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El fiasco de la experiencia inmersiva de Willy Wonka que se vendía como “un viaje entre la realidad y la fantasía”: “Había un par de mesas y un castillo medio inflado”
¿Quién no ha querido abrir una tableta de chocolate y encontrarse el 'golden ticket', el billete dorado que le permitiría visitar la fábrica de Willy Wonka? En Glasgow (Escocia) lo han hecho posible: por 35 libras, se puede vivir una “experiencia inmersiva” que promete adentrarnos en los mundos del extravagante chocolatero, una “celebración del chocolate en todas sus deliciosas formas”. O, al menos, así se anunciaba en sus llamativos carteles hechos con Inteligencia Artificial. Y no, el problema no es que los umpa lumpas han hecho de las suyas, sino que la realidad ha distado demasiado de la ficción y lo que prometían se ha quedado en cuatro adornos mal colocados en un almacén. Y encima, sin chocolate.
Según informa The Guardian, hasta 35 libras han pagado las familias por una entrada para la Willy's Chocolate Experience, que iba a estar basada en la última película del libro de Roald Dahl. El cabreo al terminar la “experiencia” ha llenado las redes sociales con imágenes al estilo “lo que pides” y “lo que te llega”. Esto era “lo que pides”, el cartel diseñado por House of Illuminati, los organizadores del evento:
Nada que ver con 'lo que les llegó': decorados mal colocados en un almacén, sábanas impresas con los diseños hechos con IA, y niños que lloran ante personajes que no aparecen en las películas y se comportan de manera extraña. Eso sí, nada de chocolate.
Según la página web del evento, la idea de los organizadores era contar con diferentes espacios ambientados en el mundo de Willy Wonka. El “laboratorio de la imaginación” es uno de ellos y se anuncia como un espacio que invita a los espectadores “a un viaje surrealista donde los límites entre la realidad y la fantasía se fusionan”: “¡Prepárate para dejarte cautivar por un espectáculo visual!”, añaden. Lo mismo sucede con el “túnel del crepúsculo”, que promete un “pasaje con poca luz adornado con proyecciones cautivadoras”, además de un “entorno cautivador”, que se promete durante todo el recorrido.
Las familias, indignadas, comenzaron a reclamar que se les devolviera su dinero, y la empresa organizadora canceló el evento tras las críticas y una llamada a la Policía. “Había tal vez 20 sillas, un par de mesas y un castillo inflable medio inflado”, comentaba un padre indignado a The New York Times. Tras la polémica, House of Illuminati pidió disculpas en su cuenta de Facebook: “Realmente lamento el disgusto y la decepción causados durante el fin de semana. Se han emitido reembolsos y se seguirán emitiendo”.
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