron parte del acuerdo de coalición pero no consiguieron escaño como Drago Canarias, Batzarre o Izquierda Asturiana.
A la espera de un reglamento
Con la nueva dirección política, el equipo más afín a Yolanda Díaz se garantiza mayor poder de voto que el resto de formaciones políticas (cuenta con tres miembros en el núcleo de decisión y dos personas más con voz pero no con voto). Aun así, fuentes del grupo explican que la idea es que las votaciones sobre los asuntos donde puedan existir divergencias en el grupo sean la última opción y de esas reuniones se salga ya con un consenso. “No queremos votaciones pírricas de seis a cuatro”, explican.
Aunque para que eso se produzca algunas voces dentro del grupo precisan que es necesario el desarrollo de un reglamento sobre el que apenas se ha empezado a trabajar y en el que debería quedar desarrollado el funcionamiento orgánico. En la reunión de este miércoles, Izquierda Unida ha entregado una propuesta completa de reglamento que se ha acordado que sirva como guía base para que el resto de formaciones puedan plantear propuestas nuevas, enmiendas o una propuesta completa de reglamento. La portavoz ha puesto como límite la semana de la investidura de Alberto Núñez Feijóo para que las fuerzas hagan sus propios planteamientos y a partir de ahí comenzar a debatir sobre el reglamento definitivo.
Otro tema que ha quedado pendiente es el reparto de las comisiones parlamentarias que se constituyan en el futuro, la única vía por la que las formaciones que se han quedado sin portavocía puedan ganar algo de protagonismo, además de los recursos extraordinarios que acompañan la presidencia o la vicepresidencia de uno de estos órganos parlamentarios. Como el Gobierno todavía está en funciones, es poco probable que la Mesa acuerde el despliegue de esas comisiones permanentes hasta que quede configurado el nuevo Ejecutivo, por lo que este reparto interno se daría, en principio, en paralelo a la negociación para repartirse los puestos dentro de ese eventual gobierno de coalición.