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Truco “trilero”, Gobierno “enfermo” y recurso de inconstitucionalidad: lo que dijeron Feijóo y el PP de la reforma laboral que ahora abrazan

“Entiendo que esa reforma sustancialmente es una buena reforma”, dijo el pasado jueves el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Se refería a la reforma laboral, aquella norma aprobada el 3 de febrero de 2022 en el Congreso —con el voto en contra del PP— gracias al 'sí' que dio por error el diputado popular Alberto Casero. Ha pasado más de un año desde entonces y ahora, con las elecciones del 23 de julio en el horizonte, con sindicatos y Europa alertando de lo que supondría cambiar la ley, Feijóo cambia de opinión. Pero la hemeroteca no olvida.

Ya en noviembre 2021, el entonces presidente de la Xunta de Galicia, que aún tenía cinco meses por delante para convertirse en el líder del PP, envió una carta al jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, en la que entre otras cuestiones le pidió “reconsiderar” la modificación “improvisada e inmediata” de la reforma laboral (aprobada en su día por el PP), convencido de que dar este paso incrementaría “aún más las dificultades de obtener un empleo” en España.

Una vez se produjo la votación en el Congreso en febrero, el actual líder del Grupo Popular comentó que fue “un espectáculo lamentable” que debía hacer sentir “abochornado” a cualquier político “comprometido con los intereses generales”. La aprobación fue, a su juicio, “una manipulación de la democracia” y, el gabinete de Pedro Sánchez, un “Gobierno enfermo” por aceptar y, además, celebrar el resultado.

Aunque no hace falta rebuscar tanto. 26 de junio de 2023, cuatro días antes de afirmar que la reforma “sustancialmente” fue “buena”: Feijóo aseguró que implantará la 'mochila austriaca', un sistema de capitalización del despido y las pensiones que permite reducir las aportaciones empresariales, como informa Aitor Riveiro. Eso sí, se esforzó en no pronunciar el nombre de la medida, que ya ha sido rechazada en España en anteriores ocasiones. En aquella intervención, el senador gallego mintió al afirmar que en Europa hay “pleno empleo”. Pero ese es otro tema.

Feijóo también criticó uno de los aspectos clave de la reforma laboral, que restringió las posibilidades de firmar contratos temporales e incentivó los fijos discontinuos, algo que la derecha califica de “maquillaje”. “Si restamos medio millón [de contratos fijos discontinuos], el empleo ya no va tan bien”, afirmó. Son, en realidad, contratos indefinidos —como lo eran durante el mandato del PP—, con el aumento de derechos laborales que eso supone.

Gamarra: “Va a tener una corta vida”

Y no todo es Feijóo. El PP y Casero tardaron una semana desde aquella ajustada votación en presentar sendos recursos de amparo ante el Tribunal Constitucional tras el “atropello democrático” que, consideraron, fue la votación. El texto de los expertos, por el contrario, consideró que no hubo fallo informático en la votación de Casero y que el voto era “irrevocable”. En julio el Constitucional lo admitió el recurso sobre aquel error del diputado. Algo que podría decantar la balanza en contra de la ley que, sin embargo, abrazaron el martes.

“Sabe usted que ha traicionado a los suyos; llegó aquí como la líder de los piquetes y hoy, para todos ellos, está al frente de la Troika”, le espetó la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, a Yolanda Díaz en la jornada en que se produjo la votación. La reforma laboral “va tener corta vida porque pronto el PP, con una mayoría absoluta, tomará las riendas e implantará la mochila austriaca”, completó Gamarra, que valoró el cambio como “objetivamente malo”.

La diputada 'popular' se ha mostrado especialmente reticente con la ley en este tiempo. Para ella, el balance del empleo del 2022 en España, que cerró rozando máximos de empleo, no fue más que un truco “trilero”, “maquillaje” de las cifras y “negacionismo”. “No hay nada peor que convertir por imperativo legal un contrato temporal en un fijo discontinuo para que en las estadísticas desaparezca. Esto es lo que ocultan estos datos”, añadió la secretaria general del partido.

Por otro lado, el portavoz de Campaña, Borja Sémper, ha lamentado en una entrevista en Antena 3 este viernes que su partido votase en contra de la reforma aquel 3 de febrero. Fue un “error”, asegura Sémper, y ha defendido asimismo la posición de Feijóo alegando que “lo que no va a hacer es ir en contra de los agentes sociales y del tejido empresarial”. Algo que sí hizo, al parecer, el exdirigente Pablo Casado, pues el portavoz ha reiterado en su aparición que ni él mismo ni el senador dirigían el Grupo Popular cuando el decreto fue aprobado.

El PP predijo una recesión inminente, una inflación récord en Europa y la destrucción de miles de puestos de trabajo por la reforma laboral, escenarios desmentidos todos por la realidad y los organismos oficiales. Pero aquellos discursos intensificaron una conspiración desde las derechas que ponía bajo sospecha a los datos públicos de empleo (procedentes, además, de los servicios de empleo de las Comunidades Autónomas, sobre las que recaen esas competencias, gobernadas en muchos casos por el propio Partido Popular).

Y, con todo, los populares se animan ahora a valorar positivamente la reforma. Quizá por las posibles sanciones millonarias desde Bruselas en caso de derogar la norma. O quizá por la insistencia de los sindicatos y la patronal para “defender lo firmado”. Quién sabe qué.

“Entiendo que esa reforma sustancialmente es una buena reforma”, dijo el pasado jueves el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Se refería a la reforma laboral, aquella norma aprobada el 3 de febrero de 2022 en el Congreso —con el voto en contra del PP— gracias al 'sí' que dio por error el diputado popular Alberto Casero. Ha pasado más de un año desde entonces y ahora, con las elecciones del 23 de julio en el horizonte, con sindicatos y Europa alertando de lo que supondría cambiar la ley, Feijóo cambia de opinión. Pero la hemeroteca no olvida.

Ya en noviembre 2021, el entonces presidente de la Xunta de Galicia, que aún tenía cinco meses por delante para convertirse en el líder del PP, envió una carta al jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, en la que entre otras cuestiones le pidió “reconsiderar” la modificación “improvisada e inmediata” de la reforma laboral (aprobada en su día por el PP), convencido de que dar este paso incrementaría “aún más las dificultades de obtener un empleo” en España.