Ximo Puig (Morella, 1959) está preparado para soportar toda la artillería pesada que la derecha política y “sus adláteres” descarguen sobre él y su gestión en los próximos 20 días. Ya han empezado. Sabe, como todos, que la Comunitat Valenciana es el principal objeto de deseo de un PP que busca una pista de lanzamiento para su líder, Alberto Núñez Feijóo, en las generales. “Esa es su gran debilidad, su inconsistencia, su insolvencia y su incapacidad de entender que esta sociedad necesita un proyecto potente de autogobierno y no ser simplemente una sucursal”, denuncia.
Compite por un tercer mandato y cree que los valencianos aún no han pasado la página de la corrupción que dejaron los populares, con tres presidentes de la Generalitat imputados por la Audiencia Nacional y 135 condenados. Ahí es nada. “No podemos olvidar porque sabemos lo que hicieron y sabemos lo que harán. No sólo nunca han pedido perdón, sino que aplauden a la gente que ha estado en la cárcel”, lamenta, al tiempo que desafía a cualquiera que intente buscar bajo sus alfombras. “Llevo muchos años en la vida política y jamás he tenido una imputación. Me pueden registrar porque desgraciadamente no tengo muchos recursos y ningún tipo de problema”, afirma, tajante.
A diferencia de otros presidentes autonómicos, Puig huye de los espacios de confrontación, lo que no le impide defender siempre lo que piensa ante propios y ante extraños. No utiliza las formas de Ayuso ni siente la necesidad, como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, de desmarcarse continuamente del Gobierno de Pedro Sánchez. Todo lo contrario. Más allá de su 'agria polémica' con la vicepresidenta Teresa Ribera por el decreto del Tajo-Segura, defiende que el Gobierno de España acumula más fortalezas que debilidades.
Y a la izquierda a su izquierda le pide que los egos los hagan “subsidiarios del interés general”. De ellos y del resultado que obtengan el 28M, especialmente Podemos, depende su continuidad en el Palau de la Generalitat. Porque la Comunitat Valenciana, como otros muchos lugares, sólo va de bloques. O suma el PSPV con Compromís y los morados o suman el PP y Vox. No hay más. Y Puig lo tiene claro: la disyuntiva está entre Volkswagen o Gürtel, entre una región líder en inversión industrial y a la cabeza en innovación o una región devastada por la corrupción.
Si hay vida inteligente más allá de la M-30, como suele decir usted, ¿por qué esta campaña va de Sánchez o Feijóo?
Es que esta campaña no debe ir sobre Sánchez o Feijóo. Esta campaña a la que están convocados los ciudadanos es para saber hacia dónde van los ayuntamientos y las comunidades. Menospreciar este debate es un grave error porque una parte fundamental del Estado del bienestar está en las comunidades autónomas. Por eso también es cierto que hay incluso presidentas o presidentes autonómicos que están muy interesados en llevar el debate a otro ámbito, no al de la gestión, no al de saber qué ha pasado en la sanidad, en la educación o qué pasa, en definitiva, con el crecimiento económico y el desarrollo de esas comunidades. En nuestro caso, la comunidad autónoma es lo que a mí me preocupa y lo que tienen que decir los valencianos y valencianas es si volvemos atrás, al tiempo de la corrupción y del paro, o continuamos consolidando una vía valenciana que está en estos momentos generando beneficios colectivos. Todos los indicadores económicos y sociales son mejores ahora que en el año 2015 y eso es de lo que nosotros queremos hablar porque eso es respetar a los ciudadanos.
¿Es tan estrecho el margen, como dicen las encuestas, para que usted siga en el Palau?
Creo sinceramente que no va a ser tan estrecho ese margen. Es cierto que la situación de polarización que se ha vivido en general en la política española no ayuda. Si hacemos un análisis histórico, en la Comunitat Valenciana hace cuatro años también hubo una situación semejante a la que se da en estas circunstancias. Pero es que ahora, después de la pandemia y de lo que han significado las consecuencias de la guerra, estamos en mejores condiciones para ofrecer una salida diferente a los ciudadanos. Se ha visto perfectamente cómo se abordó la crisis financiera y cómo se ha abordado esta de ahora. Y lo que está claro es que incluso en esta situación de máxima dificultad hay 438.000 personas más trabajando en la Comunitat Valenciana. Estamos en récord de empleo y de atracción de empresas extranjeras porque lo que se ha demostrado es que no sólo gobernamos desde la izquierda o desde el ámbito progresista mejor la política social, también gobernamos mejor la economía a través del diálogo social. Somos la comunidad autónoma que ha conseguido atraer más capital extranjero y eso es una fortaleza del país.
