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El 'hitazo' pop de Nina Hagen que Angela Merkel ha elegido para su fiesta de despedida
Quizá en el piso del Berlín Oriental que una veinteañera Angela Merkel okupó a finales de los años setenta resonó la canción 'Du hast den Farbfilm vergessen', un pelotazo pop cantado por Nina Hagen antes de convertirse en la gran diva punk. Esa canción, que arrasó en las listas de la República Democrática Alemana (RDA), es una de las tres que la todavía canciller alemana –tras 16 años en el poder– ha elegido para su fiesta de despedida de este jueves, tal vez en un guiño a sus recuerdos de juventud.
Periódicos de medio mundo se han apresurado a glosar la 'despedida punk' de Merkel. Titulares llamativos porque, a priori, su imagen no concuerda demasiado con la vocación transgresora de esa tendencia estética. Pero en esa suposición hay dos errores.
Uno, 'Du hast den Farbfilm vergessen' no es una canción punk (de hecho, cuando Nina Hagen la cantaba, a los 19 años, todavía no había abrazado el dogma estilístico que la convertiría en la planetaria 'madrina del punk' tras emigrar a Londres).
La canción de marras fue uno de tantos grandes éxitos del pop que alumbró la RDA (y permaneció más de un año en el Top 40). A más de uno le sorprenderá, pero basta indagar un poco para descubrir lo variada, entusiasta y dinámica que fue la escena musical tras el Telón de Acero.
El tema en cuestión tiene un aire algo pachanguero, propio de un subgénero muy alemán llamado 'Schlager', que viene a significar 'golpeador' (algo parecido a la palabra 'hit', en inglés, para referirse a temas que triunfan en las listas).
Fue compuesta por Michael Heubach, el teclista de la banda Automobil, en la que entonces militaba Hagen. La letra, obra del controvertido Kurt Demmler, narra la historia de una excursión a la isla Hiddensee, en el Mar Báltico. Básicamente es una bronca de la chica de la pareja, Nina, hacia su novio Micha (Michael), porque este se ha olvidado llevar a la excursión un rollo de película en color para grabar las vacaciones en Super 8.
El argumento no es precisamente punk... Aunque hay quien ve en él una crítica soterrada a la falta de suministros y de bienes de consumo en las economías comunistas. 'Has olvidado la película en color' es la traducción al castellano del título de la canción.
Merkel, que por cierto es de la misma quinta que Nina Hagen, en realidad fue en sus años mozos más subversiva de lo que se pueda suponer
Las otras dos canciones elegidas por la canciller son 'Großer Gott, wir loben Dich' ('Gran Dios, te alabamos'), que es una canción de misa, y 'Für mich soll's rote Rosen regnen' (Deberían llover rosas rojas por mí), de Hildegard Knef, una suerte de 'A mi manera' jazzístico cantado en primera persona y que extiende la mirada sobre toda una vida.
El segundo error en el pequeño gran relato sobre la despedida de la canciller versa sobre su propia imagen. Merkel, que por cierto es de la misma quinta que Nina Hagen, en realidad fue en sus años mozos más subversiva de lo que se pueda suponer. “Era una chica alegre y le gustaba bailar”, contó en su día Patricia Lessnerkrausen, en el libro 'Merkel. Poder y política'.
Okupó un piso en el Berlín Oriental, fue camarera de discoteca, salía de marcha como el que más y se divorció de un primer marido (de quien conservó el apellido) en una época en la que el divorcio tampoco era lo más habitual.
Posiblemente este jueves, en la fiesta de despedida de la última gran mandataria europea, esa chica alegre y con ganas de bailar –conservadora, feminista y antifascista– vuelva a menear el esqueleto, pero esta vez a todo color.
Quizá en el piso del Berlín Oriental que una veinteañera Angela Merkel okupó a finales de los años setenta resonó la canción 'Du hast den Farbfilm vergessen', un pelotazo pop cantado por Nina Hagen antes de convertirse en la gran diva punk. Esa canción, que arrasó en las listas de la República Democrática Alemana (RDA), es una de las tres que la todavía canciller alemana –tras 16 años en el poder– ha elegido para su fiesta de despedida de este jueves, tal vez en un guiño a sus recuerdos de juventud.
Periódicos de medio mundo se han apresurado a glosar la 'despedida punk' de Merkel. Titulares llamativos porque, a priori, su imagen no concuerda demasiado con la vocación transgresora de esa tendencia estética. Pero en esa suposición hay dos errores.