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El debate sobre el apoyo a la investidura de Pedro Sánchez se abre hueco en Unidos Podemos

La opción de un Gobierno alternativo a Mariano Rajoy vuelve al centro del debate a cuatro días de los comicios gallegos y vascos. El tiempo político se acelerará tras el 25S. El portavoz socialista en el Congreso lo reconocía ante los medios este miércoles: “Las conversaciones se retomarán después de las elecciones”. Pero los contactos previos, discretos y de segundo nivel entre el PSOE y Unidos Podemos ya han comenzado.

A la espera de que las negociaciones salten a los líderes, las posiciones tanto en Podemos como en sus aliados distan de ser homogéneas. La propuesta oficial del partido de Pablo Iglesias, un Gobierno de coalición con apoyos externos, comienza a tener contestación interna.

Esa versión oficial la reiteró también este miércoles la portavoz adjunta de Podemos en el Congreso, Irene Montero. “Un Gobierno de progreso para un acuerdo del PSOE con nosotros. No hay otra forma. Otra cosa es que después de llegar a un acuerdo se busquen apoyos parlamentarios. Ahí también entra Ciudadanos”.

Dos días antes el secretario de Organización, Pablo Echenique lo dejaba claro también: “Si se presenta Rajoy, votaremos que no; si se presenta Pedro Sánchez, ya veremos qué plantea. Si es un Gobierno con Unidos Podemos, diremos que . Es la única alternativa. Las otras opciones no nos parecen viables”.

Echenique aseguró ante los medios que en los órganos del partido no se ha planteado un debate sobre otra alternativa ya que, creen, no tiene sentido hablar de opciones que no están sobre la mesa. Pero sí existen opiniones distintas y se han expresado en reuniones oficiales del partido. En un marco hipotético, ya que no hay una propuesta concreta. Pero claramente divergentes.

Lo reconoció Irene Montero en la misma rueda de prensa, sobre las diferencias acerca del discurso de Podemos expresadas en público por el secretario general, Pablo Iglesias, y el secretario político, Íñigo Errejón. “Hay un debate sobre el estilo y sobre la relación con el PSOE”, aseguraba la jefa de Gabinete de Iglesias. Y añadía: “Hay diversas posiciones. Unas tiran a una relación de igualdad con el PSOE y otra línea de tensión que tiene que ver con una relación distinta”.

Una de las dirigentes que tiene una idea alternativa es la secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, quien reconoce a eldiario.es que su apuesta pasa por “forzar al PSOE a que plantee una alternativa” que les obligue “a cumplir con los compromisos que han adquirido en las campañas”. ¿Qué compromisos?: “La derogación de la Lomce, de la ley mordaza, la ley Montoro, y la reforma laboral o subir el SMI”. ¿Y después? “Votar a favor de Pedro Sánchez y ejercer la oposición en el Congreso y en la calle”.

Lo que preocupa a Rodríguez, que rechazó apoyar a Susana Díaz en Andalucía al no alcanzar un acuerdo programático, “es que un nuevo Gobierno del PP, ahora o tras las terceras elecciones, pueda implantar definitivamente sus contrarreformas”. Y añade: “El futuro pasa por la removilización. Si le decimos a la Marea Verde que su lucha no fue en vano, eso va a alimentar las luchas del futuro”.

La consulta a los inscritos

La líder de Podemos en Andalucía, inmersa en un proceso asambleario que concluirá en noviembre, rechaza compartir Gobierno con el PSOE ante las experiencias pasadas en su comunidad. La más reciente, la de IU y su paso por la Junta durante la pasada legislatura. “Todo se justificaba a cambio de algunas cosas, como la Ley de Vivienda que acabó paralizada. Se lanza el mensaje de que no se puede hacer mejor”, apunta. Y zanja: “Prefiero enfrentar dialécticamente al camelo de la pinza, que no va a durar eternamente”.

No es la única voz que se ha expresado de puertas adentro en este sentido, según distintas fuentes de Podemos confirman a eldiario.es, aunque de momento no son públicas y parecen camuflarse en el fragor del debate sobre el tono que deben tener los portavoces del partido.

Lo que todos reconocen es que la decisión final dependerá de los inscritos del partido. En la pasada legislatura, la consulta entre las bases arrojó un abrumador resultado en contra del acuerdo Sánchez-Rivera.

Teresa Rodríguez no duda en este punto: “Un acuerdo con Ciudadanos dentro, no”. El rechazo a las medidas económicas que defiende el partido de Albert Rivera es hegemónico en Podemos.

