“El abajo firmante, se compromete como usuario de la tesis que arriba se menciona, a no fotocopiar su texto o reproducirlo gráficamente, y hacer un uso de la misma, adecuándose a la legislación vigente de propiedad intelectual”. Esta es una de las condiciones que figuran en el formulario que debe rellenar cualquier persona que quiera consultar la tesis doctoral del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Indicando el nombre del trabajo, el autor, la razón que ha motivado la consulta y firmando el compromiso de no reproducir gráficamente la obra, se puede acceder sin límite de tiempo a la tesis con la que en el año 2012 un entonces desconocido para el gran público Pedro Sánchez se convirtió en doctor en Economía por la universidad privada Camilo José Cela.
Amparándose en la “propiedad intelectual”, Sánchez dificulta el acceso de los medios de comunicación (y particulares) a su trabajo. Desde la universidad aseguran a eldiario.es que la decisión de que la obra pueda reproducirse debe tomarla el autor que la firma y que no pueden “facilitarla” sin su “consentimiento expreso”: “Nosotros lo único que controlamos es que el proceso de lectura se haga de acuerdo con lo establecido, la decisión de que la obra pueda ser reproducida debe tomarla el autor. En este caso, el presidente Pedro Sánchez”. Es decir, que si el socialista lo decide, podrían hacerse copias o incluso ofrecer la versión digital para cotejarla con otros textos para determinar, por ejemplo, si hay algún plagio.
Además de aceptar este compromiso, para consultar la tesis del jefe del Ejecutivo este miércoles había que hacer cola. El desafío que Ciudadanos ha lanzado al Gobierno para que presente el trabajo de Sánchez, ha reavivado el interés mediático sobre la polémica tesis. “La universidad parece una feria de periodistas. Todo Dios mirando la tesis de Pedro: cámaras, fotógrafos...”, asegura una trabajadora de la universidad que prefiere no ser identificada para este reportaje.
Este miércoles, cámara y libreta en mano, un puñado de periodistas han esperado frente a las puertas del 'Hexagon' –el edificio de planta hexagonal que ocupa la biblioteca– a que llegara su turno para consultar uno de los secretos mejor guardados del Ejecutivo: Innovaciones de la diplomacia económica española: análisis del sector público de Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
“Hay veinticinco medios de comunicación que han pedido ver la tesis, por lo que tenemos lista de espera hasta este jueves”, explica uno de los encargados de la biblioteca, que desde ayer se encarga de gestionar los turnos de visitas. La afluencia de este miércoles ha sido tan “inesperada” que la universidad ha decidido ampliar este jueves el horario de la biblioteca.
A escasos cinco metros del mostrador, entre estanterías llenas de libros y controlados por las miradas intermitentes de las bibliotecarias, los periodistas pueden pasar un tiempo ilimitado ojeando las 342 páginas de la tesis. “Es un truñaco”, explica a eldiario.es uno de ellos después de leerla cuando se le pregunta por su contenido.
Cuando dos personas se acercan a la biblioteca cargando con grandes cajas de cartón, los trabajadores de la universidad bromean: “¿Qué llevas ahí, la tesis del presidente?”. Y es que el despliegue mediático en el campus de Villafranca del Castillo (Madrid) ha sorprendido a los trabajadores de la UCJC.
“Desde el año 2015 hay periodistas que han venido a consultar esta tesis, no entiendo por qué hay este interés ahora”, dice extrañado un empleado de la universidad, que insiste en que la tesis lleva “años” disponible para consulta. “Eso de que no puede verse es un mito”. Sin embargo, esta redacción intentó acceder a su contenido en 2014 y desde la biblioteca del centro se advirtió de que era necesaria una autorización expresa del autor. La misma respuesta que recibieron otros informadores e investigadores.
“Lo que quiero ver es si el trabajo responde al nivel de un doctor en economía”, cuenta otro periodista. Él es uno de los que se fue este miércoles de la UCJC sin poder ver el trabajo de Sánchez. Tendrá que volver este jueves, “a partir de las 8 de la mañana”. Cuando le preguntan qué espera encontrar, responde que no ha venido con predisposición alguna, pero matiza: “Si hay un plagio, quiero descubrirlo”. Sin la copia digital, lo tendrá complicado.