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Cuando Maroto pedía “tolerancia cero” con quienes se empadronaban “de forma irregular” ocho años antes de ser senador por Castilla y León
En 2011, el entonces alcalde de Vitora, Javier Maroto, pedía “tolerancia cero con quienes se empadronaban de forma irregular solo para obtener acceso a ayudas sociales”. Lo hacía pidiendo “colaboración ciudadana” para evitar que el padrón municipal se convirtiese en un “coladero” en el que hubiese personas que se registrasen donde no vivían para poder acceder a una renta social, más garantista en Euskadi que en el resto del país.
Ocho años después, se ha empadronado in extremis en un pueblo de Segovia para poder entrar en el Senado.
En las elecciones generales del 28A los resultados no fueron los esperados por el popular. Se quedó sin escaño por Álava en la Cámara Baja, pero Pablo Casado le buscó un asiento en el Senado al que debía acceder por designación autonómica. No por el País Vasco, sino por Castilla y León. Maroto fue empadronado en la localidad de Sotosalbos (Segovia) hace un mes y medio, durante las negociaciones del Gobierno autonómico de PP y Ciudadanos. No se le vio por el pueblo, pero alguien se ocupó de hacer las gestiones y autorizar el empadronamiento en la casa de unos vecinos.
Maroto fue finalmente elegido senador autonómico en segunda votación tras la abstención sorpresa de 13 diputados. Este martes la Junta Directiva Nacional del Partido Popular le nombraba portavoz del PP en la Cámara Baja.
Este miércoles, Maroto reconocía que era “evidente” que “tenía una situación en la que vivía en País Vasco” pero ha intentado justificar este empadronamiento afirmando que tomó “la decisión de implicarme en Sotosalbos, y a partir de ahí comienzo una vida en el partido en Castilla y León. Y, además, en el partido a nivel nacional”. “Los requisitos del empadronamiento están perfectamente cubiertos y se me va a ver mucho en Sotosalbos”, ha dicho el popular.
En 2011, el entonces alcalde de Vitora, Javier Maroto, pedía “tolerancia cero con quienes se empadronaban de forma irregular solo para obtener acceso a ayudas sociales”. Lo hacía pidiendo “colaboración ciudadana” para evitar que el padrón municipal se convirtiese en un “coladero” en el que hubiese personas que se registrasen donde no vivían para poder acceder a una renta social, más garantista en Euskadi que en el resto del país.
Ocho años después, se ha empadronado in extremis en un pueblo de Segovia para poder entrar en el Senado.