La investidura de Mariano Rajoy el próximo sábado tendrá un foco de atención fuera del hemiciclo. La Coordinadora 25S ha convocado una protesta a la misma hora en la que se votará la designación del candidato del PP como presidente del Gobierno. Un nuevo Rodea el Congreso contra la abstención del PSOE que transitará alejada del Parlamento y que ha sido defendida por los portavoces de Unidos Podemos y las confluencias, ante las críticas de los partidos que auparán a Rajoy a un segundo mandato al frente del Ejecutivo.
La del sábado no es la primera ni será la última movilización que recibirá atención mediática por el apoyo de los diputados de Podemos y de sus aliados. Ya ocurrió el 19 de octubre, durante el motín en el CIE de Aluche, en Madrid, adonde acudieron varios cargos públicos. Y unos días antes con la presencia de Íñigo Errejón en una manifestación de trabajadores de telemarketing, en la que también participaron miembros de IU. Entre medias, la multitudinaria marcha en Granada a favor de la sanidad pública.
Además se podrá ver el jueves, en la marcha convocada por estudiantes contra la Lomce. Y un día después hay otra concentración contra la investidura de Rajoy convocada por Izquierda Abierta, el partido de Gaspar Llamazares y Montse Muñoz.
Es la puesta en práctica de la estrategia de tener un pie dentro y otro fuera de las instituciones que, con matices, defienden los dirigentes de los distintos partidos y grupos de Unidos Podemos ante el aumento de la conflictividad social que vendrá acompañada de las políticas que el PP aplicará con el apoyo de Ciudadanos y, al menos en la investidura, del PSOE.
Lo explicaban el líder de IU, Alberto Garzón, y el de En Comú, Xavi Doménech, tras verse con el jefe del Estado en la ronda de consultas previa a la investidura. Garzón echaba mano de la estadística para explicar que el empeoramiento de las condiciones materiales de la gente es el principal motivo históricamente para que aumenten las protestas en la calle. Y anunciaba su apoyo a la movilización del sábado ante la “traición histórica” socialista. El portavoz catalán apuntaba este martes que el incumplimiento de los compromisos por parte de PSOE y Ciudadanos pueden ayudar a “generar rechazo y protesta”.
Doménech además lanzaba una advertencia hacia sus compañeros de escaño: “Habrá una tendencia natural de la gran coalición y de todos sus apoyos político-mediáticos a buscar nuestra criminalización”.
En Unidos Podemos son conscientes de este riesgo. Pero han apostado por apuntalar la oposición parlamentaria con la movilización social, ante el riego de quedar desnaturalizados por el Congreso, como explicaba Pablo Iglesias en una entrevista en eldiario.es.
El secretario general de Podemos y el líder de IU han marcado una cierta distancia con la protesta del sábado. Ninguno de los dos participará durante todo el recorrido de una marcha que partirá de la Plaza de Neptuno para desembocar en la Puerta del Sol. Si el horario de votación se lo permite, se pasarán “a saludar”.
Garzón ya participó en 2012 en el Rodea el Congreso original, cuando ya era diputado, y se vio envuelto en una refriega con la Policía Nacional que intentaba desalojar a los manifestantes.
Ante las críticas recibidas, Garzón se preguntaba en su blog si “los comodines y la guardia de corps del régimen prefieren partidos amordazados y a una población silenciosa para poder saquear y explotar con impunidad”, mientras Iglesias reiteraba que le parece “saludable que los ciudadanos ejerzan sus derechos civiles”.
Ambos han explicado que su intención no es abanderar las movilizaciones, pero sí apoyarlas y secundarlas. IU ha promovido la marcha del sábado en su cuenta oficial de Twitter.