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Modesto Cubillas, el descubridor de la Cueva de Altamira del que se suele olvidar la historia
Al norte de la península, en Cantabria, España guarda un tesoro de 18.500 años de antigüedad. Se trata de la Cueva de Altamira, una de las mejores muestras del mundo de arte rupestre, situada junto a junto a la localidad de Santillana del Mar. Y aunque los bisontes que la adornan datan del Paleolítico, la cueva fue descubierta hace solo 139 años, según datos oficiales; aunque la historia de su descubrimiento puede que sea, en realidad, muy distinta. Todo por el descubridor de las cuevas que no suele ser reconocido: Modesto Cubillas.
La Cueva de Altamira habría sido descubierta 11 años antes de lo que se cuenta, en 1868, por Cubillas, un tejero asturiano que descubrió la cueva al liberar a un perro que había quedado atrapado en ella. Algo que corrobora el propio Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, en su espacio en la web del Ministerio de Cultura.
Pero al no verle nada especial ni saber por dónde atajarla, Cubillas avisó para que la ojeara a Marcelino Sanz de Sautuola, un rico propietario local para el que trabajaba, tatarabuelo de la banquera Ana Botín. Sanz de Sautuola acudió por primera vez a la cueva en 1875, sin embargo, no sería hasta 1879 cuando su hija María descubriría los bisontes pintados en el techo.
Con motivo del aniversario de su descubrimiento, Google ha dedicado un homenaje a la Cueva de Altamira, que ha sido la protagonista de su pantalla de inicio por un día. El buscador detallaba que el yacimiento había sido descubierto hace 139 años por Marcelino Sanz de Sautuola y Ana Botín lo celebraba en Twitter.
Aunque tan pronto como la presidenta del Banco Santander compartía esta publicación, algunos historiadores apuntaban que los hechos no era tal y como se estaban contando y acusaban a Ana Botín de apropiarse de la historia. Sería un propio descendiente de Cubillas quien se lo recordaría también a Ana Botín.
El portal oficial de Turismo de Cantabria omite la labor de Modesto Cubillas y el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira se sitúa en una calle que lleva por nombre a Marcelino Sanz de Sautuola.
Pero el descendiente de Cubillas asegura que ya organiza sus propias informaciones sobre el tema “con una amplia base sustentada en escritos inéditos” de su tía y más testimonios. “Algún día verá la luz todo ello...”, afirma.
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