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Rato vuelve dando lecciones de Economía
“¿Esto lo consideramos un saqueo? Es el mercado, amigo”, espetaba con convicción Rodrigo Rato en una comparecencia en el Congreso cuando se le pedían explicaciones por las pérdidas de miles de millones para los accionistas y el posterior rescate de más de 20.000 millones con dinero público que había supuesto la salida a Bolsa de Bankia. Rato tenía razón. Ya saben, el mercado manda, es una cuestión de oferta y demanda. Y parece que Rato vuelve a ser un activo con caché. El expresidente de Bankia, expresidente del FMI y ex vicepresidente económico del Gobierno de José María Aznar escribe hoy un artículo de opinión en el diario Expansión. Rato, en tercer grado tras abandonar hace 20 días la prisión en la que cumplía una condena de cuatro años y medio por apropiación indebida en el caso de las tarjetas black y a la espera de nuevos juicios, llama a la “flexibilización” del mercado laboral y critica la regulación de determinados sectores.
Los aduladores del milagro económico del Ejecutivo de Aznar ya pueden gritar: “Rato is back”, aunque haya pasado por la cárcel después de hundir a una entidad financiera. Bajo el título Empleo, inversión y deuda, el exvicepresidente del Gobierno de Aznar recuerda en su reaparición las recetas que tanto gustan en determinados cenáculos, aunque hayan sido denostadas por el FMI o el Financia Times. Rato recurre en su artículo a eufemismos como la “flexibilidad del marco laboral”, nada de fijar salarios sino más bien abaratar el despido; ensalza la desregulación de sectores, ya saben: no dejen que el Estado ponga obstáculos a los negocios; hace un recuerdo a la necesidad de volver a las políticas de austeridad que incrementaron la desigualdad; y salpimenta todo su escrito con una devoción mística por el crecimiento: “La Unión Europea (...) requiere una nueva visión de su regulación más orientada al crecimiento. (...) Quizás deba pensar más en ser un destino de inversiones que en ser ejemplar”, afirma.
Rato ofrece lo que él denomina 'certidumbres' ante la dificultad de hacer previsiones en un entorno económico complejo por el impacto económico de la COVID-19. Fue precisamente esa dificultad a la hora de hacer previsiones la que llevó a Rato al banquillo por penúltima vez con el resultado de una absolución por encabezar la salida a bolsa que llevó al rescate de Bankia con un dinero público que difícilmente se recuperará y que dejó sin ahorros a miles de inversores.
Mientras acaba de cumplir en tercer grado su condena a cuatro años y medio de prisión por apropiación indebida en el caso de las 'black', el exvicepresidente económico de Aznar está pendiente de otra visita al banquillo. En este caso, por la presunta comisión de delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y corrupción cometidos por sus empresas. Entre tanto, y pese a las sombras, Rato parece dispuesto a seguir vendiendo sus recetas: desregulación, “flexibilización” del mercado laboral y austeridad.
“¿Esto lo consideramos un saqueo? Es el mercado, amigo”, espetaba con convicción Rodrigo Rato en una comparecencia en el Congreso cuando se le pedían explicaciones por las pérdidas de miles de millones para los accionistas y el posterior rescate de más de 20.000 millones con dinero público que había supuesto la salida a Bolsa de Bankia. Rato tenía razón. Ya saben, el mercado manda, es una cuestión de oferta y demanda. Y parece que Rato vuelve a ser un activo con caché. El expresidente de Bankia, expresidente del FMI y ex vicepresidente económico del Gobierno de José María Aznar escribe hoy un artículo de opinión en el diario Expansión. Rato, en tercer grado tras abandonar hace 20 días la prisión en la que cumplía una condena de cuatro años y medio por apropiación indebida en el caso de las tarjetas black y a la espera de nuevos juicios, llama a la “flexibilización” del mercado laboral y critica la regulación de determinados sectores.