La extrema derecha sin caretas ya está en el Parlamento de Andalucía. Vox ha sido el partido menos votado de los que han logrado representación en las elecciones de este 2 de diciembre, pero ha logrado doce escaños. Su irrupción puede marcar un antes y un después a nivel estatal si logra consolidar su presencia política hasta la próxima cita confirmada con las urnas: las municipales, autonómicas y europeas de mayo de 2019.
Francisco Serrano y María José Piñero en Sevilla; Eugenio Moltó y Ana Gil en Málaga; Rodrigo Alonso y Luz Belinda Rodríguez por Almería; Manuel Gavira y Ángela María Mulas en Cádiz; Rafael Segovia en Huelva; Benito Morillo en Jaén; Alejandro Hernández en Córdoba y Francisco José Ocaña en Granada. La mayoría son unos desconocidos para la mayoría de los españoles. Esto es lo que sabemos de los ocho cabezas de lista.
Francisco Serrano (Sevilla)
El cabeza de lista por Sevilla y candidato a presidir la Junta fue inhabilitado como juez de familia en 2011 por el Tribunal Supremo. La causa, su condena por prevaricación dolosa tras haber modificado el régimen de visitas para que un niño pudiera salir vestido de nazareno junto a su padre en Semana Santa. Lo hizo en contra del criterio de la madre y sin ni siquiera escuchar sus argumentos. Ahora, readmitido en la carrera aunque en excedencia, se dedica a la abogacía además de a la política y espera que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo decida sobre el recurso. “También condenaron a Cristo y a mí me han crucificado” fue su queja.
Serrano carga siempre que puede contra lo que él llama “hembrismo, feminismo radical” o incluso “yihadismo de género”. Considera que el efecto de la ley de violencia de género no respeta la presunción de inocencia de los hombres y defiende con vehemencia que el Síndrome de Alienación Parental (SAP) existe a pesar de que la OMS y los psicólogos lo niegan. Para él, su partido representa a “la España de la decencia” y uno de los problemas del país es la memoria “histérica”. Niega que lo suyo sea “extrema derecha”, él prefiere hablar de “extrema necesidad”, pero su ideario quedó resumido en dos de sus tuits durante esta campaña.
Luz Belinda (Almería)
La inminente diputada por Almería ahora es ama de casa y estudiante de Derecho, pero antes fue militar del Ejército del Aire, estilista, vigilante y escolta. Vive en Roquetas de Mar, pero argumenta que el haber vivido antes en Melilla y Algeciras le proporciona un conocimiento de la situación que usa para azuzar el discurso contra la inmigración. No ha concedido entrevistas durante la campaña “por falta de tiempo” según los responsables de su partido. Poco conocida fuera de su circunscripción, esa circunstancia es lo que permite a su partido presumir de que ha optado por “gente de la calle”.
Eugenio Moltó (Málaga)
Que el franquismo fue un régimen dictatorial es una conclusión apresurada en opinión del cabeza de lista por Málaga. Para él, los 40 años de Franco no fueron una dictadura. Antes de militar en Vox, lo hizo en el PP durante diez años, pero reprochó a Rajoy que “de tanto centrarse, echara redes a la izquierda”: “No reconozco en el actual PP al partido que me afilié en el 2004”. La verdadera defensa de la unidad de España, de la familia y de la vida en general reside en Vox, no en su antiguo partido.
Su definición del feminismo es que una “actitud agresiva de un grupo de señoras muy organizadas y muy subvencionadas”.
Benito Morillo (Jaén)
Exguardia civil, pretende llevar “la voz de Jaén” al Parlamento andaluz porque no considera que su tierra esté bien representada. Como el resto de sus compañeros de siglas, ve la unidad de España amenazada por los nacionalismos y la izquierda, así que apela a los españoles “que desean una España unida a la altura de su envergadura histórica”.
Manuel Gavira (Cádiz)
El candidato de Vox por Cádiz no teme las etiquetas. Le es indiferente que le llamen “ultra”, “facha” o “machista”. “Aquí se criminaliza al hombre sólo por ser hombre”, aseguró en una entrevista en El Diario de Cádiz en plena campaña. Tampoco teme que le llamen racista y hace de la metáfora hogareña su forma de explicarlo: “Mi país es mi casa, y en mi casa entra quien yo quiera. Y cuando me voy de mi casa, cierro las puertas, no las dejo abierta”.
Abogado de profesión, las opciones de Gavira antes de las elecciones eran mínimas. O lo parecía.
Alejandro Hernández (Córdoba)
El número 1 de la lista de Vox por Córdoba tiene poco rastro personal en internet. Crítico, como su partido, con el Estado de las Autonomías (“no son necesarios los Parlamentos autonómicos”) encabezaba la candidatura en una de las provincias más complicadas a priori.
Hernández ha defendido el “voto en conciencia”. “Queremos cerrar las mezquitas fundamentalistas....Y combatiremos a aquellos que quieren convertir en una mezquita a la Catedral de Córdoba”, aseguró en su presentación como candidato.
Francisco José Ocaña (Granada)
Es piloto de aviación comercial como profesión. Poca información más hay del candidato de Vox por Granada. Ni siquiera en su cuenta de Twitter, que abunda en retuiteos y eslóganes de campaña. Además de candidato, ha ejercido de apoderado de su propio partido durante este 2 de diciembre.
Rafael Segovia (Huelva)
El presidente provincial de Vox en Huelva y número 1 en la lista de este domingo es médico. Poca información más hay sobre Segovia, que tiene su último tuit publicado el pasado mes de octubre.