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Rosa Montero: “'Gambito de dama', entre dos clásicos, el patito feo y bordear la perdición”

La escritora Rosa Montero está disfrutando La buena suerte. La novela con este título que publicó en agosto va por su séptima edición y le está regalando una gran respuesta de sus lectores. “Estoy tan agradecida, en mitad de este tiempo tan horrible, a que la gente te escriba, que te dé las gracias” señala. Destaca de su obra a Raluca: “El personaje más luminoso que he escrito en mi vida, nos dice que la buena suerte es querer tener buena suerte, ser capaz de contarte la realidad de otra manera, porque somos sobre todo narración, y si cambias la narración cambias tu vida”. La también periodista analiza uno de los fenómenos recientes en el mundo de las series, la autoconclusiva Gambito de dama, de Netflix, inspirada en la novela de Walter Tevis, autor de las obras en las que se basaron tanto El buscavidas como El color del dinero, ambas protagonizadas por Paul Newman, entre otras. 

Gambito de dama es una adaptación exitosa para la escritora: “No solo es original la manera tan visual y tan fantasmagórica que hace de las partidas de ajedrez. Una de las cosas que me ha enamorado de esta serie es ese lenguaje tan escueto, limpio, contenido y tan lleno además de información, pero de una manera completamente económica y poderosísima y tan cinematográfica, o televisiva, que ha hecho este hombre”, dice refiriéndose al director de Gambito, Scott Frank. Frank ha dirigido y escrito la fantástica serie western Godless, también en Netflix, y había sido guionista en adaptaciones de textos previos, varias de enorme éxito, por ejemplo Minority Report, basada en un relato de Philip K. Dick. 

“La manera de contar me fascinó, incluso más que la historia”

Montero abunda en su elogio del lenguaje visual de la propuesta: “Hay un hecho en el pasado de la protagonista, absolutamente esencial para entender su vida, además tremendo, y nos lo cuenta con unas escenas que duran segundos, se repiten y ¡lo ves, lo ves claramente, y lo entiendes! Y esa manera de contar me fascinó, es lo que más me gusta. Más que la historia incluso, me encanta cómo está contada esa historia”. 

Rosa Montero analiza como escritora las bases del guion y de su personaje central: “Hay algo muy poderoso en la serie y es que toma dos relatos clásicos o dos situaciones clásicas mezcladas. Una es el patito feo, ese personaje completamente indefenso, completamente abandonado, casi en una situación de desecho, en la que se supone que no vas a llegar nunca a ningún lado y, de repente, es un cisne, ¡un cisne increíble! Un cisne negro, diría yo, una rareza absoluta. Esa es una historia, y mezclada, de una manera más enrevesada, pero perfectamente, la de bordear la perdición. Es un patito feo que tiene una trayectoria hasta convertirse en el cisne muy problemática, otro clásico. La historia del héroe antihéroe que está todo el rato con un pie en el abismo ¿se cae? ¿no se cae? ¿se va a perder? ¿no se va a perder? La perdición de cada cual. Es una adicta, evidentemente. Es obsesiva , por eso es adicta. Tiene montones de problemas, no se quiere. Está a punto de perderse todo el rato y al final resulta que… se convierte en un cisne. Todo ese desarrollo, esa complejidad, esos temas básicos hacen que sea muy atractivo como personaje”. 

La orfandad de la protagonista determina de forma muy potente esta complejidad. Según Montero: “Decía Walt Wiltman en un verso muy famoso que ‘el niño es el padre del hombre’ y viene a decir que lo que hemos sido de niños nos marca en la vida adulta. Creo que sí, pero no al cien por cien. Es un tema que uso mucho en mis novelas y creo que se puede salir, pero cuesta. Vas con una mochila de piedras, la mochila que tiene el personaje es tremenda. La orfandad, la manera en que se queda huérfana, la manera en que fue su vida antes de la orfandad, todo eso es una mochila de piedras muy grande. Por eso está todo el rato al borde del abismo, sí creo que marca definitivamente la historia y el trayecto del personaje, sí”.

