Patxi López (Portugalete, 1959) recibe a eldiario.es en una sala del Congreso que preside desde hace apenas un día y medio en el que ha mantenido una actividad frenética. Atiende a esta redacción durante algo más de cuarenta minutos que incluyen una sesión de fotos en el hemiciclo que ahora pilota y donde su padre vivió, como parlamentario, el 23F. Habla rápido y responde antes de que se terminen de formular las preguntas. Es tajante en su negativa a que Podemos y las confluencias tengan cuatro grupos parlamentarios: “Podríamos llegar a prevaricar. El presidente del Congreso no va a prevaricar”.
Su elección a través de un pacto con Ciudadanos da mayoría a la derecha en la Mesa del Congreso, ¿le preocupa?
En la Mesa hay representantes de las cuatro principales formaciones políticas de la Cámara, por tanto, es una Mesa plural que recoge razonablemente bien lo que es la mayoría del hemiciclo. Estoy convencido de que va a haber acuerdos de geometría variable para llevar adelante los temas. En muchas cuestiones de la Mesa no se trata de izquierda o derecha sino de voluntad de hacer del Congreso el epicentro de la política.
Poniendo un ejemplo hipotético, como la derogación de la reforma laboral, su tramitación tendría que pasar por la Mesa...
La Mesa no puede vetar tramitaciones, estaríamos buenos.
Lo ha hecho, con la mayoría absoluta del PP.
Ahora hay una voluntad expresada por la mayoría de los grupos de que este Parlamento empiece a funcionar cuanto antes y empiece a tramitar las cuestiones que de verdad afectan a la ciudadanía. No se trata de vetar debates, sino de acelerarlos y aligerarlos. Estoy convencido de que va a haber una mayoría en la Mesa, que a veces será variable, que va a alentar que empecemos a trabajar cuanto antes.
¿Esta negociación les ha acercado a Albert Rivera para una posible investidura de Pedro Sánchez?
No lo sé, pero es un buen ejemplo de cómo tenemos que empezar a trabajar en este nuevo tiempo. Cuando la sociedad dice que quiere que la representación sea más plural que nunca, en el fondo obliga a entendimientos. Afortunadamente ha habido un primer entendimiento para constituir la Mesa. Lo que lamento es que haya otros que se hayan alejado por una cuestión que era imposible de resolver porque sería violentar el Reglamento, con los famosos cuatro grupos de Podemos.
Si prospera la investidura de Pedro Sánchez, Rivera no quiere que el PSOE gobierne y presida el Congreso. ¿Asume que su presidencia puede ser muy corta?
No. No contemplo eso.
Y si fuera una línea roja de Rivera, ¿se lo plantearía?
Pero es que no lo contemplo. Me parecería una línea roja un poco ridícula.
Pedro Sánchez, cuando anunció que iba a intentar que el PSOE presidiera el Congreso, lo expresó en términos de que el PP, como fuerza más votada iba a intentar formar Gobierno y que veía lógico que el presidente del Congreso fuera de otro color.
Lo que vino a decir es que no siempre el presidente de una Cámara legislativa tiene que ser del partido más votado sino que tiene que ser el representante del que más apoyos tenga en la Cámara. Hemos visto que el PP fue incapaz de tener más apoyo para tener la presidencia de la Cámara que el PSOE.
Podemos se ha lanzado contra el PSOE por pactar con la derecha...
Es posible que lo haga para tapar sus propias vergüenzas porque Podemos lo que tendría que explicar es su pretensión de tener cuatro grupos cuando se han presentado todos juntos en una misma formación y sabiendo que el Reglamento en esto es taxativo: no pueden tener grupos distintos los que no hayan competido electoralmente. Pretendían saltarse a la torera un Reglamento y eso en democracia no se puede hacer nunca.
El presidente puede interpretar el Reglamento cuando es interpretable. Lo que no puede nunca es saltárselo. Hay informes que nos dicen que es imposible e incluso podríamos llegar a prevaricar. El presidente del Congreso no va a prevaricar. Podemos puede pretender cambiarlo y habrá su espacio para hacerlo, y podrán entonces aportar las propuestas que quieran pero estamos manejándonos con el Reglamento que tenemos y eso es imposible.
¿Estaría de acuerdo en modificar el Reglamento del Congreso para que incluyera la posibilidad de que Podemos y las confluencias tuvieran cuatro grupos?
