“Tema zanjado, miremos adelante”: Sánchez impone al PSOE tono bajo con Podemos y reactivar la agenda de reformas

Los teléfonos empezaron a sonar a las 9.00 de la mañana del jueves. De repente, y tras meses de bloqueo, las negociaciones sobre la ley de vivienda y la reforma de las pensiones se reactivaron en busca de un acuerdo exprés que sirviera de cortafuegos a la crisis política que mantiene al Gobierno contra las cuerdas a cuenta de la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. Los contactos se sucedieron ese día al más alto nivel. Los ministros José Luis Escrivá (Seguridad Social), Yolanda Díaz (vicepresidenta y ministra de Trabajo) y Ione Belarra (Derechos Sociales) concretaron sobre la marcha una reunión a tres bandas en la que quedó cerrado el acuerdo sobre pensiones. De forma paralela, el pacto en vivienda también quedó encarrilado. 

Ni siquiera habían pasado 48 horas del mayor enfrentamiento público en lo que va de legislatura entre los socios del Ejecutivo. Un auténtico incendio a ojos de todo el mundo en el Congreso con acusaciones cruzadas por la reforma de la Ley de Libertad Sexual que el presidente del Gobierno se apresuró a sofocar. Tras la sesión parlamentaria del martes, en la que el cuerpo a cuerpo entre el PSOE y Unidas Podemos alcanzó unas cotas de tensión que recordaron a los tiempos de ruptura previa al acuerdo de coalición, Pedro Sánchez dio entre las filas socialistas instrucciones expresas de echar el freno: “Tema zanjado, miremos adelante”, pidió el presidente. 

La orden fue recibida como la actualización de una hoja de ruta (seguir defendiendo la vigencia del Gobierno de coalición) que, aunque ya estaba trazada, vivió momentos de verdadera zozobra durante la semana. “Lo que han hecho hoy es indecente, menos mal que decide Pedro Sánchez porque si decidiera yo…”, dijo en caliente uno de los diputados más veteranos del PSOE preguntado por el futuro de la coalición nada más salir del hemiciclo tras la intervención de la diputada de Unidas Podemos, Lucía Muñoz. 

Durante el debate de toma en consideración de la proposición de ley para reformar el 'solo sí es sí' Muñoz acusó a los socialistas de “aliarse con Vox y el PP” para que los jueces “vuelvan a preguntar” a las mujeres si cierran “bien las piernas”. Y añadió: “Lo que hay es un puñado de fascistas que pretenden volver al silencio o la culpa, a que si no nos matan, no nos crean”. Sus palabras indignaron a la bancada del PSOE. Muchos diputados gesticularon desde su escaño en señal de rechazo y estallaron en los pasillos del Congreso una rabia contenida a la que le puso voz Patxi López. “Es impresentable”. Antes, la diputada y secretaria de Igualdad socialista, Andrea Fernández, había pedido a Unidas Podemos cesar sus ataques. “Estamos cansadas de sus peroratas, señorías de Unidas Podemos. Dejen la hipérbole y háblennos de soluciones, es lo maduro y lo serio”. 

En Ferraz reconocen que la sesión del martes dejó heridas que tardarán en cicatrizar. “El grupo parlamentario se quedó muy tocado con la intervención de Podemos. Fue una especie de sentimiento de desprecio de unas personas que al final gobiernan contigo y a las que dan ganas de decirles que, si tanto nos desprecian, pues que sean coherentes y se marchen”, comenta una de las personas que forman parte de la dirección del partido. 

Los diputados del PSOE venían ese mismo martes por la mañana de una reunión a puerta cerrada que varios asistentes coinciden en definir como una terapia de grupo. Patxi López y Santos Cerdán dirigieron a sus compañeros de bancada mensajes de respaldo explícito a su “honorabilidad” y les instaron a tener “la cabeza alta” tras semanas de acusaciones generalizadas de la extrema derecha a cuenta del caso Mediador. El portavoz de los socialistas advirtió, además, a sus compañeros de no hacerle el juego a la derecha en el debate del 'solo sí es sí'. “Recordad: cuando la derecha vota a favor de esta ley no lo hace en favor de las mujeres, lo hace en favor de la división del Gobierno”, dijo. Horas después sería él mismo quien estallaría públicamente contra Podemos.  

Un “capítulo cerrado”

En la Moncloa, donde políticamente se ha cortado cualquier interlocución con el Ministerio de Igualdad y donde también existe un profundo malestar con “el ruido” generado por la dirección de Podemos en torno a la ley, la decisión fue, sin embargo, cortar de raíz la espiral de enfrentamiento. “Patxi expresó lo que sentía mucha gente en el PSOE, pero quizás se pasó de frenada”, razonan en el ala socialista del Ejecutivo, donde admiten que el plan es pasar página cuanto antes. “Lo que no tiene sentido es que nos quedemos atascados en una situación que no aporta nada positivo”. 

En plena cuenta atrás para las municipales y autonómicas de mayo la directriz de Pedro Sánchez es “no tensar más la cuerda” de la coalición independientemente del tono público que emplee en sus críticas la dirección de Podemos. “Nos damos un tiro en el pie si magnificamos las diferencias”, sostienen los socialistas, que explican que cuando el presidente pide “mirar adelante” significa volver a la senda de las reformas. “Habiendo hecho todo lo que hemos hecho durante la legislatura y de lo que estamos tan orgullosos, el plan no puede ser otro que cerrar el capítulo de las diferencias y centrarnos en lo importante”, plantean, en referencia a medidas como la reforma de las pensiones o la ley de vivienda que se pretenden sacar adelante recomponiendo la mayoría progresista rota por el 'solo sí es sí’'. 

En Podemos celebran los avances en las medidas pendientes y que el PSOE asuma algunas de las tesis que hasta ahora les separaban tanto en la ley de vivienda como en la propia reforma de las pensiones. Pero concluyen que el desbloqueo de las mismas justo esta semana confirma, en su opinión, la asunción por parte de Pedro Sánchez de que la forma de afrontar la Ley de Libertad Sexual tampoco ha sido exitosa para los intereses socialistas. “Es un capítulo cerrado. Ya está”, replica el PSOE.

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