Y si la resultante de estos años es ese panorama que usted dibuja, si el 28M suman las derechas, ¿a quién habría que imputar la responsabilidad: a Podemos, a Sumar o a Pedro Sánchez?
Mire, yo creo que cada uno debe asumir su responsabilidad siempre. Y en este caso los ciudadanos y ciudadanas van a decidir si quieren volver a ese pasado de corrupción y paro o si quieren continuar avanzando, pese a las dificultades y las insuficiencias. Porque es cierto que esto no es el paraíso y que yo no estoy escribiendo un mundo feliz porque no es así. Hay muchas debilidades, tenemos muchos problemas en todos los ámbitos. Necesitamos crear más empleo de calidad y con mejores salarios. Necesitamos también, desde luego, mejorar la formación. Pero hemos conseguido grandes éxitos como, por ejemplo, disminuir a la mitad el fracaso escolar, aunque tenemos, sí, un problema de calado en el mercado laboral y hemos visto que la sanidad necesita revitalizarse porque hay que invertir más. Nosotros hemos aumentado más del 50% de la inversión en sanidad, pero no es suficiente. Por tanto, lo que le quiero decir es que cada uno siempre debe asumir su responsabilidad y aquí no va a haber Gobierno de progreso si entra o no entra Podemos. Aquí va a haber Gobierno de progreso si tenemos votos suficientes, sobre todo desde el PSOE, para generar una mayoría social que va más allá de las fronteras de este partido.
La pregunta anterior no era una pregunta trampa. Se lo decía porque usted sigue teniendo, después de ocho años de mandato, una valoración bastante alta. Los valencianos consideran que usted sería mejor presidente que el resto de candidatos y la gestión de su Gobierno está mejor valorada que la de Pedro Sánchez. Con esta radiografía, ¿cómo explicaría, si sucediese, que los valencianos dieran un apoyo mayoritario a las derechas?
No me pongo en ese parámetro. Creo que los valencianos están en estos momentos convocados para decidir su futuro y estoy convencido de que van a optar por el progreso porque los valencianos nunca miran atrás, siempre miran hacia adelante.
¿Qué parte de las encuestas no se cree?
Las encuestas siempre son retratos fijos de situaciones determinadas. En este momento, aunque los profesionales son buenos y desde luego yo no los desprecio en absoluto, hay una gran cantidad de personas indecisas. Es cierto también que todos los analistas dicen que la toma de decisión cada vez es más hacia el final de la campaña, que, por tanto, será muy importante. Nosotros hasta este momento hemos estado absolutamente volcados en la gestión. A partir de la convocatoria es cuando hemos empezado a mantener esa conversación dinámica con la sociedad, no sólo para decir lo que hemos hecho, sino también para recibir los 'inputs' necesarios en esta formulación de una conversación para el futuro. Y por tanto, esta campaña es muy importante y vamos a intentar, desde luego, explicar y atender.
Las últimas dan una notable base electoral a Compromís, ¿Joan Baldoví es mejor candidato que Mónica Oltra?
Cada liderazgo tiene su momento y sus circunstancias. Mónica Oltra fue en su momento una lideresa que aportó mucho a Compromís. Y Baldoví ahora creo que es una persona que ha tenido un papel destacado en el Congreso de los Diputados y que, por tanto, es un buen candidato.
¿Su relación con Compromís cambió con la salida de Oltra del Govern?
