Una vez abierta la crisis interna del PP tras la salida del Gobierno del equipo de Mariano Rajoy, el ultraderechista Vox parece estar dispuesto a echar el resto para hacerse con el electorado más de derechas que hasta ahora apostaba por los populares. Buena muestra de esa movilización por parte del partido que preside Santiago Abascal han sido este fin de semana las numerosas concentraciones a las que ha convocado en toda España para cargar tanto contra el Ejecutivo saliente como contra el que ya encabeza el líder de los socialistas, Pedro Sánchez.
Pero la protesta central, la que ha tenido lugar a partir de las 20.00 horas del domingo en la plaza de Colón de Madrid, apenas ha congregado a unos cientos de ciudadanos con ganas, eso sí, de lanzar continuas “vivas” a España y ataviados con numerosas banderas rojigualdas. Los asistentes ni siquiera ocupaban la mitad de la parte elevada de la plaza, los conocidos como Jardines del Descubrimiento, y se concentraban en torno al monumento al Descubrimiento de América y bajo la bandera española gigante que preside la plaza.
En pleno fervor patriótico intervenían distintos cargos de Vox, como su presidente, Santiago Abascal que emplazaba a sus seguidores a “volver a las calles, a las plazas” a las que ya salieron el año pasado, para protestar contra el proceso independentista en Catalunya y exigir más contundencia al Gobierno entonces presidido por Mariano Rajoy. Aquel gesto, ha dicho, “en pocos días se convirtió en un grito de dignidad en todas las calles, en todos los balcones de España”, en alusión a la colocación de banderas en distintas ciudades.
“Logramos despertar la conciencia de todos aquellos españoles que creen en una nación de ciudadanos libres e iguales. Rompimos el silencio y fuimos un instrumento al servicio de los españoles. Fuimos su correa de transmisión”, ha asegurado. Fruto de la movilización de Vox fue, en su opinión, la decisión del Gobierno de aplicar el artículo 155 de la Constitución en Catalunya. “El gobierno y sus socios intentaron apaciguar las legítimas reclamaciones de los españoles con la aplicación de un artículo 155 a medida del separatismo. No sólo no acabaron con él, sino esa dejación de funciones ha sido determinante para investir a Pedro Sánchez”, ha asegurado
En contra de los “pactos infames”
“Hoy acudimos para exigir a Pedro Sánchez que renuncie a la investidura que le han dado los votos de los golpistas, del comunismo 'podemita' y de la ETA política. Acudimos para exigir a los representantes de la soberanía nacional, a todos y cada uno de ellos, que acaben con esta legislatura de la infamia. Que den voz a los españoles”, ha añadido. Los manifestantes coreaban entonces gritos de “elecciones, elecciones”, o “Puigdemont, a prisión”, así como consignas a favor de la ilegalización de los partidos nacionalistas.
“Queremos que los partidos dejen de jugar con el futuro de España en pactos infames con quienes quieren romperla, ya sea para aprobar unos presupuestos como hizo Rajoy con el PNV, o como hace ahora Pedro Sánchez para ocupar la Moncloa. Queremos que entiendan algo que deberían saber, porque lo han jurado o prometido… que lo primero es España, no sus partidos ni sus intereses”, concluía, para acabar gritando: “¡Elecciones ya!”, “España lo primero”, o “abajo el Gobierno de los enemigos de España”.
A continuación tomaba la palabra Javier Ortega, secretario general de Vox y abogado de las múltiples causas judiciales en las que se ha personado la formación de extrema derecha: “Mandamos un mensaje muy claro a los enemigos de España: acabaréis derrotados, en el banquillo y pasaréis muchos años en prisión”, decía. Y, para terminar, sonaba el himno, que para escucharlo Ortega ha pedido a los asistentes que adoptaran una “postura” correcta.
Respetar los “valores cristianos”
Esta concentración, como las que se han celebrado en otras ciudades españolas –en Salamanca, por ejemplo, apenas había 200 personas–, tenía lugar un día después de la marcha convocada por Vox en Valencia para manifestarse en contra de la oficialización del valenciano en la educación pública de la Comunidad Valenciana, otra protesta que apenas secundaron unos centenares de ciudadanos.
Este mismo domingo Vox trataba de sacar músculo en otro acto en Barcelona al que, según fuentes del partido, han asistido “más de 2.000 personas”. Allí, Abascal aseguraba que el país vive un “estado de excepción” ante la llegada de Sánchez a la Moncloa y ha exigido la celebración de elecciones. “Hemos venido a exigir responsabilidad, a exigir cuentas y a defender a España”, aseguraba de su partido.
Y en línea a otras formaciones ultraderechistas y euroescépticas europeas, afirmaba: “Queremos una Europa que respete a las soberanías nacionales y valores cristianos. Para eso hace falta fronteras. No queremos una Europa que no nos entregue a los terroristas y golpistas”.