Ha sido una reunión “constructiva”, aunque ha terminado sin acuerdo. PSOE y Unidas Podemos se han emplazado a seguir negociando al no alcanzar un consenso sobre cómo abordar la reforma laboral en un encuentro que han mantenido sus delegaciones durante más de dos horas en la zona que el Gobierno tiene reservada en el número 36 de la Carrera de San Jerónimo. “Nos hemos emplazado a seguir hablando”, señalan fuentes socialistas, que destacan el “buen tono” de la conversación. Desde Unidas Podemos aseguran que “no hay un consenso” en el seno del Ejecutivo para encauzar esa reforma y emplazan al PSOE a “aclarar cuál es su propuesta”. El conflicto llega en el ecuador de la legislatura y, aunque los socialistas tratan de circunscribirlo al funcionamiento normal de un bipartito al compararlo con otros desencuentros previos -como la ley de vivienda o el Ingreso Mínimo Vital-, la reforma laboral es una promesa fundamental del Gobierno de Pedro Sánchez y la piedra angular del mandato de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La pugna respecto a la derogación de la reforma laboral se mantiene tras un encuentro en el que no ha habido acercamiento de posiciones aunque ambas partes aseguran que se ha intentado rebajar la tensión después de que en los últimos días Unidas Podemos haya llegado incluso a amenazar con una querella por prevaricación contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, por la pérdida del escaño de Alberto Rodríguez tras una sentencia del Tribunal Supremo. El grupo confederal -en el que no había unanimidad respecto a esa estrategia- ha renunciado a esas acciones legales, aunque Podemos mantiene el pulso al sostener que Batet debería dimitir.
En todo caso, ese asunto no se ha abordado en la reunión de este lunes en la que solo hablaron de la reforma laboral sin que se produjeran avances significativos ni en el fondo ni en la forma. La cita se produjo a instancias del socio minoritario, que denunció el pasado viernes una “intromisión” de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, en la negociación que marcará el futuro de la coalición.
La falta de entendimiento tiene que ver con dos niveles: los contenidos y también con quién lidera la negociación después de que los socialistas quieran que sea Calviño la que coordine los trabajos como vicepresidenta del área económica, a pesar de que Yolanda Díaz lleva meses liderando las conversaciones con sindicatos y patronal. “Es importante el qué, no solo el quién. Queremos que el PSOE aclare cuál es su propuesta para derogar la reforma”, agregan fuentes del grupo confederal, que reconocen la preocupación después de que Pedro Sánchez, Calviño y otros dirigentes socialistas hayan evitado hablar de “derogación de la reforma laboral” y se hayan referido a un nuevo marco de relaciones laborales o a “actualizar” el actual.
Ambas formaciones son conscientes de que están condenadas a entenderse. “Va a haber entendimiento. Hay que establecer un método. Las próximas horas son fundamentales”, señala un interlocutor socialista que apunta a que habrá conversaciones en seno del Gobierno. “Cada vez que hay reuniones lógicamente se intentan acercar posturas, pero mientras no esté cerrado el acuerdo la tensión va a seguir. Nosotros siempre tratamos rebajar la tensión, este es un tema crucial que queremos cerrar cuanto antes. Necesitamos solventar esta situación. Hemos intentado acercar posturas, aunque no ha sido posible”, apuntan fuentes de Unidas Podemos.
El qué y el quién
El PSOE tiene claro que no va a dejar en manos de Unidas Podemos una bandera para la izquierda: se reivindica como el partido mayoritario en el seno del Gobierno y defiende su capacidad para “participar” en la actualización de la legislación en materia laboral. “Todo el Gobierno está comprometido en abordar la modernización de la legislación laboral para extirpar la precariedad, impulsar la competitividad de la economía y restablecer el reequilibrio entre empresarios y trabajadores. Una legislación así, con vocación de perdurar, se hará en España como se hace en Europa, con diálogo social y con vocación de consenso”, advirtió Sánchez este lunes por la mañana en un acto en el Ministerio de Economía en el que, además de Calviño, estaba presente el comisario europeo de Finanzas, Paolo Gentiloni. La propia Calviño ha reducido el liderazgo de Trabajo en la reforma laboral y ha reivindicado su papel en la negociación al asegurar que las diferentes mesas de trabajo ministeriales estarán coordinadas por la mesa de diálogo social para el Plan de Recuperación, que hasta ahora han presidido Sánchez o ella misma.