Nosotros hemos mantenido siempre una relación de respeto con los dirigentes que cada momento ha situado Compromís. Y lo que es cierto es que hay una buena sintonía, a pesar de que en muchas cosas a veces no estamos de acuerdo, si bien intentamos gestionar esa diversidad de la manera más razonable posible. Es lo que han decidido los ciudadanos. A mí me gustaría tener mayoría absoluta, pero no por nada, sino porque podría llevar a cabo más el proyecto en el que creo. Pero lo que es cierto es que el respeto a los ciudadanos es fundamental y tener esa capacidad de gestionar la diversidad es un hecho muy positivo para la Comunidad Valenciana. Eso forma parte del momento valenciano, porque somos la única comunidad de las cuatro grandes de España que durante ocho años ha aprobado en tiempo y forma los presupuestos. Y eso da cuenta de la estabilidad política que, junto con el diálogo social y la estabilidad social, han hecho posibles grandes avances. Estos indicadores que no salen del cielo los forja la sociedad valenciana.
Si pudiera elegir como socio de gobierno, ¿a quién preferiría, a Compromís o a Podemos?
Voy a intentar gobernar solo si pudiera. No por nada, porque en cualquier caso siempre hay que gobernar dialogando, pero me gustaría avanzar en algunos objetivos que creo que tenemos más y mejor diseñados. Pero serán los ciudadanos quienes lo decidan, y si ellos deciden que continúe un Gobierno de coalición como el que hemos tenido, vamos a trabajar juntos como lo hemos venido haciendo y vamos a gobernar con aquellos que diga la ciudadanía.
“Los egos hay que hacerlos subsidiarios del interés general”
¿Qué le sugiere la permanente entropía entre los partidos a la izquierda del PSOE?
A veces, melancolía. Pero, en cualquier caso, creo que al final hay que pensar en los ciudadanos y hay que ver lo que nos estamos jugando. Y esto de los egos que existen, van a existir y forman parte también del escenario político, porque nadie está ausente de esta cuestión, hay que al menos hacerlos subsidiarios de lo que es el interés general. Y el interés general, si queremos que España continúe avanzando desde el progreso y la igualdad, es que haya los mejores factores de cohesión. Es básico para explicitar claramente a la ciudadanía posiciones que piensen en el interés del conjunto de la mayoría de la sociedad.
¿Las elecciones de diciembre se van a decidir, en buena medida, por el resultado de la Comunitat Valenciana? ¿Se siente presionado con este análisis?
No, yo creo que las cosas son siempre mucho más complejas. Es evidente que cualquier resultado de las autonómicas y las municipales va a tener una lectura. Pero también es cierto que ahora se les pregunta a los ciudadanos sobre una cuestión muy evidente, que es lo local y lo autonómico, a pesar de que algunos quieran nacionalizar o estatalizar las elecciones.
Al menos estará de acuerdo en que su comunidad es el principal objeto de deseo del PP en estas elecciones y que…
Claro, esa es la gran debilidad del Partido Popular. El PP no tiene proyecto para la Comunitat Valenciana y lo que quiere es, de alguna manera, hacer de Valencia una especie de trofeo o una palanca para otras elecciones. Esa es su gran debilidad, su inconsistencia, su insolvencia y su incapacidad de entender que esta sociedad necesita un proyecto potente de autogobierno y no necesita simplemente ser una sucursal.
¿Y qué consecuencias a nivel nacional tendría para el PSOE perder la Generalitat?
Es que no quiero ponerme en ese escenario. Yo creo que a partir de las elecciones empezará una nueva dinámica. Empezará la presidencia europea y a finales de año será el momento también de hacer balance de lo que ha sido el Gobierno. Y creo que el Gobierno de España puede afrontar ese proceso cuando corresponda con sus fortalezas que están derivadas de una salida de la crisis que efectivamente ha sido diametralmente diferente a la que hizo la derecha. Y todas las políticas sociales, todo el acompañamiento con los ERTE y todo lo que ha significado la salida de la pandemia creo que es muy positivo tanto en la política que ha hecho el Gobierno de España como la que ha hecho la Generalitat. Por tanto, yo estoy confiado tanto en las elecciones de aquí como en las elecciones generales.
Ayuso o la reina está desnuda
¿Pero usted cree que en este momento de polarización la gestión importa o puntúa más bajar al barro, como hace Isabel Díaz Ayuso?
