Viejas formas en el nuevo PP: Casado recupera a Aznar, calla sobre el 'caso Máster' y recurre a teorías conspirativas

Las sospechas sobre el máster en Derecho Autonómica y Local que Pablo Casado cursó entre 2008 y 2009 en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid, acorralan al nuevo presidente del PP apenas unos días después de su victoria en el XIX Congreso de los populares. Las supuestas irregularidades que investiga la jueza Carmen Rodríguez-Medel centran el debate político –Ciudadanos ya ha dicho que pedirá su dimisión si es imputado– y ponen a prueba al líder conservador que, en respuesta, ha recurrido a viejas formas del partido a pesar de reivindicar la “regeneración” y la “renovación” del PP a lo largo de toda la campaña.

A última hora del lunes se conocía que la magistrada había dictado una providencia asegurando que la URJC trasladó el pasado 20 de julio que “no les consta ningún documento consistente en los trabajos del Sr. Casado” en el citado máster y que había imputado a tres de sus compañeras de clase cuya situación puede ser la misma que la de Casado, ya que como a él les fueron convalidadas asignaturas que permitieron la aprobación de esos estudios. Además, la jueza recibía la documentación que acredita que el presidente del PP está aforado ante el Tribunal Supremo, como diputado del Congreso de los Diputados en la presente legislatura, un paso previo a una posible imputación.

A pesar de estas nuevas actuaciones en torno al caso de su máster, Casado evitaba este martes cualquier tipo de comparecencia pública para ofrecer nuevas explicaciones. Su agenda pública se ceñía a la reunión que mantenía al mediodía con uno de sus principales apoyos, el expresidente del Gobierno José María Aznar, que regresaba a la sede del número 13 de la calle de Génova de Madrid –que llevaba sin pisar desde 2015– después de años de ruptura con el PP de su sucesor, Mariano Rajoy. Y a otro encuentro con el también expresidente popular Antonio Hernández Mancha.

Una razón “además de la judicial”

Casado decidía dejar su defensa en manos del exvicesecretario Javier Maroto y del que fue su jefe de campaña durante las primarias, Teodoro García, que recurrían a otro mantra del PP: la teoría de la conspiración. “Yo ya no sé si hay alguna razón además de la judicial para que erre que erre esté preguntando sobre un tema sobre el que no tiene jurisdicción y lo dejo en el aire porque no quiero tener ningún problema”, aseguraba Maroto en Onda Cero, en alusión a la magistrada Rodríguez-Medel cuya labor ponía en cuestión.

“¿La Rey Juan Carlos no encuentra los trabajos de Pablo Casado? ¿O la Rey Juan Carlos no encuentra los trabajos de ningún alumno de esa época porque simplemente tienen en estatutos que los tienen que tirar o destruir cuando pasen cinco o seis años?” se preguntaba después en Génova. “Si la respuesta es que la universidad no guarda los trabajos de ningún alumno más de cinco o seis años, creo que estamos convirtiendo una obviedad en una maledicencia”, añadía.

El exvicesecretario cargaba “especialmente” contra el resto de formaciones políticas por atacar a Casado con el caso de su máster. “Entiendo que a Pablo Iglesias le cueste mucho tener que dar lecciones sobre lo que pasa en las universidades, que Albert Rivera ya está escuchando a muchas personas de Ciudadanos que se vuelven al PP porque la ilusión de Pablo Casado es un revulsivo para muchos de sus votantes y entiendo al PSOE que está muy nervioso porque el PP vuelve”, consideraba en declaraciones a los medios en Génova.

“No es la Biblioteca Nacional”

Maroto se remitía a la normativa interna de la URJC para justificar que la universidad no encuentre los trabajos de Casado. Mostraba un documento “que explica exactamente cuál es el procedimiento” de forma que “los documentos y los exámenes tienen un máximo de cinco años para después ser destruidos”. La universidad, agregaba, “no es la Biblioteca Nacional, no archiva todos los exámenes”. A renglón seguido y manteniendo esa teoría conspirativa, remachaba: “No intentemos jugar sucio con algo que es absolutamente limpio”. A su juicio, PSOE y Ciudadanos “intentan evitar” que el PP vaya “a recuperar la ilusión de mucha gente”.

“Cualquier intento de estirar la información no hace si no confirmar que Pablo es el idóneo” para dirigir el PP, sentenciaba, por su parte, García, antes de añadir: “Si de una persona que lleva 20 años en política lo único que se puede decir es que la Universidad no encuentra los trabajos... ¡Que me enseñe la universidad los trabajos del resto de estudiantes!”.

La polémica del máster dejaba en un segundo plano el hito que suponía que Aznar volviera a pisar este martes la sede nacional del PP, tras años desvinculado del partido y de que, como explicó la semana pasada Luis de Grandes, máximo responsable de la organización del congreso, tratará con “desdén” a la formación política. Según fuentes del entorno de Casado, la reunión entre ambos dirigentes se desarrolló en un ambiente de “confianza y esperanza de futuro”, dando a entender que el nuevo presidente tendrá muy en cuenta lo que le aconseje su predecesor en los próximos meses.

Ayllón u Oyarzábal para la integración

Este miércoles el líder del PP se verá las caras con la que fue su rival en las primarias, Soraya Sáenz de Santamaría. Con ella tratará de buscar que su nueva dirección pueda integrar a las distintas sensibilidades del partido, e incluya a miembros de la candidatura de la exvicepresidenta. Entre los nombres cercanos a Santamaría que según dirigentes del PP consultados por eldiario.es suenan como posibles miembros de esa Ejecutiva están los del exsecretario de Estado para las Relaciones con las Cortes José Luis Ayllón o el presidente de los populares alaveses, Iñaki Oyarzábal. Casado también ve este miércoles al rey, a quien dedicó las primeras palabras tras su triunfo, el pasado sábado.