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La embajada de Ecuador en Londres insta a Julian Assange a cuidar mejor a su gato
El gato que acompaña a Julian Assange en su reclusión en la embajada de Ecuador en Londres es el protagonista del último conflicto del fundador de WikiLeaks con sus anfitriones. La oficina diplomática ha instado a Assange a que realice ciertas tareas a cambio de su estancia en la embajada, en la que lleva desde 2012. Una de ellas es que cuide mejor a su mascota, James.
Como informa la BBC, la embajada ha avisado a Assange de que pueden arrebatarle el gato si no cumple con unas obligaciones mínimas. Entre éstas están “su bienestar, comida e higiene”. Lo que no está claro es qué ha llevado a los funcionarios de la institución a advertir al activista australiano sobre el cuidado a James.
El gato se hizo conocido a través de una cuenta de Twitter, llamada @EmbassyCat, en la que su dueño sube fotos del felino en distintos momentos. Estas imágenes dan también para varios memes, que el propio Assange crea y difunde.
A esto se suma el interés del animal por asomarse a las ventanas, lo que permite a los periodistas sacarle fotografías. En algunas de ellas, aparece con corbatas, lo que desató el interés por James. Una admiración similar a la que se siente en Reino Unido por Larry, el gato que merodea por la residencia del primer ministro británico.
Otra de las instrucciones dictadas a Assange es que limpie su cuarto de baño. Lo que se desconoce es si en esta orden tiene que ver lo que publicó The Times en enero: que varios empleados de la embajada se habían quejado por la falta de higiene del huesped.
La única buena noticia para el activista es que Ecuador ha accedido a restaurarle parte de su conexión a Internet. Un castigo que se produjo en marzo de este año, y después de que la embajada le llamase la atención por usar Twitter para hacer mofa de líderes mundiales e “intervenir en los asuntos de otros países”.
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El gato que acompaña a Julian Assange en su reclusión en la embajada de Ecuador en Londres es el protagonista del último conflicto del fundador de WikiLeaks con sus anfitriones. La oficina diplomática ha instado a Assange a que realice ciertas tareas a cambio de su estancia en la embajada, en la que lleva desde 2012. Una de ellas es que cuide mejor a su mascota, James.
Como informa la BBC, la embajada ha avisado a Assange de que pueden arrebatarle el gato si no cumple con unas obligaciones mínimas. Entre éstas están “su bienestar, comida e higiene”. Lo que no está claro es qué ha llevado a los funcionarios de la institución a advertir al activista australiano sobre el cuidado a James.