Los ciudadanos tendrán que decidir qué modelo de política quieren, porque no podemos decir por una parte que no nos gusta la crispación y después apoyar a personas que hacen de la política simplemente un eje de confrontación. Hay comunidades autónomas en las que todos los resultados sobre la gestión de la pandemia y en la sanidad, que son factores fundamentales, los quieren arrinconar del debate porque saben que ahí pierden. El nacionalismo y el populismo tienen esas derivadas que, de alguna manera, obtienen resultados cortoplacistas. Pero más pronto que tarde se descubre qué es lo que había y que el rey estaba desnudo. O la reina.
Desnuda pero rozando la mayoría absoluta…
Sí, pero Rajoy también sacó mayoría absoluta y después pasó lo que pasó. Yo creo que esta es una vieja receta del populismo y el nacionalismo que, ciertamente, tiene buenos resultados en momentos coyunturales de polarización, pero la realidad que viven los ciudadanos es otra. Mientras que en la Comunitat Valenciana cada vez hay más cohesión y más igualdad, en la de Madrid hay cada vez más desigualdad. Y lo que es cierto es que eso también desafecta a una parte de la población y, bueno, esto está bastante desarrollado ya con la sociedad de los 3/3, esa vuelta al 'thatcherismo' y a la escuela de Chicago que tanta fractura social trajo. Pues ese es el experimento que se está intentando llevar a cabo y que costaría mucha miseria a mucha gente.
Ha dicho que el escudo social y la protección a los ciudadanos en esta crisis han sido decisiones acertadas, pero ¿qué decisión del Gobierno de Sánchez ha podido restarle a usted como presidente de la Generalitat?
Lo que no me gusta es situar en la agenda espacios de confrontación que no ayudan a formular un proyecto de progreso con solvencia. Pero, en general, yo creo que la inmensa mayoría de medidas que ha tomado el Gobierno han sido medidas que han ido en la dirección correcta. Hay algunas que nosotros hemos orientado de otra manera, pero cada gobierno tiene su responsabilidad y tiene su manera de actuar y por tanto, al final, hay que ser también respetuosos con las formas de gobierno. Yo me quejo cuando a veces alguien quiere interferir en un momento determinado. No es lógico. Tiene que haber una situación de diálogo permanente y de buscar también las distintas miradas. No es lo mismo gobernar España que gobernar una comunidad autónoma.
No al patrioterismo del agua
¿Y qué fue de su agria polémica con Teresa Ribera por el decreto Tajo-Segura?
Siempre tiendo a buscar una salida negociada a cualquier situación de dificultad, pero nunca dejaré de defender aquello en lo que creo. Con fortaleza y al mismo tiempo con voluntad de diálogo. Hacer de la política hídrica una bandería electoral no tiene ningún sentido. Y lo hacen siempre la derecha, y también otros. Pero ese patrioterismo del agua no tiene ningún sentido. Sabemos en estos momentos que tenemos un gravísimo problema de estrés hídrico, que tenemos un cambio climático que tiene consecuencias y por tanto, nosotros no somos ajenos a esto. No estamos haciendo como la derecha, que permanentemente niega de hecho el cambio climático. Lo que queremos es que se haga compatible un regadío que da miles de puestos de trabajo, que es prosperidad y que genera divisas para España, con un trasvase ajustado del Tajo-Segura. Y, sobre todo, es fundamental que haya un mix de recursos alternativos: máxima depuración y reutilización del agua, máxima desalinización de calidad y a un precio que puedan pagar los regantes. Por eso, el apoyo entre la Generalitat y el Gobierno de España para ese precio de desalación. Y, desde luego, la modernización de los riegos. El Gobierno de España ha planteado una gran inversión para la modernización, que nosotros la complementamos. Creo que ese es el camino. Y el punto de discrepancia, sobre todo, con la ministra en su momento –que es una persona muy solvente y a la que respeto profundamente– fue por la actualización del caudal ecológico. Somos conscientes de que tiene que haber un caudal ecológico, pero lo único que decíamos y continuamos defendiendo es que en el año 2025 se haga un ajuste o evaluación antes de la toma de decisión de subir más el caudal ecológico. Hay que ver el estado de las aguas, hay que de una vez por todas conseguir que la Comunidad de Madrid, aunque sea invirtiendo el Estado, depure las aguas que son de gran calidad y que desgraciadamente salen de la Comunidad con una mala calidad, para buscar que tengan la mejor calidad y saber dentro de dos años cómo está el estado de las masas forestales y cómo está también el plan de inversiones que va a hacer posible la disminución en un momento determinado de aguas del trasvase. Pero entre paréntesis, y a pesar de que el PP hace permanentemente de esto un gran espectáculo y una cuestión de agravio, tengo que decir que el Gobierno de Pedro Sánchez ha generado mayor trasvase –1.200 hectómetros más– que el Partido Popular de Rajoy, que hizo 800. 400 más. Por lo tanto, no se puede decir que el PSOE vaya a acabar con el trasvase. Es una gran mentira. Lo que sí que es cierto es que tenemos que ser conscientes del cambio climático, adaptarnos y fortalecer esa agricultura de calidad que tenemos, que es la huerta de Europa –tanto en Alicante como en Murcia o en Almería– y que tenemos que preservar.
