La “baronesa” del PSOE le salvó la Conferencia Politica a Alfredo Pérez Rubalcaba. Susana Díaz se está convirtiendo en un valor en alza en el partido, y su discurso inaugural en el cónclave socialista encandiló a los delegados y, sobre todo, fijó posiciones que dieron un cambio de rumbo a las estrategias previstas por algunos barones socialistas. Díaz dejó muy claro que Andalucía, la federación más importante del PSOE con casi el 25% de su militancia, respalda a Alfredo Pérez Rubalcaba para que culmine el proyecto político. Pero, a su vez, como luego aclaró el otro líder andaluz, Mario Jiménez, dicho apoyo conlleva el compromiso de Ferraz para acelerar los cambios de personas en el PSOE y que se abra el proceso de primarias en el próximo Comité Federal del partido, que se celebrará o a medidados de diciembre o en la segunda semana de enero.
Rubalcaba aceptó el acuerdo tras saber que Tomás Gómez, y otras barones del partido querían escenificar en la Conferencia Política una petición pública para que saliera un calendario de primarias definitivo en este encuentro. Andalucía estaba coqueteando con esa operación, pero finalmente se descolgó de la misma. Sin Andalucía, sólo Tomás Gómez quiso seguir adelante con el órdago de obligar a que la Conferencia Política fijara una fecha de primarias, mientras que otros barones como Guillermo Fernández Vara o Emiliano García-Page vieron claro desde primera hora que la operación estaba frustrada. Su petición, en las comisiones internas, se limitó a pedir que se garantizara una fecha y la apertura del proceso en el próximo Comité Federal, algo ya pactado y que, además, es lo que quería Ferraz.
En la dirección federal del PSOE se respiró con tranquilidad tras este acuerdo, porque era el frente que más les preocupaba y el resto quedó completamente desactivado. Primero, los posibles candidatos optaron por un papel moderado. Ni en los diálogos que moderaron Patxi López o Eduardo Madina hubo ningún afán de protagonismo. Y Carme Chachón, aunque se dio un baño de multitudes a su llegada a la Conferencia Política, estuvo todo el tiempo moderada y conciliadora. Eso sí, afirmó: “Yo también he vuelto”.
Tampoco estalló el tema del PSC. Los socialistas catalanes vinieron conciliadores y, de nuevo, la intervención de Susana Diez apelando a “lo que nos une” tranquilizó muchas posiciones. Eso sí, la “baronesa” andaluza, advirtió de que quieren seguir juntos, aunque no ocultó que existen grandes discrepancias.
El resto de la Conferencia Política salió a gusto de la dirección federal. Felipe González estuvo prudente y no entró en el debate interno como los días previos. Y José Luis Rodríguez Zapatero, que no suponía ningún peligro en estos a asuntos, cumplió su papel sin más hablando de temas de igualdad.
A nivel orgánico, también ganó el aparato. En la comisión donde se abordaban las primarias, se dejó prácticamente todo en manos del próximo Comité Federal: el reglamento, si habrá o no doble vuelta y otros muchos detalles. Sí se acordó que se rebaja al 5% el número necesario de avales para ser candidato y también se aprobó, a propuesta de Juventudes Socialistas, que en las primarias del PSOE puedan votar los mayores de 16 años. El resto del desarrollo, salvo algunos detalles, estará en manos de lo que decida la Ejecutiva y lo que apruebe el Comité Federal.
Otro acuerdo limportante es que no se elegirá al secretario general por voto directo. El tema decáe de la Conferencia Política y se acordó llevarlo al próximo Congreso Federal del partido que, en cualquier caso, elegirá al futuro líder del PSOE por el voto de los delegados, como se ha hecho hasta ahora.
Rubalcaba clausurará este domingo la Conferencia Política de la que, una vez más, ha salido vivo. Aseguran los sectores críticos que es la última concesión que se le hace y se admite que Ferraz ha trabajado mucho para culminar este proyecto, y que aunque hay clamor por el cambio de liderazgo, no se merecía la actual dirección que le dinamitaran la Conferencia. Rubalcaba ha vuelto a salvar los muebles, cuando tenía casi todo en contra. Parece que este era su último cartucho, pero ya se verá.