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Vox muestra sus amistades internacionales: el partido ultraconservador que gobierna Polonia, investigado por la UE y aliado de Salvini

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

Hay una línea de puntos que recorre Europa y que une las dos orillas del océano Atlántico. Una línea de puntos trazada por sospechosos habituales de la extrema derecha. El presidente de Vox y su responsable de relaciones internacionales, Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros, se han reunido en Varsovia con el líder del partido gobernante del país, el ultraconservador Ley y Justicia (PiS).

Jaroslaw Kaczynski, el líder de PiS, recibió a Matteo Salvini el 9 de enero, casualmente el mismo día en que el PP y Ciudadanos conquistaron la Junta de Andalucía gracias a los votos de Vox. Y dos meses y medio recibe a los líderes de Vox para expresar su apoyo al partido de Abascal y evidenciar, según la nota oficial de Vox, “las coincidencias en los valores entre los dos partidos políticos. Especialmente ha quedado claro el concepto de Europa que tienen ambas formaciones y la defensa que harán de los Estados-Nación”.

Vox, así, se convierte en un punto más de esa línea de puntos que une a Salvini, Orbán, Le Pen, Steve Bannon, Jair Bolsonaro y Donald Trump, y que tiene en común el soberanismo nacionalista patriótico, el rechazo a los migrantes, la oposición al feminismo y la criminalización del Islam. 

“En ambos partidos”, dice la nota de Vox, “existe un rechazo al modelo federal hacia el que se encamina la Unión Europea que supone la pérdida de la soberanía nacional y que se encuentra muy alejado de la colaboración económica con la que nacieron las Comunidades Europeas. Especial importancia en la reunión ha tenido el común interés en frenar el proyecto de modelo europeo que pretende implantar y liderar Macron y que se ve como una amenaza contra las naciones europeas”.

Vox llega a esta conclusión tras reunirse con Kaczynski. A quien visitó el líder de la Lega tras verse en septiembre con el primer ministro húngaro, Víktor Orbán; con el ex asesor de Donald Trump Steve Bannon, a cuyo club de extrema derecha se apuntó como socio. Salvini, más tarde, se vio en Roma con Marine Le Pen, con quien mantiene una complicidad desde hace años. Y en enero viajó a Varsovia para seducir al líder del ultracatólico gobernante PiS, Jaroslaw Kaczynski, para formar “un frente de libertad” ante las próximas elecciones europeas.

Curiosamente, tanto Hungría como Polonia están bajo una censura de la Unión Europea por violar la separación de poderes y faltar al imperio de la ley en sus países. Y, curiosamente, tanto Le Pen, como Orban y el PiS están en grupos parlamentarios diferentes en Europa: la primera, en el Grupo de las Naciones, con la Lega de Salvini; el segundo, acaba de ser suspendido del PPE; y el tercero, en el de los Conservadores y Reformistas, ECR, el grupo que invitó hace dos semanas a Vox al Parlamento Europeo y que cuenta entre sus filas con antagonista: el nacionalista flamenco del N-VA, principal aliado del independentismo catalán en Bruselas. 

Es decir, se buscan los que se dicen “agraviados por la eurocracia” para una alianza para una unidad inédita en Bruselas. El resultado podría ser que conformaran un grupo numeroso para tomar decisiones en Bruselas.

“Le he propuesto a Kaczynski”, dijo Salvini, “un pacto para Europa con compromisos precisos: una plataforma de diez puntos, basada en el modelo que firmamos en Italia entre la Lega y el M5S. Me gustaría que hubiera una alianza común entre aquellos que quieren salvar Europa”. Se trata de “un programa común” fundado en las raíces cristianas, el valor de la familia y otros temas que compartimos“. Un frente, que si es común, después de las elecciones del 26 de mayo, según echan cuentas en Roma con mucho optimismo, podría ser ”el segundo grupo europeo“.

Vox, la Lega, Le Pen, Orbán y Ley y Justicia comparten su oposición a las políticas de Bruselas frente a la inmigración irregular y los refugiados. También cuestionan lo que consideran un “doble rasero” en el trato de la Unión Europea a los Estados miembros, lo que se traduce, aseguran, en la discriminación de algunos socios comunitarios.

“Polonia e Italia serán los héroes de la nueva Primavera europea”, ha sentenciado Salvini, quien ha instado al Gobierno polaco a sumarse al “resurgimiento” de una nueva Europa con “más valores y menos burocracia”. En la que se están encontrando con un nuevo aliado español: Vox.