¿En Valencia se percibe ese 'antisanchismo' del que habla la derecha?
¿Qué proyecto se puede construir desde el 'anti'? El proyecto del PP en estos momentos es el 'antisanchismo'. Y esto demuestra la endeblez absoluta intelectual y política de la dirigencia popular. Aquí sólo se habla de 'antisánchez' y de bajar impuestos…
Usted también bajó impuestos…
Claro, pero yo los bajé a los que menos tenían. Cuando la derecha habla de reformas fiscales es para los impuestos a los ricos. Cuando nosotros hablamos de reforma fiscal es para bajar los impuestos a los pobres. Es que hay una cosa que es impresionante. Resulta que en la Comunitat Valenciana, cuando nosotros llegamos al Gobierno, las rentas más bajas eran las que más pagaban de España y las rentas más altas, las que menos pagaban de España. Lo que hicimos fue una reforma para simplemente cumplir la Constitución y que la fiscalidad fuera progresiva. Y ahora las rentas bajas son las que menos pagan de España y las rentas más altas son de las que más pagan de España. Esta es la cuestión. Hicimos una reforma fiscal que afectaba a todas las rentas, incluso en algún caso de una manera menor, a rentas medias y medias altas en un momento determinado porque pensábamos que había que acompasar todo el efecto inflacionario. Y esta reforma fiscal se aprobó por unanimidad en las Corts Valencianes. Todos los partidos la aprobaron. Por tanto, oiga, yo creo que esa es una vía razonable, que es la que...
Pues su partido en aquel momento parece que no estaba muy de acuerdo con lo que usted hizo.
Inicialmente. Porque se pensaba que era una cuestión que estaba más o menos vinculada a lo que estaban haciendo en Madrid y fue precisamente lo contrario que hicieron allí o en Andalucía. Nosotros hemos mantenido siempre el impuesto de Patrimonio. Ahora, afortunadamente, ese impuesto ya no va a servir para hacer dumping fiscal y creo que eso es positivo. Pero, al final, lo que no puede ser es que haya una fiscalidad en la que aporten más los que menos tienen. No es razonable.
¿Qué opina de esta sucesión de anuncios que ha hecho Sánchez en las dos últimas semanas? ¿No cree que pueden perderse en el eco de la campaña electoral?
Hombre, es importante que lleguen a sus destinatarios. Todos estos anuncios van en la dirección correcta. El situar la vivienda como una gran cuestión es fundamental. Hace unos meses ya lo dije y de hecho nosotros hicimos una Conselleria de Vivienda para intentar reactivar esta cuestión, que es básica. La primera ley que aprobó el primer Botànic fue precisamente la Ley Social de la Vivienda, pero estaba en aquel momento vinculada contra los desahucios y para intentar aumentar la vivienda de alquiler, aunque es cierto que no se ha avanzado suficientemente. Y es cierto también, y se debiera comprender, que hemos tenido una legislatura en el caso valenciano que empezó con una DANA que tuvo terribles consecuencias en la Vega Baja. Seguimos con la pandemia y, después, la guerra. Por lo tanto, ha habido muchos accidentes en esta travesía. Ahora, desde luego, esta ha de ser sí o sí la legislatura de la vivienda para garantizar un proyecto de vida a los jóvenes, pero también para muchas familias que en estos momentos no pueden acceder a una vivienda digna y de calidad. Por tanto, hay que hacer un plan desde una mirada muy plural y muy diversa. Nosotros, desde luego, queremos explorar todas las posibilidades que nos da la ley de vivienda y las vamos a utilizar para favorecer la vivienda de alquiler y la bajada de los precios de alquiler. Vamos a generar un pacto con promotores y constructores con una alianza entre Ayuntamiento, Generalitat y también, en la medida de lo posible, el Gobierno de España para formalizar una gran operación de construcción y recuperación.
