“Los partidos políticos, como el sindicalismo, tienen que hacer autocrítica. Siguen tratando a la ciudadanía como si fueran menores de edad. Tienen que hacer autocrítica no solo por los índices de afiliación, tienen unos niveles de mejora intensos. Han de modernizarse, responder a los retos del siglo XXI. La buena política no es el partidismo, es mejorar la vida de la gente”. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, intentó con estas palabras, pronunciadas la semana pasada ante una parte importante del empresariado y el sindicalismo madrileño, marcar distancias con los partidos. También con aquellos que, como Podemos, En Comú Podem, IU o Alianza Verde, la consideran su candidata de cara a las próximas elecciones generales previstas para finales de 2023, si bien ella sigue sin confirmar que se presentará.
Díaz no quiere tutelas ni condiciones de esos grupos a la hora de configurar su proyecto político. La construcción de ese espacio que pretende aglutinar a todo el que se encuentre a la izquierda del PSOE, aunque también a otras sensibilidades más transversales, está a punto de ponerse en marcha, según han confirmado a elDiario.es desde el entorno de la vicepresidenta. El primer paso será el repetido “proceso de escucha”, una serie de reuniones que Díaz quiere mantener con colectivos sociales, sindicatos y demás plataformas ciudadanas para configurar su proyecto “desde abajo”, dando todo “el protagonismo a la ciudadanía”.
La escucha se iniciará en las próximas semanas, después de las elecciones en Andalucía, como ha avanzado este lunes en una rueda de prensa. Se prolongará durante aproximadamente seis meses y la ahora vicepresidenta quiere confirmar su decisión de ser candidata antes de que termine el año. Pero a punto de que se inicie el proceso, Díaz ya está multiplicando su agenda propia, al margen de los partidos que conforman Unidas Podemos y con autonomía plena dentro del Gobierno, donde ella coordina a todos los ministerios del espacio confederal.
La pasada semana fue especialmente llamativo el desayuno informativo organizado por la agencia Europa Press que protagonizó Díaz el miércoles en un hotel madrileño. El acto fue singular dado que la vicepresidenta, que milita en el Partido Comunista, estuvo arropada por un buen número de empresarios madrileños, además de líderes sindicales y referentes sociales. También porque, por primera vez, la también ministra de Trabajo hizo coincidir el evento con la publicación de los datos del paro del primer trimestre, que fueron muy positivos, y que se conocieron apenas un minuto antes de que iniciase su conferencia ante un auditorio de unas 200 personas.
Una “política buena”
Como carta de presentación ante ese poder empresarial que se congregó en el desayuno, Díaz presumió de esas cifras que reflejaron el impacto de la entrada en vigor de la reforma laboral que ella misma impulsó desde el Gobierno. El número de empleos creados en el primer trimestre, 3.022.000, no se había dado en los últimos 14 años. Pero, sobre todo, los datos evidenciaron que se han multiplicado los contratos indefinidos, que en ese periodo fueron casi uno de cada dos empleos. “En los primeros 100 días [desde la aprobación de la reforma laboral] hay que decir a España que hay una política buena, la que sirve para cambiar desde lo pequeño la vida de la gente, que no hace ruido, no espanta con insultos y mal hacer. Que cose, suma y hace feliz a la gente”, remarcó.
Otro aspecto a destacar es que Díaz estuvo arropada por las portavoces de Más Madrid en la Comunidad y en el Ayuntamiento de la capital, Mónica García y Rita Maestre, respectivamente. También asistieron el ministro de Consumo y coordinador general de IU, Alberto Garzón, el secretario de Estado de la Agenda 2030 y secretario general del PCE, Enrique Santiago, o el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños (PSOE).
La presencia de Podemos fue, sin embargo, de perfil bajo. Acudieron la coportavoz del partido Alejandra Jacinto y el diputado Txema Guijarro. Todo ello después de que en los últimos meses se evidenciaran las diferencias entre Díaz y la cúpula de Podemos sobre la estrategia del Gobierno ante la guerra de Ucrania y, en la última semana, respecto al escándalo del espionaje con el sistema Pegasus. La vicepresidenta aboga por investigar y buscar explicaciones de lo ocurrido antes de exigir dimisiones. Desde Podemos, tanto la ministra de Derechos Sociales y líder del partido, Ione Belarra, como el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, han pedido ya ceses apuntando directamente hacia la ministra de Defensa, Margarita Robles, también después de la comparecencia de la directora del CNI, Paz Esteban, en la Cámara Baja, que el jueves no satisfizo ni a Podemos ni a los socios del Gobierno.
Díaz también realizó la semana pasada una ronda de entrevistas en distintas televisiones o plataformas. El martes participó en un podcast protagonizado por jóvenes llamado Generación Futuro, en PlayGround. Un día más tarde, acudió al programa El Objetivo de La Sexta, donde fue entrevistada por Ana Pastor. Y el jueves continuó la gira televisiva en Telecinco, con una entrevista en El Programa de Ana Rosa.