Eso no lo decide el presidente. Es una Comisión en la que participan todos los grupos. El sentido común me dice que no es razonable. Si yo quiero tener un grupo propio es porque me he presentado con una formación política diferente. Pero si me presento con el mismo... También en el pasado hubo un grupo para el PSOE de Euskadi y para el PSC y el Reglamento dijo que no es posible porque no habían competido. Me parece que si una formación o una coalición se presenta junta, se comporta y funciona junta.
Cuando se cambió el Reglamento en 1984, Solchaga se quejó de esa modificación que dejaba sin grupo a los socialistas vascos.
Pero asumimos perfectamente que esto era lógico.
Si la modificación del Reglamento para que Podemos tenga cuatro grupos es una de sus condiciones para que Pedro Sánchez pueda llegar a Moncloa, ¿cree que el PSOE debería ceder?
Hay cuestiones que formarán parte de las negociaciones, pero esta me parece un poco estrambótica. Estamos hablando de conformar un Gobierno para responder a los problemas de este país. ¿La urgencia de la sociedad española es que Podemos tenga cuatro grupos? No soy yo quien tiene que responder, es Podemos. Si una formación se presenta a unas elecciones para responder a los problemas de la ciudadanía y a lo que le exigen los electores, ¿les está pidiendo cuatro grupos como gran prioridad?
Prometieron que iba a ser así.
Será su problema. Y las fracturas internas de Podemos nos las tenemos que pagar los demás.
Si Pablo Iglesias pone dos condiciones para investir a Pedro Sánchez, una los cuatro grupos y la otra un referéndum en Cataluña...
Tendrán que ser ellos quienes decidan dónde tienen sus prioridades de verdad. El PSOE tiene muy claro que tiene ocho prioridades. Estoy convencido de que los 5,5 millones de votantes socialistas están de acuerdo con ellas. No sé si los de Podemos estarán de acuerdo con que sus prioridades sean tener cuatro grupos y hacer un referéndum.
¿Qué le parecería que los 42 diputados de Podemos tuviera un grupo y los 27 de las confluencias, otro?
¿A qué responde?
A que Pablo Iglesias tenga un grupo y las confluencias, otro.
O sea que Podemos no tiene 69, sino que tiene 40.
42 y 27. ¿Cómo ve esa alternativa?
Igual.
¿Por qué?
¿Pero de dónde se puede sacar esa posibilidad?
Es la que valora Podemos.
Da igual. Hay cuestiones que no se pueden hacer si no se cambia el Reglamento. Me da igual que quieran tener cuatro, que lo aquilaten de una manera o de la otra. ¿Cómo lo voy a hacer? Llega ahora el PSOE y dice: voy a coger dos gallegos, cuatro madrileños y dos murcianos... ¿Podemos hacerlo? Todo el mundo diría que estamos locos. ¿Por qué todo el mundo le está dando alas a los cuatro grupos de Podemos?
Porque se presentaron con nombres distintos a las elecciones.
Pero no compitieron electoralmente. ¿O sí? Es que lo dice claramente: no pueden tener grupos distintos quienes no hayan competido electoralmente entre sí. Si lo llevamos al extremo o al ridículo: en cada circunscripción pongo “ciudadanos rojos”, “ciudadanos verdes”, “ciudadanos azules”... Todos son ciudadanos pero se han presentado con nombre diferente y ahora quiero un grupo para cada uno. ¿Parece sostenible? No, ¿verdad? No le demos más vueltas.
¿El enfado de Pablo Iglesias con este pacto ha complicado la llegada de Sánchez a la Moncloa?
No sé si Podemos está permanentemente poniendo excusas para no llegar a ningún tipo de acuerdo. Lo hizo la misma noche electoral cuando habló de que su línea roja era un referéndum en Cataluña que luego ampliaron a todos los pueblos de España, que tendrá que explicarlo también. Y tendrá que explicar por qué ese giro radical, de ser los abanderados de las políticas sociales, del rescate de la ciudadanía, de las políticas para luchar contra la pobreza, a de repente dejarlo al margen para marcar una línea roja que, en el fondo, fractura la sociedad y divide el país.
¿Qué solución ve posible para desenquistar esa tensión?
Siempre la primera es hablar y ver qué plantea cada uno. El PSOE ha puesto encima de la mesa ocho puntos que creemos que son las ocho grandes reformas que necesita este país, que empiezan con la derogación de la reforma laboral para poner en marcha un nuevo Estatuto de los Trabajadores, que hablan de pacto educativo, de la recuperación de la universalidad de los servicios públicos y abrir la reforma constitucional... Eso son políticas que afectan a la vida de los ciudadanos.