La tensión ha ido en aumento desde que el viernes la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, reclamara a través de Twitter una reunión de la mesa de seguimiento del pacto de coalición y este lunes la propia Yolanda Díaz ha elevado el tono al apuntar a que el PSOE tiene dudas respecto a la derogación de la reforma laboral y le ha pedido que se “aclare”: “Es evidente que hay una parte del Gobierno que no quiere que se cambie el modelo de relaciones laborales, [que quiere] que se mantenga el 'statu quo”. “No va de quién lidera, va de qué vamos a hacer con la principal reforma del mercado de trabajo de nuestro país”, ha apostillado la vicepresidenta segunda, que cuestiona las intenciones de los socialistas respecto a la derogación de algunos aspectos de la normativa del PP, como la prevalencia de los convenios de empresa sobre los del sector. En el Ministerio de Trabajo temen que la jugada de incluir a Calviño en la mesa suponga una merma en sus aspiraciones. También los sindicatos están en alerta ante la posibilidad de que los socialistas pretendan reducir sus expectativas, informa Laura Olías.
Esa es una de las preguntas que ha dejado sin responder, por su parte, el portavoz de la Ejecutiva, Felipe Sicilia, que ha evitado pronunciarse sobre las intenciones del PSOE respecto a los contenidos de la negociación de la reforma laboral, incluso aquellos que figuran en el acuerdo de la coalición. Se ha escudado en que no iba a revelar la posición en plenas conversaciones. Fuentes socialistas intentan despejar las dudas respecto a los posibles desencuentros programáticos y aseguran que es “normal” que Calviño asuma un rol predominante dada su posición como vicepresidenta primera y responsable del área económica, a pesar de que Díaz ya lleva meses sentada en la mesa del diálogo social. “Es un partido que cumple”, ha asegurado la número dos del PSOE, Adriana Lastra, a su llegada a la reunión con el socio minoritario. “Nadie nos lleva a rastras a la reforma laboral. ¿De verdad alguien pensaba que no íbamos a estar ahí?”, señalan esas fuentes ante el protagonismo que ha adquirido la vicepresidenta segunda en la negociación con sindicatos y patronal.
Desde la coalición reivindican el liderazgo de Díaz. “Pensamos que Nadia Calviño, que es una persona que se ha mostrado siempre en contra de derogar la reforma laboral, quizá no es la más más indicada para pilotar este proceso”, ha destacado la portavoz de Podemos, Isa Serra, sobre las pretensiones que mantenían para el encuentro de este lunes. “La parte socialista nunca ha vetado a ningún interlocutor”, ha recordado este lunes por la noche la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en una entrevista en La Noche de RTVE.
Las delegaciones de PSOE -compuesta por el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, la de Hacienda, María Jesús Montero, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, y el portavoz parlamentario, Héctor Gómez- y Unidas Podemos -integrada por Ione Belarra, el secretario de Estado de Agenda 2030, Enrique Santiago, la ministra de Igualdad, Irene Montero, el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, el jefe de gabinete de Yolanda Díaz, Josep Vendrell, y el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez- han llegado a la quinta reunión de la mesa de seguimiento del acuerdo desde que nació la coalición tras una importante tensión también a propósito de la pérdida del escaño del diputado canario Alberto Rodríguez.
La decisión de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, de cumplir con el criterio del Tribunal Supremo tras la sentencia condenatoria contra Rodríguez provocó una airada respuesta de Unidas Podemos que llegó a anunciar una querella contra la dirigente socialista. La estrategia, que no compartían ni Alberto Garzón, ni Yolanda Díaz ni los comunes, se ha ido reconduciendo y finalmente ni el grupo confederal ni el exdiputado irán contra la tercera autoridad del Estado, aunque el afectado sí pretende defender sus derechos ante el Tribunal Constitucional e incluso en Estrasburgo. Podemos ha exigido la dimisión de Batet mientras que el PSOE ha mostrado su absoluto respaldo. Aunque los socialistas han intentado contemporizar tras el enfado inicial, han defendido que Batet actuó como debía. “Es curioso que pida la dimisión de una presidenta que lo único que ha hecho es cumplir con la ley y una resolución judicial”, zanjó Sicilia.