El país con el que “sueña” la vicepresidenta
Que Díaz está tratando ya de ejercer como líder del espacio confederal, con actos que ella misma protagoniza, se comprobó también el jueves pasado, durante su visita a la Feria de Abril de Sevilla, y en las complejas negociaciones que protagonizaron las fuerzas que se sitúan a la izquierda del PSOE para formar un frente común de cara a las elecciones de junio. El equipo de la vicepresidenta celebró entonces que Díaz lograra “la única foto de unidad hasta el momento” de todos esos partidos: Podemos, IU, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde. Además, la también ministra de Trabajo se preocupó por dejarse ver agarrada del brazo de Inmaculada Nieto (IU), la candidata a la Presidencia de la Junta de ese espacio, que no fue inicialmente vista con buenos ojos por Podemos.
El acuerdo para concurrir en la coalición Por Andalucía a las elecciones andaluzas del 19 de junio se alcanzó al borde de la medianoche del viernes, tan in extremis que las formaciones no lograron por unos minutos presentar a tiempo la candidatura que incluía a Podemos y Alianza Verde. La Junta Electoral de Andalucía ha rechazado este lunes la apelación que presentaron los partidos y, a falta de un eventual recurso ante la Junta Electoral Central, las plataformas tendrán que acordar una fórmula que garantice el peso que Podemos había reclamado dentro de la coalición y que quedó plasmada en el acuerdo político a última hora. En una entrevista este lunes en la Cadena SER, Nieto ha mostrado su predisposición para que así ocurra: “Como hay un acuerdo político y hay voluntad de todos los partidos para cumplirlos, va a haber diputados de Podemos en la coalición 'Por Andalucía'”.
Pese al embrollo burocrático y a que durante la negociación se evidenciaron múltiples diferencias entre el partido que dirige la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y el resto del espacio confederal, todas las partes reconocen que fue el equipo de Yolanda Díaz el que, ante un posible fracaso, decidió tomar las riendas de la negociación a las 23.00 horas del viernes, cuando apenas quedaba una hora para que se cerrara el plazo para registrar coaliciones.
Lo ocurrido en Andalucía, más allá de las dificultades, allana el camino al proyecto de la vicepresidenta segunda. Su equipo apunta a que es un “primer paso importante” para la configuración de su candidatura para las generales, por lograr que se presenten “todos juntos”: Podemos, IU y Más País, además de las otras tres fuerzas con menor peso representativo. Pero fuentes de la vicepresidencia segunda señalan que, de cara a las generales, su pretensión es conformar un espacio “mucho más amplio” y “transversal” en el que no tengan tanto protagonismo los partidos, como ha ocurrido en la negociación andaluza, sino que todo pivote en la “escucha” a la ciudadanía y a distintas organizaciones sociales.
Díaz pretende dejar claro que lo que planea como su proyecto político es algo nuevo, que nada tiene que ver con la actual estructura de partidos, y que buscará refrendar además con una suerte de primarias abiertas a la ciudadanía. Así lo ha ratificado este lunes en una rueda de prensa en la que ha reconocido que el acuerdo alcanzado en Andalucía es “importante” pero está separado de su proceso de escucha.
“Lo que ha ocurrido en Andalucía es importante, porque muchas formaciones políticas que hubiera sido imposible que se miraran de frente se han mirado. Pero esto está desgajado completamente del proceso de escucha en el que el protagonismo va a ser ciudadano”, ha dicho. Además, ha lanzado un mensaje sobre las dificultades vividas en las negociaciones que han impedido cumplir con los plazos: “Desconozco los trámites administrativos y no me compete a mí sino a los compañeros andaluces. Lo voy a respetar diciendo solo una cosa: estas cosas son las que alejan a la ciudadanía de los partidos políticos”. Y ha insistido: “Los partidos políticos tendrán que ser parte si así lo desean, pero no son el ser”.
Su propuesta es la siguiente: “Sueño con un país que permita que cuando gobernemos no se acuerde de nosotros. Voy a trabajar por un país diverso, en el que me sienta cómoda siendo gallega. Sueño con un país que sea pluricultural y plurilingüístico. Esta es la España real. Un país que tenga diversidades sexuales de todo tipo, que se tome en serio los derechos humanos y la paz, que diga a los jóvenes que pueden volver, que diga que puede presumir en el mundo de investigación y que tenga servicios públicos dignos. No quiero políticas que confronten y dividan. Creo que el diálogo funciona, estoy dispuesta a dialogar, no soy pura. No tengo miedo a conversar con alguien que no piense como yo. Quiero cuidar el mundo con políticas útiles en ese país nuevo, amable, fraterno, diverso, plural”.