Vox entrará con fuerza en el Congreso, con hasta 37 escaños. La irrupción de la extrema derecha es una las certezas que deja el macrobarómetro preelectoral publicado este martes por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Una realidad que, sin embargo, difiere si atendemos a los datos desagregados por sexo. Los resultados del CIS muestran que hombres y mujeres votarán parecido y que sus votos, por separado, tendrían como resultado un parlamento muy similar -con el Partido Socialista y Unidas Podemos cerca de la mayoría absoluta, el PP como la principal fuerza de la oposición con la mitad de sus escaños actuales, y con Ciudadanos como tercera fuerza- salvo por un factor: Vox. Si solo votaran las mujeres, la fuerza de Santiago Abascal reduciría a la mitad sus resultados y estaría en duda su entrada en el Congreso.
El CIS desagrega por sexo los datos de intención de voto. PSOE y Unidas Podemos registran más intención de voto masculina que femenina. Si además de intención de voto añadimos simpatía (una pregunta que busca conocer no solo intención directa sino también la inclinación al voto), ambos ganan mujeres y en el caso del PSOE éstas superan, incluso, a los hombres. El Partido Popular tiene más apoyo entre las mujeres que entre los hombres y Ciudadanos, que tenía más intención de voto masculina, se sitúa ahora en equilibrio entre mujeres y hombres.
Para la politóloga Berta Barbet, los datos constatan la tendencia de que los partidos tradicionales tienen más voto femenino, porque las mujeres suelen presentar “más aversión al riesgo”. “Ciudadanos está más equilibrado de lo que lo estaba y el PP está más feminizado porque los hombres se están yendo a Vox. Las mujeres del PP aún se van poco. El PSOE es sorprendentemente poco femenino para lo que podría esperarse”, explica.
El politólogo Eduardo Bayón subraya lo masculinizado que es Vox, el partido de Santiago Abascal: “Dos de cada tres de sus votantes son hombres”. Algunas de las propuestas más sonadas de la formación de extrema derecha tienen que ver con la restricción del derecho al aborto o la derogación de la ley de violencia machista en medio de un discurso contra “la ideología de género” y abiertamente antifeminista.
Es en Vox donde la intención de voto es más dispar entre mujeres y hombres. Solo el 2,5% de las mujeres afirman que votarán a Vox frente al 5,2% de los hombres (2,9% y 6%, respectivamente, sumando intención de voto y simpatía). Puesto que el umbral para conseguir representación parlamentaria está en el 3% de los votos (un límite mucho mayor en provincias con pocos escaños), estos resultados implican que, de votar solo las mujeres, los apoyos de la extrema derecha caerían prácticamente a la mitad y es posible que Vox ni siquiera entrara en el parlamento. Por contra, teniendo en cuenta solo el voto masculino, su representación sería aún mayor.
La intención de voto, constata la politóloga Silvia Claveria, es similar entre hombres y mujeres salvo por Vox. Claveria destaca también que el número de indecisas es mayor que el de indecisos, un patrón asentado que tiene que ver con que las mujeres tienden a revelar menos su voto o bien lo hacen cuando lo tienen completamente decidido. “Hay que decir que el voto de mucha gente se decide en la última semana antes de las elecciones, hay mucha volatilidad”, apunta.
El 28,1% de las mujeres y el 22,4% de los hombres no tienen aún decidido su voto. Los temas que emerjan fuertes en campaña pueden ser decisivos para movilizar en distintos sentidos a unas y otros. “Después del 8M parecía que el feminismo o la igualdad podían jugar un papel importante, e incluso Ciudadanos se movió también en ese sentido. Ahora eso está por ver y dependerá de cómo sea la campaña”, dice Silvia Claveira.
De opinión parecida es Berta Barbet: los datos del CIS muestran que ni el PSOE ni Unidas Podemos han capitalizado el 'boom' feminista, a pesar de haber abanderado algunas propuestas y de haberlo incluido en su discurso. “Por una parte, está el problema del liderazgo en estos partidos, que no se ha terminado de feminizar, y también que continúan los conflictos tradicionales en política, muy ligados a ese tipo de liderazgo masculino, y eso les puede lastrar”, añade Barbet. Para Claveria, es plausible que en las semanas que quedan hasta el 28A ambos partidos puedan arañar más voto ligado a las inquietudes relacionadas con la igualdad y el feminismo.
La brecha de género respecto a Vox se deja notar también en la valoración de los líderes. Santiago Abascal es el líder menos valorado por mujeres y hombres, y en el que más diferencia hay entre la nota que le asignan las primeras y los segundos. Las mujeres le califican con un 2,5 frente al 2,8 de los hombres. En ningún otro líder se registran tres décimas de diferencia. Solo el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es mejor valorado por las mujeres que por los hombres. Pablo Casado (PP) y Albert Rivera (Ciudadanos) empatan en nota entre mujeres y hombres. Alberto Garzón (IU) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos) son mejor valorados por los hombres que por las mujeres.
Por otro lado, el 5,3% de las personas encuestadas por el CIS eligieron la etiqueta feminista como concepto principal para definirse: el 1,4% de los hombres y el 9% de las mujeres. Para las personas jóvenes, el feminismo es la segunda etiqueta política de referencia: el 16,8% de jóvenes de entre 18 y 24 años se definen, antes que nada, como feministas, solo por detrás del 17% que se consideran principalmente liberales.