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Zhirinovski, un fenómeno ultranacionalista nacido en las postrimerías de URSS

Moscú —

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Moscú, 6 abr (EFE).- El fallecido Vladímir Zhirinovski, un oscuro jurista que se asomó a la política en las postrimerías de la Unión Soviética, hizo del populismo y el ultranacionalismo el caballo de batalla que le convirtió en una figura infaltable en el panorama político en los últimos 30 años.

Muchos recuerdan su aparición como invitado en los pasillos de los congresos de diputados de los últimos años de la época gorbachoviana, donde interpelaba a viva voz a los dirigentes soviéticos, para el deleite de la prensa.

En 1989 fundó el Partido Liberal Democrático de la Unión Soviética y presentó su candidatura a las elecciones presidenciales de Rusia de junio de 1991, en las que consiguió con la promesa de bajar el precio del vodka un sorprendente tercer lugar (7,8 %).

Dos meses después, Zhirinovski respaldó la intentona golpista de la cúpula comunista contra el presidente Mijaíl Gorbachov.

En 1993, ya después de la disolución de la Unión Soviética el político ultranacionalista obtuvo el mayor triunfo político de su larga trayectoria: su partido fue el más votado en la elecciones a la Duma del Estado, el Legislativo ruso que sustituyó el Soviet Supremo.

Desde entonces y hasta la fecha el Partido Liberal Democrático, ya de Rusia, no ha dejado de tener representación parlamentaria, aunque menor en las últimas legislatura.

Zhirinovski tiene el récord absoluto de candidaturas presidenciales, seis, y su mejor resultado fue en 2008, cuando obtuvo el 9,35 % en los comicios que ganó entonces Dmitri Medvédev.

De retórica y conducta agresiva, el político ultranacionalista protagonizó numerosos escándalos en la sala del legislativo: desde liarse a golpes con un pope al que cogió de su crucifijo hasta tirar del pelo a una diputada.

“Cuando yo lo diga, corred hacia ella y violadla”, dijo en una ocasión a sus ayudantes durante una rueda de prensa señalando a una periodista, que resultó estar embarazada y que tuvo que ser defendida por sus colegas.

Tras el ataque, la periodista tuvo que ser ingresada, y líder nacionalista que se vio obligado a disculparse tras ser criticado duramente incluso desde su propio partido.

De lengua afilada y sentido del humor barriobajero, Zhirinovski utilizaba un estilo avasallador en los debates sin dejar hablar a sus adversarios.

Nació en Almaty, la república soviética Kazajistán, el 25 de abril de 1946.

Una de sus frases más famosas es: “Mi mamá es rusa y mi padre, jurista”, que fue interpretada como un intento de ocultar su origen étnico al comienzo de su carrera.

Años después, explicaría que en una mesa redonda contestó con una sola frase por falta de tiempo a dos preguntas: de qué nacionalidad era su madre y cuál era la profesión de su padre.

Zhirinovski, según su versión, no leyó las preguntas, que eran de dos personas distintas, y de ahí que se creyera no quería revelar el origen étnico de su progenitor, que -dijo- “probablemente era judío aunque no está confirmado”.

Pese a su imagen iconoclasta, el político ultranacionalista se alineó siempre con las políticas del Kremlin.

El año pasado el presidente ruso, Vladímir Putin, le impuso a Zhirinovski, con motivo de su 75 cumpleaños, la Orden al Mérito ante la Patria de primer grado, “por su gran aporte al fortalecimiento del Estado, al desarrollo del parlamentarismo y su activa labor legislativa”.

El líder ultranacionalista, que había declarado que se había vacunado ocho veces contra la covid-19, fue hospitalizado a comienzos de febrero con pulmonía doble tras dar positivo por coronavirus.

“Espero que los correligionarios y simpatizantes de Zhirinovski no sigan su ejemplo. Esto puede ser muy peligroso”, advirtió el virólogo y miembro de la Academia de Ciencias de Rusia Serguéi Netiósov, al comentar la vacunación con múltiples dosis de refuerzo.