En el partido sí coinciden en esperar a que sea Pedro Sánchez quien dé el primer paso. Confiaban que esto ocurriera en la reunión, presencial o telefónica, que iba a mantener con Pablo Iglesias la semana pasada. Pero la cita nunca llegó por razones que no han trascendido y el PSOE mantiene en público, y en sus contactos en privado con la dirección de Unidos Podemos, que el impedimento para un acuerdo es el “veto cruzado” con Ciudadanos.

En el Consejo de Coordinación de Podemos, sin embargo, la posición mayoritaria es contraria a dar el apoyo al PSOE y luego ir a la oposición en el Congreso. “La oposición sería el PP y a nosotros nos caería la responsabilidad de apoyar al PSOE. Cada vez que votáramos en contra nos acusarían de hacer la pinza”, explican fuentes de la Ejecutiva a eldiario.es.

Divergencias entre los aliados

El crecimiento de Podemos provoca que los dirigentes del partido piensen también en las diferentes administraciones en las que operan, a nivel municipal y autonómico. No significa lo mismo la ausencia de Gobierno para quien tiene que gestionar un presupuesto y ve cómo las cuentas para 2017 siguen pendientes de concreción.

En esa situación están algunos de los aliados del partido de Iglesias. El que más claro se ha expresado hasta ahora es Compromís. La coalición que comparte Gobierno en la Generalitat valenciana con el PSOE no quiere saber nada de unas terceras elecciones y se ha ofrecido para “mediar” entre Iglesias y Sánchez. Un movimiento que no fructificará, si lo hace, hasta después de las elecciones vascas y gallegas.

Del resultado de estos comicios, especialmente de los gallegos, dependerá también la posición de En Marea ante una hipotética investidura. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se ha volcado en la campaña ante las encuestas que vaticinan una mayoría absoluta para Alberto Núñez Feijóo que podría azuzar la guerra abierta contra él por algunos de los dirigentes y referentes de su partido.

La confluencia catalana cree que hay posibilidades todavía de intentar “un Gobierno de progreso”. “Tras el 25S, seguiremos defendiendo, como venimos haciendo, la necesidad de implantar políticas nuevas en España para afrontar los retos que tenemos enfrente: crisis social y económica; la regeneración democrática y el reconocimiento de la plurinacionalidad del estado”, aseguran desde En Comú.

La posibilidad, opinan en la candidatura liderada por Xavi Domènech, “está ahora mismo bloqueada por la no decisión del PSOE, por su parálisis”.

Sobre la fórmula de ese Gobierno, En Comú no se pronuncia. De momento. La alcaldesa de Barcelona Ada Colau, aseguró en una entrevista en La Sexta con motivo de la Diada que “es posible gobernar con 85 diputados”, en referencia a un Ejecutivo en solitario de Pedro Sánchez. Y se puso de ejemplo a ella misma, que inició su mandato en el Ayuntamiento de la capital catalana solo con 11 concejales. Eso sí: poco más de un año después el PSC ha integrado el Gobierno municipal ante el bloqueo de un Consistorio atomizado.

Lo que sí defiende En Comú es que sus diputados no formarán parte de ningún gobierno “que no responda a los grandes retos de la sociedad actualmente: desigualdad, corrupción y derecho a decidir”.

IU: Gobierno y oposición en la calle

Tampoco en IU apuestan por ir a las urnas en diciembre. Aunque su debate es propio y no afecta a Podemos, sí tendría implicaciones en Unidos Podemos. Los diputados liderados por Alberto Garzón tienen libertad de voto dentro del grupo, aunque los representantes de IU en las confluencias obedecen a las decisiones de sus respectivas candidaturas.

El 10 de diciembre la Coordinadora Federal aprobó un documento en la que aseguraban que “existe una mayoría parlamentaria para evitar que el PP vuelva a gobernar”.

El órgano de debate de IU se reunió tres días después de la cita de Alberto Garzón con Pedro Sánchez. Allí, el líder de IU mostró su “disposición de apoyar una hipotética investidura del PSOE siempre y cuando exista un compromiso programático con medidas destinadas a mejorar la vida de la clase trabajadora”, según informó la coalición en una nota de prensa.

En IU coinciden con el análisis de la dirección de Podemos que achaca buena parte de sus problemas electorales a su paso por la institución y el bucle de ruedas de prensa y negociaciones fallidas: “No podemos estar constantemente en este terreno, de ahí que queramos impulsar nuestro espacio, que es el de la movilización y la presencia directa en los distintos conflictos, frente a ese juego de trileros en el que están otros”.