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El Supremo confirma 2 años y 9 meses de cárcel a un coronel por abusar de una teniente

Fachada del hospital Gómez Ulla de Madrid

Alberto Pozas

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El Tribunal Supremo ha decidido confirmar una condena de 2 años y 9 meses de prisión para un coronel farmacéutico por abusar sexualmente de una de sus subordinadas. El militar, que trabajaba entonces en el Hospital Militar Central Gómez Ulla de Madrid, besó sin su consentimiento a una teniente enfermero para después practicarle tocamientos y enviarle diversos mensajes a su teléfono móvil. Además de cumplir condena tendrá que indemnizar a la víctima con 5.000 euros.

Los hechos, según declara probado en firme la Justicia, ocurrieron en julio de 2019 en la farmacia del Gómez Ulla. El acusado era el jefe Farmacia Depósito de la Inspección General de Sanidad de la Defensa y la víctima era teniente del servicio de urgencias. A lo largo de un año ambos entablaron una relación de amistad similar a la que el coronel mantenía con el resto de trabajadores y sin que se encontraran nunca fuera de las instalaciones o fuera del contexto del trabajo.

El primer intento del coronel tuvo lugar cuando, un día, intentó besar en la boca a la teniente cuando se fueron a dar dos besos de despedida. Posteriormente, a finales de julio, tuvo lugar el episodio más grave de abusos, cuando la teniente acudió a un sótano junto con su superior para recoger unos envase de crema solar caducados. Fue en ese momento cuando su superior “puso su mano en las nalgas de ella y la besó en los labios” diciendo que la amaba. Volvió a intentarlo cuando ella intentó escapar. “La teniente quedó en shock”, relata el Tribunal Supremo.

Ella se marchó de allí visiblemente afectada aunque volvió a entrar en el despacho del coronel cuando fue llamada. Lo hizo, según la Justicia, pensando “que lo que quería su superior era pedirle disculpas”. Pero una vez dentro volvieron los tocamientos y el coronel “volvió a asirla, la besó otra vez en la boca y tocó los genitales de ella, por encima de la ropa”. Se marchó de allí y después de contarle lo sucedido a varios compañeros se decidió a denunciar cinco días después.

La sala de lo militar del Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena que le impuso el Tribunal Militar Central: 2 años y 9 meses de prisión por dos delitos en concurso de abuso de autoridad y abuso sexual. La condena implica que tendrá que entrar en prisión al ser superior a los dos años de prisión y también que tendrá que indemnizar a su víctima con 5.000 euros. Queda suspendido de empleo igualmente mientras dure su condena de prisión a la espera de saber si esta condena firme acarrea finalmente su expulsión de las Fuerzas Armadas.

“Traté de portarme como un caballero”

El Tribunal Supremo, con el magistrado José Alberto Fernández Rodera como ponente, rechaza todos los argumentos del acusado y entiende que el Tribunal Militar Central realizó “exhaustivas consideraciones” sobre todas las pruebas: el testimonio de la víctima, el de varios testigos y los mensajes de disculpa que el Coronel envió al teléfono de la Teniente después de los hechos. Ella le dijo por mensaje que “sus besos y manoseos forzados me dan asco. Lo peor que ha utilizado su graduación sabiendo que siempre voy a ser la perjudicada”. Él contestó que “mil perdones. No volverá a suceder”.

Las disculpas desaparecieron cuando el asunto se convirtió en una investigación con perspectiva de juicio. El Coronel negó las expresiones de contenido sexual que le había proferido alguna vez, reconoció que se habían besado pero sólo una vez y de forma consentida e incluso quiso hacer creer a los jueces togados que la víctima era él. “Traté de portarme como un caballero”, dijo al tribunal, a la ve que añadía que todo lo juzgado “se trata de una trama para imputarme”.

Entre sus argumentos de defensa estaba acusar a la Teniente de incurrir en “inventiva narrativa” apuntando a que puede ser que ella entonces tuviera una pareja o “porque está en tratamiento psicológico. Llegó incluso a plantear que la víctima había reconocido posteriormente ”sentirse atraída por personas de su mismo sexo“. Los magistrados de la sala quinta del Tribunal Supremo se hacen eco de los argumentos con los que el Tribunal Militar desestimó estas alegaciones: ”No pudo existir una conspiración, pues la Teniente refirió, inmediata y sucesivamente, lo ocurrido a cuatro personas distintas, que no consta se conocieran entre sí, por lo menos todas, y que, en dos de los casos, no eran amigas suyas, sino que mantenían con una de ellas una relación médico-paciente o de superioridad jerárquica“.

También explican que los hechos han sido correctamente calificados como delitos de abuso sexual y abuso de autoridad. Es correcta la tipificación ya que “se ha producido un acto de abuso sexual del superior (un coronel) sobre una oficial inferior en empleo (una teniente), vulnerándose dos bienes jurídicos, la disciplina y la libertad o indemnidad sexual de la víctima”.

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