De Podemos conocemos que han puesto como línea roja el referéndum. También tendrá que explicar esa defensa de un derecho a decidir cuando en Cataluña, los que ahora gobiernan, ya han decidido por todos y han decidido que van a la independencia. ¿Y ahora? ¿Qué hay detrás del planteamiento de ese referéndum? Ha caído en el vacío.
¿Ve viable llegar a un entendimiento sobre el referéndum en Cataluña?
No. Y, además, es mentira. Podemos no propone un referéndum. Propone una consulta. Un referéndum refrenda acuerdos y Podemos ni siquiera tiene una propuesta para sentarse a hablar de qué refrendamos. Los socialistas queremos que los catalanes voten con el resto de españoles, por eso proponemos una reforma constitucional que luego sea refrendada por la ciudadanía. Lo otro es lavarse las manos, es decir: como yo no tengo ninguna solución, que sean otros los que voten aunque se fracture la sociedad. Oiga, no, haga el ejercicio de buscar un acuerdo para ofrecer a la sociedad un proyecto atractivo.
En lo que propone Podemos, la gente ¿qué vota? Independencia sí o no. ¿Y dónde está la papeleta de los que queremos un modelo federal? Esto no es blanco o negro. Es ser capaces de encontrar un acuerdo.
¿Y si una mayoría de catalanes vota en contra de la reforma de la Constitución si se llega a plantear?
Estoy convencido de que no porque sin hacerlo ya hay una mayoría de catalanes en contra de la independencia.
¿Cree que van a conseguir que el PP pase por el aro del modelo federal?
Hay cuestiones en las que la sociedad a veces pasa por encima de un partido anquilosado. Ahora hay una mayoría de ciudadanos que quieren renovar el pacto constitucional. Hay que ponerlo al día porque hay generaciones enteras que no participaron y que tienen todo el derecho del mundo a participar en un nuevo pacto y a que sus reivindicaciones también estén en la Carta Magna. Si abrimos una ponencia para desarrollar los trabajos, el PP tendrá que entrar también.
Rajoy está muy callado y nadie le pregunta por su fórmula para mantenerse en el Gobierno. ¿Puede dar la sorpresa?
No sé. Todo el mundo reconoce que la primera iniciativa le corresponde al más votado. La obligación de Rajoy sería intentar buscar una mayoría. Pero lo que estamos viendo es que no adopta ninguna iniciativa más allá de hacer ruedas de prensa o comparecencias en las que dice que quiere tener una mayoría impresionante pero no ha puesto nada encima de la mesa sabiendo que el PSOE no va a avalar ningún Gobierno del PP.
El miércoles, PNV, ERC y Democracia y Libertad votaron con el PP porque se abstuvieron...
Parlamentariamente algunos usan estas cosas así, pero no lo es. El PSE seguro que ha coincidido en votaciones con Bildu, Batasuna... Pero por eso no compartimos estrategia.
Me refiero a si Ciudadanos vota que sí; PNV, también; y ERC y Democracia y Libertad se abstienen porque con ellos no va la cosa podría sacar adelante la investidura.
Sería la obligación del PP intentarlo pero no parece que vaya por ahí.
Ustedes dicen que los españoles pidieron cambio. ¿Cómo explica que el PP fuera, con diferencia, el más votado?
Estoy convencido de que ninguno de los 5,5 millones de votantes socialistas nos ha apoyado para que permitamos un Gobierno de la derecha y no lo vamos a hacer porque queremos un giro radical.
Pero a pesar de todo fue el más votado.
Que intente formar Gobierno, pero no con nosotros.
Dijo que el PSOE había dado un espectáculo cuando los barones cuestionaron el liderazgo de Pedro Sánchez. ¿Cómo han calmado los ánimos?
Fue curioso porque en el Comité Federal y en una reunión anterior llegamos a un acuerdo por unanimidad en el que manifestamos que es el tiempo del PP, que el PSOE no va a facilitar el Gobierno del PP y que, si fracasa, llega el tiempo del PSOE. Y que, en ese caso, pondríamos encima de la mesa ocho puntos y no íbamos a aceptar las consultas que fracturan el país. Unanimidad pero lo que se traslada es el congreso, el liderazgo... Un horror. Todos hemos entendido que no podíamos seguir por ahí y ahora estamos trasladando esa unanimidad.
Esa discusión existió y se va a poner fecha ahora al congreso. Si Pedro Sánchez no llega a él como presidente del Gobierno, ¿seguirá al frente del PSOE?
En el PSOE mandan los militantes.
¿Cree que debería seguir al frente del partido?
Creo que lo ha hecho bien.