¿Las ayudas a las hipotecas para jóvenes son una infamia que agrada a Botín, al PP y a Vox, como dicen sus socios de Podemos?
A quien le gustan esas medidas es a los jóvenes, que van a tener la posibilidad de aprovecharlas y de tener una vivienda digna. Hay que tener una mirada no dogmática y no absolutamente equidistante con lo que es la realidad. Y hay personas que pueden y quieren tener una vivienda en propiedad y otros prefieren en alquiler, que desde luego es una grandísima prioridad. Luego, hay que entender también estas polémicas en el contexto electoral. Pero después lo que hay que hacer es sentarse y desarrollar la ley de vivienda que se ha aprobado. Esa es la competencia del Gobierno de España, que es desarrollarla. Y nosotros también en la parte que es competencial porque la vivienda es una competencia sustancialmente autonómica y local. Por lo tanto, lo que hay que sumar es una alianza entre instituciones, hacer los más acuerdos posibles para ir más allá de una legislatura y conseguir finalmente que España tenga un parque de vivienda de alquiler que facilite incluso también la propia dinámica de localización de las personas y de poder tener más libertad de movimiento.
Uno de sus eslóganes de campaña ha sido “Gürtel o Volkswagen”. ¿Cree que los valencianos han pasado la página de la corrupción del PP?
No podemos pasar definitivamente la página de la corrupción del PP porque continúa en los juzgados. Aún hay muchas piezas que están juzgándose. Por ejemplo, en la Audiencia Nacional hay tres presidentes imputados y tenemos más de 135 condenados. Y, por tanto, aún no lo podemos olvidar. Incluso ayer veía, por ejemplo, que el señor Fabra, condenado por corrupción, era aplaudido en un mitin del Partido Popular. Sabemos lo que hicieron y sabemos lo que harán. Por tanto, no podemos olvidar. Es que, además, nunca han pedido perdón. No sólo no han pedido perdón, sino que aplauden a gente que ha estado en la cárcel por corrupción.
¿El caso Azud, que afecta al PP pero también al PSOE, es una dosis de recuerdo de los peores años de la corrupción en Valencia?
Sí, sin duda. Es una dosis de recuerdo de lo que pasó en aquellos tiempos. Y es cierto que nosotros siempre hemos dicho que si en aquel momento algunos responsables del Partido Socialista cometieron alguna actividad ilícita o no ajustada a la ley, se actuará en consecuencia cuando corresponda. Pero ya le digo que en estos momentos no hay ninguna persona vinculada a aquel tiempo que haya tenido ningún tipo de capacidad de decisión o que esté imputada y que tenga alguna responsabilidad en el Partido Socialista. En el PP, sí. En el Partido Popular hay personas que están directamente vinculadas a los dirigentes y que continúan en ese espacio político. Pero es que además ese caso nació cuando gobernaban el Ayuntamiento y la Generalitat el Partido Popular. Por tanto, yo estoy muy interesado en que se llegue al final con todas las consecuencias. Y desde luego, nosotros hemos actuado en todo momento. Mire, en la legislatura anterior, por muchísimo menos de algunas de las cuestiones que se están viendo en estos días en el PP, actuamos contundentemente. Mire, es que ahora en Orihuela (Alicante), que es una ciudad importante, se va a presentar por el PP un señor al que se le ha abierto juicio oral y al que el fiscal le pide siete años por estafar a Hacienda. Es decir, por robar a todos los ciudadanos y aun así le presentan a las elecciones. Esto no es razonable. Cuando lo que ha pasado en Orihuela es que todos los alcaldes del Partido Popular en aquella ciudad han acabado en el mismo sitio. Por tanto, sinceramente, los valencianos, desde luego, tienen que saber que mirar al pasado hay que hacerlo para que no vuelva. Nosotros ahora estamos en otra dinámica. La Comunitat Valenciana de 2023 no tiene nada que ver con la de 2015. En estos momentos somos referencia en calidad democrática cuando antes estábamos al final en la cola. No lo digo yo, lo dice la Unión Europea y lo dice el índice de la Universidad Gotemburgo, que sitúa a la Comunitat Valenciana por encima de la media de las regiones europeas en calidad democrática. Y esto lo hemos hecho todos los ciudadanos. Lo ha hecho la sociedad valenciana, que ha superado esa hipoteca reputacional. Tenemos que continuar insistiendo en esa vía. Otro dato importante: somos la comunidad que más ha avanzado en innovación y la comunidad que ha conseguido atraer la inversión industrial más importante. Claro que sí. Hay que apoyar inversiones como Volkswagen y hay que olvidar la Gürtel.
