Las tarjetas opacas del rey emérito que investiga la Fiscalía también sirvieron para pagar gastos de sus nietos Froilán y Victoria Federica. El dinero al margen del control fiscal se empleó al menos durante tres ejercicios para abonar viajes en Uber, compras en El Corte Inglés y clases de piano, según ha publicado El Confidencial. De acuerdo con esta información, las infantas Elena y Cristina también habrían empleado fondos de estas tarjetas ocultas al fisco.
Juan Carlos I ha presentado una regularización fiscal al Ministerio de Hacienda por valor de 500.000 euros por cantidades no declaradas que había gastado con estas tarjetas de crédito y con unos fondos cuyo origen es parte de una investigación de la Fiscalía adelantada por elDiario.es. El intento de saldar cuentas con Hacienda, del que informó El País, consiste de momento en un escrito presentado por el abogado del emérito ante la Agencia Tributaria y busca evitar la investigación judicial en manos del Ministerio Público. El organismo de Hacienda estudia la propuesta enviada por el letrado Javier Sánchez-Junco.
En Anticorrupción no solo están analizando todos los gastos de estas tarjetas, sino también el origen de los fondos con los que se cubrían: un dinero procedente del extranjero. Las entregas, realizadas entre 2016 y 2018, no se hacían directamente al exmonarca.
El empresario mexiano Allen Sanginés-Krause traspasaba los fondos a una cuenta administrada por un colaborador de Casa Real, el coronel del Ejército del Aire Nicolás Murga Mendoza. Él mismo reconoció a TVE, y así consta es su declaración voluntaria ante la Fiscalía, que giró 27.000 euros al militar para el cuidado de una yegua y pagó más de 100.000 euros al emérito en viajes por su amiga.
A esa cuenta se cargaron numerosos recibos de servicios de los que, según el Confidencial, disfrutaron sobre todo los nietos del emérito, hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. El dinero que habría circulado por este canal de financiación superaría los 250.000 euros anuales. También se han descubierto cargos efectuados con tarjetas cliente de El Corte Inglés que se alimentaban también con el saldo disponible en la cuenta del coronel.