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“Enviadle mis datos al Pentágono, pero dejadme en paz”: las mejores reacciones a la avalancha de avisos por los cambios en la privacidad de Internet

El pasado 25 de mayo entró en vigor el nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de carácter personal de la Unión Europea. También conocido por sus siglas en inglés (GDPR, General Data Protection Regulation), esta directiva europea se ha hecho famosa por las restricciones que impone a las multinacionales digitales estadounidenses con respecto a la extracción y tratamiento de datos personales de sus usuarios, especialmente tras el escándalo de Facebook con Cambridge Analytica.

Muchas de las empresas que han tenido estos dos años para actualizar sus políticas de privacidad esperaron hasta el último momento para iniciar sus procesos de notificación y confirmación. Esto ha provocado una avalancha de emails y mensajes todo tipo de soportes tratando de actualizar dichos términos y mostrando interés por mantener a los usuarios suscritos a sus servicios. Como era de esperar, la red ha respondido con humor.

El director de cine Rian Johnson, responsable de “Star Wars: The Last Jedi” envió a sus fans una imagen donde se podían ver los icónicos títulos de crédito al inicio de cada película de la saga con un mensaje aludiendo a la actualización de las condiciones relativas a la privacidad.

En previsión del peñazo que podía suponer recibir cientos de emails, algunos han tirado de humor para paliar el rechazo por parte de los usuarios. Así, el Partido Laborista inglés envió un email en el que pedía aceptar las nuevas condiciones para “no arruinarle el cumpleaños a Jeremy Corbyn”.

Otro usuario bromeaba con la situación de Julian Assange, quien hace unos meses fue privado de conectividad a Internet por parte de la Embajada de Ecuador por considerar inapropiadas algunas de sus declaraciones en redes, diciendo “cuando era la única persona de Inglaterra a la que le gustaría recibir emails sobre el GDPR”. 

En España la medida y sus efectos también han generado comentarios de todo tipo. Muchas personas se han visto sorprendidas al descubrir que en algún momento en el pasado habían cedido parte de sus datos a empresas que ahora se veían obligadas a actualizar sus condiciones. Para alguno incluso supuso un problema a la hora de terminar su merienda…

Y es que esta es una de esas situaciones donde da la sensación de que nadie puede escaparse al chascarrillo, lo que termina por generar una situación de comicidad casi forzosa porque, ¿quién no ha recibido ningún mensaje para actualizar las condiciones de privacidad?

Todo lo cual nos lleva a concluir que:

1. Facebook es global, pero la procrastinación también. El hecho de que tantas y tantas empresas hayan tenido dos años para actualizar sus condiciones de privacidad y hayan esperado hasta el último momento…¿no demuestra un ejemplo masivo de 'lo resuelvo a última hora'?

2. Las políticas públicas también pueden ser meméticas. Es evidente que el chascarrillo viene dado por la cantidad de emails o peticiones de actualización de las condiciones de privacidad. Pero lo que hay detrás de esto es el cambio en una directiva que busca proteger a las personas frente al extractivismo de datos por parte de las empresas. Así pues, estamos ante una política pública que se ha convertido en meme gracias a su aplicación y ha puesto sobre la mesa la importancia de este tema.

3. La red es, por encima de todo, LOL. La red responde ante este tipo de incidentes con sentido del humor. Es un signo de nuestro tiempo que sigue generando transformaciones sociales y culturales que todavía estamos empezando a explorar. Es probable que haya quién piense que esto supone una cierta ignorancia por parte de la ciudadanía frente a un tema tan importante como lo son sus datos y su privacidad, pero lo cierto es que más bien puede suponer un ejemplo de conciencia extrema del tema en cuestión.

El pasado 25 de mayo entró en vigor el nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de carácter personal de la Unión Europea. También conocido por sus siglas en inglés (GDPR, General Data Protection Regulation), esta directiva europea se ha hecho famosa por las restricciones que impone a las multinacionales digitales estadounidenses con respecto a la extracción y tratamiento de datos personales de sus usuarios, especialmente tras el escándalo de Facebook con Cambridge Analytica.

Muchas de las empresas que han tenido estos dos años para actualizar sus políticas de privacidad esperaron hasta el último momento para iniciar sus procesos de notificación y confirmación. Esto ha provocado una avalancha de emails y mensajes todo tipo de soportes tratando de actualizar dichos términos y mostrando interés por mantener a los usuarios suscritos a sus servicios. Como era de esperar, la red ha respondido con humor.