“¡Que me registren!”
¿Y qué les diría a los valencianos que leen estos días informaciones sobre las subvenciones que la Generalitat ha otorgado a la empresa en la que trabaja su hermano?
Pues les diría que forma parte de la operación de descrédito que quiere montar el PP. Yo en todo momento he dicho que si la empresa en la que trabaja mi hermano ha hecho alguna cosa que no está de acuerdo con la ley, que se actúe. Y se actuará seguro porque la Justicia actúa para todos igual y actuará en consecuencia. Pero esto no tiene que ver con la Generalitat. De hecho, quisieron decir que las ayudas que había dado la Generalitat le habían beneficiado y la Justicia ha dicho que no, y archivó ese caso hace tiempo. Lo que se intenta es una operación de descrédito. Mire, yo llevo muchos años en la vida política y jamás he tenido una imputación. Me pueden registrar porque desgraciadamente para mí no tengo muchos recursos y no tengo ningún tipo de problema. Me duele por lo que afecta a terceras personas que se ven involucradas simplemente porque quieren atacarme a mí. Pero esto forma parte de lo que es esta situación de amoralidad que preside al Partido Popular y a sus adláteres.
¿Cree que en el PSOE hay alguien pensando en el 'postsanchismo'?
Sería bastante absurdo en estos momentos. Lo que tiene que pensar cualquier persona del PSOE en este momento es en cómo ayudar para tener el mejor resultado electoral en estas elecciones próximas, las locales y las autonómicas. Y después, en las elecciones generales. No es el momento de estas elucubraciones que, por cierto, son muy propias de la M30.
¿Y a qué atribuye los constantes desmarques de su compañero Emiliano García-Page?
No sé. Se lo tendrá que preguntar a él.
¿Qué fue de la federalización y la cogobernanza por la que tanto clamó durante la pandemia?
Me gustaría que se acelerara este proceso, que se inició muy positivamente en la pandemia y que ahora ha quedado estabilizado. Ha quedado paralizado, sobre todo porque, entre otras cosas, en España la cultura del acuerdo está en crisis. Y eso creo que es lo que tenemos que superar. Espero que después de estas elecciones y las próximas se pueda superar porque lo que a mí me ha producido una enorme frustración es que el nuevo liderazgo de Feijóo, lejos de situarse en un ámbito más centrado o más moderado que el de su antecesor, se ha situado en los mismos márgenes de radicalidad. Y lo hemos visto no aceptando una cuestión que es absolutamente exigible a cualquier demócrata, que es cumplir la Constitución. Se ha cumplido en todos los años de democracia. ¿Por qué ahora el Partido Popular está bloqueando la renovación del Consejo General del Poder Judicial? Si no se es capaz de avanzar en pactos tan absolutamente razonables y exigibles, pues ya qué le voy a decir de la financiación autonómica o de la federalización de España. Creo que desde luego hay que ir a esa cogobernanza porque cuando hablamos de financiación o de cogobernanza en el ámbito del Estado de las autonomías estamos hablando de fortalecer España, desde mi perspectiva.
Tampoco en el PSOE todo el mundo entiende el federalismo en ese sentido.
