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Trump añade otro error a su caótica gestión tras los tiroteos: suspende en geografía
Parece que no hay declaración o rueda de prensa que dé el polémico presidente de Estados Unidos en la que no añada más leña al fuego. A su ya conocida dificultad para hablar en su propio idioma se le suma un suspenso en la geografía. “Que Dios bendiga a todos los que perecieron en Toledo”, ha expresado un emocionado Donald Trump en su primera comparecencia tras los dos tiroteos masivos de este fin de semana que se han cobrado la vida de 31 personas.
El problema es que a la ciudad a la que el líder republicano se refería no era Toledo, sino Dayton. Ambas están situadas en el estado de Ohio, pero les separan una distancia de 240 kilómetros. “Que Dios proteja a todos, desde Texas a Ohio”, ha declarado el presidente desde la sala diplomática de la Casa Blanca.
En esta rueda de prensa sin preguntas Trump ha reconocido el móvil racista de la matanza en El Paso, que la Policía investiga ya como “delito de odio” y de “terrorismo”. Sin embargo, quien hace apenas unos días de dejaba deleitar por el “¡mándala de vuelta!” que coreaban sus seguidores en relación a la congresista de origen somalí Ilham Omar, ha trasladado las culpas a las “enfermedades mentales” y a la “radicalización” que propician las plataformas de Internet.
Esta equivocación “muestra su nivel de desconexión”, ha criticado el congresista por Ohio en el Parlamento Tim Ryan en declaraciones a la CNN. “Es una bofetada en la cara para toda la gente de Dayton”, ha agregado. Trump ha tardado dos días en comparecer por lo ocurrido en un discurso que, según medios estadounidenses, ha leído en telepronter. Por lo que se desconoce si ese error ha tenido que ver con un fallo en la redacción por parte de su equipo o si ha sido de su cosecha.
La matanza de El Paso pilló al presidente de vacaciones. Sin ninguna prisa interrumpió las partidas de golf en su club en Nueva Jersey y no compareció hasta el lunes —el primer atentado sucedió el sábado por la mañana de Estados Unidos—. Entre medias tuvo tiempo de sobra para lanzar mensajes de ánimo y pésame, atacar a los demócratas —para no perder la costumbre— y poner en duda la salud mental del atacante. Cualquier atisbo de autocrítica queda descartado.
No es la primera vez que Trump tiene este tipo de lapsus. The Guardian recuerda que en noviembre de 2017 desde su cuenta de Twitter expresaba sus condolencias a la gente de Sutherland Springs, también en Texas. Aunque sí había habido un tiroteo masivo en este lugar hacía unos días, el recién estrenado presidente parecía querer referirse a otro más reciente, cerca de una escuela de primaria en Rancho Tehama, California.
Las matanzas masivas se suceden, como él mismo reconocía en su discurso —“durante las últimas décadas hemos visto como esta nación sufría un tiroteo tras otro”, decía— pero el partido republicano parece dispuesto a permitir que sus ciudadanos sigan muriendo y su presidente equivocándose antes que mencionar una reforma a la Segunda Enmienda y limitar el acceso a las armas.
Por suerte para sus simpatizantes, Trump no es el único que tiene que revisar el inmenso mapa de Estados Unidos. El candidato a presidir el partido demócrata Joe Biden se equivocó al hablar de las dos ubicaciones de los tiroteos la noche del domingo en un evento con donantes para su campaña. El que fuera vicepresidente con Obama lamentó “los trágicos eventos en Houston y en Michigan el día anterior”. Poco después, rectificó.
Parece que no hay declaración o rueda de prensa que dé el polémico presidente de Estados Unidos en la que no añada más leña al fuego. A su ya conocida dificultad para hablar en su propio idioma se le suma un suspenso en la geografía. “Que Dios bendiga a todos los que perecieron en Toledo”, ha expresado un emocionado Donald Trump en su primera comparecencia tras los dos tiroteos masivos de este fin de semana que se han cobrado la vida de 31 personas.