Si va con un carrito, muletas o cargado con la compra, evite pasar por el lugar que los candidatos a las elecciones eligen para dar un paseo preelectoral. Y, si es Pedro Sánchez, más. Corre el riesgo de ser arrollado por el grupo que le acompaña, incluidos los reporteros gráficos que caminan de espaldas, o de tardar un buen rato en atravesar a la multitud. Fue lo que pasó este lunes a mediodía en Puente de Vallecas.
Pedro Sánchez eligió ese distrito madrileño, que es un tradicional bastión del PSOE que los socialistas denuncian que Manuela Carmena ha abandonado, para uno de los tradicionales paseos que se da en las campañas. En la de las generales lo hizo por Ibiza y también protagonizó una visita casi clandestina por Lleida.
El presidente en funciones ha llegado a la avenida de la Albufera a las 14:05 horas, con un ligero retraso debido a su presencia en los actos del aniversario de la Guardia Civil. Allí le esperaban decenas de personas entre personal de seguridad, periodistas y cargos del partido. “Con Rivera, no”, ha sido el grito que ha escuchado Sánchez nada más iniciar su recorrido a pie. Fue el clamor en la calle Ferraz durante la celebración de la victoria del 28A y los militantes no lo han olvidado.
El líder socialista ha echado a andar entre besos, abrazos y selfies. Los últimos son su especialidad: agarra el teléfono del que se le acerca, se le encarama, pone cara de foto y prosigue la ruta a trompicones, porque la escena se repite prácticamente a cada paso. Sánchez ha saludado al quiosquero, al frutero chino y a las dependientas del FotoPrix que se han asomado a cotillear el espectáculo.
“Me he hecho una foto con Pedro Sánchez, ahora se lo digo a mi mama”, comentaba una chica vestida de uniforme. “Presidente, un abrazo. Es usted un buen presidente y que se quede para siempre”, le ha dicho una de las mujeres que le ha besado. “No me desee tanto bien”, le ha contestado Sánchez, a quien le cuesta ser espontáneo en determinadas situaciones.
De la que ha salido al paso con dos besos ha sido de la conversación con una señora que le ha perseguido unos metros desde la parada del autobús con un objetivo claro: saludarle y reclamarle que cuide las pensiones. Sánchez ha aprovechado para presentarle al candidato al Ayuntamiento, Pepu Hernández, su apuesta personal: “¡No le conozco!”. La mujer, que sí había visto en la televisión a Gabilondo, ha desparecido entre la marabunta que seguía al presidente.
Cruzar la calle para el grupo también ha sido una odisea que ha comenzado con un grito de los fotógrafos para que no les estropearan el plano en el paso de peatones. También ha sido la oportunidad del periodista de Telecinco de preguntarle por sus aspiraciones de Gobierno –el equipo de prensa del líder del PSOE había dejado claro que no era una convocatoria para hacer preguntas que Sánchez no contesta desde la última entrevista que concedió antes del 28A–. “¿Presidente, habrá luz verde a un Gobierno con Podemos?”. “¿Has visto? –le ha respondido señalando el semáforo–. Está en rojo ahora”.
33 minutos y 450 metros después Sánchez ha llegado a la Casa del Pueblo del PSOE de Puente de Vallecas, donde se ha reunido con asociaciones del barrio. Antes de entrar, Sánchez ha batido récord de besos en espacio y tiempo mientras los teléfonos de los curiosos seguían tomando fotos y grabando. “Póngase a la sombra”, ha terminado por recomendar a un anciano que aguardaba para saludarle bajo el sol pasadas las 14:30 horas y superados los 30º.