Probablemente el problema más importante que tiene la federalización es su propio nombre, pero el concepto es la realidad de España. España es así y no como a veces se piensa en ámbitos de las élites más centralistas. España es diversa. Ahora estamos aquí, en el Palau de la Generalitat, podemos ver el Salón de Cortes de este mismo edificio y hace cuatro siglos aquí había un autogobierno que se suspendió hace tres siglos. Esa es una idea de España. Y la España real es más fuerte que la España centralista. Y por eso creo que todo lo que sea avanzar…
Ese centralismo, president, también existe en el PSOE. No todo el mundo entiende ese concepto de reparto de poder como el modelo alemán que usted defiende. No es una cuestión de siglas.
No, no, no. Ya digo que ciertamente esta es una cultura, la federal, que es difícil de implantar. Pero hay más cultura federal en el PSOE que en otros partidos, mucho más que en el PP. Y, desde luego, que en otros partidos que quieren acabar con el Estado de las autonomías y con los que pacta el PP. Y por otra parte, ¿qué proyecto de gobierno tienen, por ejemplo, en la Comunitat Valenciana? El único proyecto político que tiene una parte de ese supuesto Gobierno de coalición es acabar con el Estado de las autonomías. Ya me dirá usted. Esto es una disgregación respecto a lo que estábamos hablando. Pero la realidad es que España cuanto más se reconoce en esa visión plural, que aunque no se quiera llamar federal es federal en otros países, le irá mejor. No puede ser que en el Congreso permanentemente se estén discutiendo cuestiones territoriales que deben estar evidenciadas en el Senado, donde deben estar los gobiernos autonómicos porque debe haber una situación de exigencia de pacto. En la cultura federal el pacto es absolutamente inherente, y eso creo que le convendría mucho a España.
¿Cree que habrá un nuevo modelo de financiación en la próxima legislatura?
Es imprescindible.
También lo era en esta.
Sí, sí, pero es absolutamente imprescindible porque cada vez va a peor esta situación. Y, mire, no es sólo imprescindible para la Comunitat Valenciana, que lo es, es imprescindible para España. Primero, porque el sistema de financiación tiene que garantizar la suficiencia financiera del Estado autonómico. Y el Estado autonómico en estos momentos tiene residenciada la sanidad, la educación, los servicios sociales y después también el impulso económico, la innovación y todo lo que son aspectos de incentivo económico muy importantes. Y sólo en la sanidad todos somos conscientes de que se ha aumentado de una manera extraordinaria la capacidad de invertir. Es absolutamente imprescindible. Lo hemos visto después de la pandemia. Por tanto, hay que situar más recursos en el Estado autonómico y después hay que repartirlos de una manera equitativa para no generar división entre los españoles o situaciones de desigualdad y falta de equidad como las que suceden en este momento. Esto es una cuestión que atañe al conjunto de España. Queremos una España lo más cohesionada posible y eso necesita una visión más allá de cada uno. Lealtad federal es eso. Lealtad federal es pensar en tus intereses, obviamente, pero pensar en los del otro.
Dígame un resultado del PSPV para el próximo 28 de mayo.
Creo que vamos a intentar… Ja,ja,ja... Voy a contestarle. Pero le quiero decir que yo creo que vamos a sacar bastante mejor resultado de lo que hoy dicen algunas encuestas publicadas.
¿Y mejor resultado que hace cuatro años?
Mejor resultado que hace cuatro años, en cualquier caso. Va a haber un Gobierno de progreso más claro en la Comunitat Valenciana de lo que dicen las encuestas.
¿Su primera decisión si revalida mandato?
Institucionalizar más el diálogo social.
¿Doce años serían suficientes para pensar en otros horizontes?
No va a haber otros horizontes políticos, aunque sí personales. ¡Ojalá! Si la salud y el ánimo nos acompaña, por supuesto. Pero mi única obsesión ahora es que estos cuatro años aprovechemos bien la gran oportunidad que tiene la Comunitat Valenciana. Hemos puesto a la comunidad en condiciones de ser una de las regiones más avanzadas de Europa. Lo tenemos en nuestras manos. Y a eso me voy a dedicar en cuerpo y alma estos cuatro años.
No se escape. ¿Este sería el último mandato?
Dije una vez que serían ocho años. Y no voy a volver a caer en el mismo error. No voy a decir nada porque ahora creo que no es el momento procedimental oportuno.