La urgencia con la que el Partido Popular ha impulsado la reforma para el aforamiento de Juan Carlos de Borbón impedirá, previsiblemente, que la Audiencia Provincial de Madrid llegue a estudiar el recurso con el que Albert Solà (Barcelona 1956) pretende reavivar su demanda de paternidad contra Juan Carlos de Borbón.
La vista de la Sección 24 está prevista para el 9 de septiembre, pero todo apunta a que será la Sala Segunda del Tribunal Supremo quien dirima sobre la reclamación de quien dice ser hermano mayor de Felipe VI.
¿La razón de su demanda es que le sean reconocidos sus derechos dinásticos?
Soy mayor que Felipe, pero yo no valoro en los hermanos si unos son mayores o pequeños, para mí son todos iguales. No me interesa la Corona. Felipe está bien donde está.
¿Ha recibido presiones de la Casa Real?
Les he mandado más de 80 cartas. Un día se presentó en mi casa un Mercedes grande. Me traían una contestación de Sáenz de Heredia (María Sáenz de Heredia era la número dos del Gabinete de Coordinación y Planificación de la Casa del Rey). Me decía que le habían trasladado el caso a la Generalitat porque el problema era por el geriátrico.
¿El geriátrico?
Sí, porque mi madre estaba muy mayor y yo lo mencioné en mi carta. Pero yo no esperaba respuesta. Yo nunca he recibido presiones ni nada. Me han llamado 10 u 11 veces. Muy secos, muy fríos y metódicos. Yo no sé si usted ha tratado alguna vez con alguien de la Casa Real…
¿Y para qué le llamaban?
Me preguntaban qué tal estaba y ya está. Pero con todo lo que he movido, nadie me ha dicho nunca nada. Ni me han amenazado, ni me han hecho vigilancias que yo sepa.
¿Le trataron como hijo de Juan Carlos de Borbón?
No, de eso no hablamos nunca. Pero quien calla, otorga.
¿Es usted monárquico?
Yo soy español y catalán. Pero le voy a confesar una cosa: vi la coronación solo cinco minutos por televisión y me emocioné un poco. En un momento dado, pensé: “Tú eres el que tenías estar ahí y no él”.
¿Le gustaría que Juan Carlos de Borbón le llamara?
Claro que me gustaría. Yo lo pararía todo. Mi interés no es hacer daño. Si he recurrido a los medios de comunicación es sólo como presión.
Habrá quien piense que busca notoriedad. O dinero…
No. Ya lo habría intentado con la familia de mi madre biológica, que me reconocieron y son una de las familias sino la más rica de España. Yo tengo mi trabajo de camarero.
¿Desde cuándo está usted convencido de que es el hijo de Juan Carlos de Borbón?
En 2001 demandé a la Maternidad de Barcelona y a los 8 ó 9 meses, el juez nos citó. Mi abogada me dijo que era muy raro que el juez quisiera hablar conmigo. Y en su despacho, delante de otras cinco personas –mi abogada, el procurador, una fiscal y otras dos que no recuerdo- me dijo que mi padre era Juan Carlos de Borbón y Borbón, rey de España. Era el juez Maza, del Juzgado número 14 de lo Familiar de Barcelona.
Pero sus sospechas son anteriores.
En 1982 hice mi primera visita a la maternidad de Barcelona para investigar. Me tuvieron 5 horas esperando. No me fui porque tenían mi DNI. “Chaval, no hay nada”, me dijo el director. Cuando le insistí, empezó a ponerse nervioso y a tartamudear. Me dijo que yo había estado en Ibiza y me dijo que mis apellidos eran Bach Ramón, los de mi madre biológica. “Y quién es mi padre”, pregunté yo. “Es muy fuerte”, me decía. “Su padre está en la política y si no pasa nada, permanecerá muchos años”.
En 1986 me fui a México. Para casarme pedí mis datos a España y me mandaron una fe de bautismo distinta a la que yo tenía. Años después, en España, contraté a unos detectives privados. Un obispo les habló de la familia Bach Ramón y les dijo a los detectives que intercalaran los apellidos. El 8 de agosto de 2000 quise regresar a México, pero un hombre me llamó por teléfono y me dijo que allí corría peligro. Perdí el dinero de los billetes y ya, por miedo, no he vuelto. Llevo 14 años sin ver a mis hijas, aunque tengo contacto diario con ellas.
¿Usted se considera un niño robado?
Mi madre tenía 18 años cuando yo nací y se la quitaron de los brazos. A los dos meses me llevaron a Ibiza y a ella, a Suiza, durante dos años. Era algo habitual cuando eras de una familia de alta sociedad. Estuve cinco años con una familia, pero apenas me acuerdo. A mi madre le dijeron cinco años después de nacer que yo había muerto. Después de Ibiza, estuve dos o tres años en una masía grande, donde una señora rubia, muy arreglada, venía a veces y me daba besos y me traía juguetes. Unos dicen que podía ser la madre del rey y otros que era mi abuela materna. Después fui adoptado por una familia que me dio sus apellidos, los que tengo ahora.
Y hay cosas que no le cuadran en su propia biografía.
Cuando hacía la mili, íbamos a una maniobra con fuego real en los Monegros. Me sacaron de allí de repente y el general de división en persona me dijo que mi padre (adoptivo) había sufrido un pequeño accidente, que estaba bien, pero que me daban ocho días de permiso. Cuando llegué a casa, a mi padre no le había pasado nada. Estaba trabajando en el campo.
Ha contado usted que un agente del CESID le pidió realizar una grabación en la que usted renunciase a la Corona.
En el año 2007 yo conocí a un hombre que estaba ya retirado del CESID, pero como hacen con algunos retirados, a este lo cogieron para un caso especial. Desde el principio tuvo mucho interés en mí. Me decía: “Tú eres el mayor, el heredero”. ¿No te importaría renunciar a la Corona? Quiero grabar cómo tú renuncias a la Corona. Y lo grabamos. Me llevó a conocer al jefe del CESID en Cataluña, que estaba en Barcelona. Incluso me hicieron alguna demostración. Me decían: “Ves aquellos, con esos móviles, van a dejar de funcionar”. Y de repente, los apagaban, con un aparato que llevaban en un maletín.
Usted ha ampliado la demanda de paternidad y ha incluido una prueba de ADN.
Esos hombres del CESID un día me preguntaron si quería hacerme una prueba de ADN con el rey. Parte de la seguridad del rey es del servicio secreto y entre ellos se hacen favores. Cogieron la prueba de un vaso donde el rey había bebido. Lo mandaron a un laboratorio que el CESID trabajaba mucho con ellos y a los 6 ó 7 días me dieron los resultados: positivo al 99,9%.
¿Qué opina del procesamiento de la infanta Cristina?
Aquí no entro mucho. La Cristina es mi hermana y en las familias hay cosas que se juzgan dentro de las familias y otras que no. Yo he he estado casado y en pareja se habla todo, pero yo veo más bien responsable a él. No me entra en la cabeza. Ella es una culpable inocente. El es el principal. Urdangarin, con el estatus que tenía, más lo que ganó con el deporte… Pero me duele, sí.
¿Hasta dónde va a llegar con la demanda?
Conmigo lo tiene muy complicado (Juan Carlos de Borbón). Ya lo iremos viendo poco a poco. A las buenas, no. Créame, que con hablar, lo paro todo.