La campaña de Vox en las andaluzas se ha apoyado en tres ingredientes: una postura radical de freno a la inmigración, el conflicto catalán y una crítica al establishment andaluz, bajo el prisma de calificar al PSOE como “los señoritos de San Telmo”. Con respecto a Catalunya, Vox propone la supresión dela autonomía catalana y culpa a PP y PSOE por igual de haber puesto en riesgo la “unidad de España”.
La formación de ultra derecha ha conseguido allanar su camino a un parlamento democrático con un discurso beligerante contra la inmigración y basado en el miedo a que los que llegan se queden los empleos de los españoles. Proponen la deportación generalizada de inmigrantes sin papeles y levantar “un muro infranqueable” en Ceuta y Melilla. “A los que no vengan con papeles, no les abramos las puertas. Aquí hay mucho paro”, aseguró Absacal en uno de los mítines que su formación celebro con notable éxito en Málaga.
La formación que lidera Santiago Abascal rechaza la etiqueta de “extrema derecha” y califican a PP y Ciudadanos como “derecha blandita”. La xenofobia se filtra, sin embargo, en gran parte de sus propuestas políticas sobre el control de fronteras y la relación con religiones como la musulmana o países como Marruecos.
La gran sorpresa de las elecciones andaluzas quiere impulsar un “plan integral para el conocimiento de las gestas y hazañas de nuestros héroes nacionales”. Pide agravar las penas de ultraje a la bandera y derogar la Ley de Memoria Histórica. En cada uno de sus mítines, Vox ha pedido apoyo para impulsar “la España viva”. En uno de esos actos, a Abascal el presentador le daba la palabra calificándolo como “el Cid Campeador”.
Ese mitin se celebró el 17 de noviembre en Málaga. Vox consiguió reunir a varios miles de simpatizantes en un mitin abarrotado. Fue el primer aviso de que en estas elecciones podrían tener algo que decir. En esa cita, el secretario general de la formación, Javier Ortega, recogió los mayores aplausos al asegurar que “no cabe toda África” en España.
Durante la campaña electoral, los sondeos apenas les atribuían la posibilidad de obtener un escaño en Almería. Esa fotografía ha quedado desfasada por un ascenso que nadie ha sabido prever y que convierte a la formación de extrema derecha en el actor fundamental del ascenso de la derecha en Andalucía, frente al bloque de izquierdas que representan el PSOE y Adelante Andalucía. Por el momento, Partido Popular y Ciudadanos se han dejado querer dando a entender que no le harían ascos a un pacto político con Vox.
Cada línea del programa electoral de Vox supone un repaso a los grandes clásicos de la extrema derecha europea: supresión del aborto en la sanidad pública, suspender el estado Schengen, incrementar el presupuesto de Defensa, cierre de mezquitas, eliminar el acceso a la sanidad para los inmigrantes ilegales....
Durante los mítines de la campaña andaluza, Vox ha conseguido amortiguar sus propios mensajes y evitar la dureza que plantea una lectura de su propio programa palabra por palabra. Para ello, sus candidatos se han apoyado en generalidades como pedir que se levanten los “anestesiados” frente a “los señoritos de San Telmo” y reclamar que España sea de nuevo “una gran nación”. Con esos mimbres, el partido que lidera Santiago Abascal está en disposición de condicionar la vida política andaluza. Vox llega a un parlamento en unas elecciones autonómicas, a pesar de que su programa pide la supresión de las autonomías.