El Tribunal Supremo ha decidido confirmar la sanción de seis meses de suspensión impuesta a un guardia civil de la localidad cacereña de Santiago de Alcántara por dirigir comentarios machistas y sexuales durante meses a una compañera. El agente sancionado, que en el juicio se limitó a decir que todo era de “cachondeo”, le hizo diversas insinuaciones sexuales y le dijo varias frases machistas como “Te han crecido las tetas” o “Todas las mujeres son unas putas”, entre otras.
Víctima y acosador eran compañeros de la Guardia Civil en el puesto de Santiago de Alcántara, en Cáceres, y de manera frecuente formaban binomio para trabajar juntos y a solas. Era en esos momentos cuando el cabo se dirigía a la afectada para hacerle insinuaciones sexuales. “Estamos solos en el pabellón y nos lo podíamos pasar muy bien durante el servicio”, Te han crecido las tetas“ o ”La polla me llega a la rodilla“ eran algunos de los comentarios que tuvo que escuchar la agente.
También era el momento en que este agente sancionado, que a veces presumía de haber sido detenido por violencia de género, profería frases machistas como “todas las mujeres son una putas, que no hay quien encuentre a una que merezca la pena o en condiciones, que no sirven para nada” o “Lo que a las mujeres les gusta es que las agarren del pelo y las peguen en el culo”.
La guardia civil acosada terminó poniendo los hechos en conocimiento del comandante del puesto de Santiago de Alcántara, que abroncó al cabo, lo que provocó su represalia contra la víctima. “Cuando me quede de comandante del puesto, te vas a enterar, no se replica, estás sometida a disciplina militar”, le dijo en referencia a la posibilidad de que él algún día se convirtiera en su superior y ella no pudiera hacer nada contra estos comentarios. “No lo he denunciado antes por miedo a las represalias”, dijo al comandante del puesto.
Cuando la agente denunció el machismo al que estaba siendo sometida por parte de su compañero, el resto de guardias civiles del puesto dejaron claro que no era una actitud aislada. “Ha llegado a presumir de haber sido detenido por violencia de género y habitualmente hace comentarios machistas”, relató uno de los testigos. Otro dijo que “es muy machista y hace comentarios despectivos sobre las mujeres” y todos coincidieron en definirle como un “mentiroso”.
La versión del agente sancionado pasaba por negar las proposiciones sexuales, enmarcar sus comentarios machistas en el “cachondeo” y acusar a la víctima de ser una “fabuladora”. Argumentos que no convencieron a la Ministra de Defensa, que es quien primero firmó su sanción, al Tribunal Militar, donde se recurrió, y finalmente tampoco a la sala quinta del Tribunal Supremo. Los jueces de lo militar han confirmado la sanción de medio año de suspensión por una falta muy grave de acoso sexual.
“Su comportamiento no es el normal en una víctima de acoso”
Las dos sentencias del caso, que ha examinado elDiario.es, avalan la declaración de la víctima y descartan la estrategia de defensa del acusado, que llegó a cuestionar que la actitud de la mujer a la que acosó no se corresponde con la actitud “normal” de una víctima.
En su recurso de casación ante el Tribunal Supremo, afirmó textualmente que el comportamiento de la víctima “no es el normal y previsible en una víctima de acoso laboral y aún menos sexual” para después destacar que “no es una civil” y como agente de la autoridad tendría que haber denunciado inmediatamente y no esperar. Ella especificó desde el principio que no denunció los hechos en ese mismo momento por miedo a las amenazas de represalias del propio acosador.
Los informes psicológicos aportados al caso ya recomendaban entonces que el condenado y la víctima fueran separados y dejaran de trabajar juntos. El profesional, que se entrevistó con la agente, avaló la veracidad de su declaración, criterio que han asumido tanto el Tribunal Militar Central como ahora en firme la sala quinta del Tribunal Supremo.
El Supremo descarta estos argumentos y revisiones de las pruebas tal y como, previamente, el Tribunal Militar Central había avalado la declaración de la mujer. “No existe prueba alguna que permita sostener que la Guardia miente, mientras que por el contrario de las declaraciones prestadas por los componentes del Puesto, hay una total coincidencia en que el Cabo 1º mantiene un comportamiento machista en sus relaciones habituales, y que es un mentiroso”, destacaron los togados militares.