“Yo, como mujer, me regocijo de verla ganar”

La escritora entiende, en suma, la enorme pegada que la serie ha tenido en muchísimos países, aunque los datos de Netflix son fragmentarios y sin auditar. “Además de tratar estos dos temas muy básicos que están en todas las culturas, el del patito feo y el miedo al abismo, al fracaso tremendo, a despeñarse, que está también en todas las culturas, tiene el añadido de que todo eso está hecho por una mujer en un territorio absolutamente masculino como era el del ajedrez, como sigue siéndolo aún ahora. Me recuerda a las hermanas Polgár. Yo entrevisté a Judit, a la más importante, (una de las mayores campeonas de la historia) y eso es también un añadido. Yo, como mujer, me regocijo de verla ganar, y las mujeres somos el cincuenta y uno por ciento de la población”. 

La escritora interpreta de forma personal el estilo de serie “de época” que tiene la propuesta: “Tiene una  atemporalidad clásica, pero de Gotham. Es una época que nunca existió y que es como futurista al mismo tiempo. Si Gotham era una ciudad clásica, si lo es Gambito de dama. Tiene ese tono irreal, de una realidad paralela, una realidad que nunca existió, y eso me encanta, hace que sea visualmente muy original, muy poderosa”.

“La protagonista es hipnótica y caleidoscópica”

La serie ha dejado un icono, su protagonista, Beth Harmon, “un bombón absoluto” para Montero “por todos sus conflictos, sus contradicciones”. Montero elogia el trabajo de su intérprete, Anya Taylor-Joy: “Es hipnótica y completamente caleidoscópica porque puede parecer fea y guapa. Más que fea, birriosa, rara y luego deslumbrante, magnífica, maravillosa, y tan peculiar. Le va perfectamente al papel. No puedo pensar en otra protagonista para ese personaje. Creo que uno de los éxitos de la serie es ella”. 

Taylor-Joy es una actriz concienzuda, entre los muchos elementos que introdujo en su trabajo fue el estudio de su forma de moverse. Al tratarse de una huérfana sin modelos femeninos, la actriz trabajó con el director la hipótesis de que Beth se hubiese fijado en modelos y actrices para desenvolverse de modo un poco amanerado hasta ir construyéndose como adulta e ir encontrando una personalidad más propia: “Yo no sabía que hubiera dicho eso ni que hubiera trabajado en esa línea, —admite Montero—, pero eso son las buenas interpretaciones, están llenas de matices que a lo mejor la intérprete sabe por qué los hace y el que lo ve no, pero lo que sí hace quien lo ve es sentirse impactado, sentirse emocionado. Me confirma que es una actriz estupenda”.

“Estoy en tratos para hacer una serie con mi personaje Bruna Husky”

Varias obras de Rosa Montero han sido adaptadas al cine y al teatro. Ahora “estamos en tratos para hacer una serie con el personaje de Bruna Husky —indica—. Llevamos tiempo, así que ojalá salga”. Husky es una detective replicante que protagoniza tres novelas de la autora, de momento, que se sitúan en el futuro, dentro de cien años.

Sobre su última obra, La buena suerte, Montero declara que la puede concebir como una película más que como una serie, pero no visualiza a unos actores encarnándola: “No es bueno imaginar a los personajes. Les pones el bulto, el aspecto, los describes físicamente, pero como escribir una novela es viajar al otro, es un viaje a los personajes, en realidad yo veo a los personajes un poco como si los viera desde dentro, como me veo a mi misma. Para ver a los personajes me tengo que mirar a mi misma. Prefiero que cada lector tenga la versión de los personajes que prefiera, que Pablo y Raluca sean como ellos crean que son”. 

Esta novela, cuyo éxito Montero comparte con su editora, Pilar Reyes “una de las grandes de Europa” es su mayor satisfacción de estos meses junto con un proyecto muy personal, que explica: “Estuve haciendo un taller en Facebook y de ahí la gente se enganchó, empezaron a escribir cuentos y han sacado dos volúmenes digitales, En cuentos con Rosa y una antología de esos cuentos en papel, Labios rojos, chocolate y una rosa. Me ha parecido tan mágico, tan maravilloso que, en la plena oscuridad y en el encierro, cientos de personas de todo el mundo se hayan puesto a crear belleza y esos cuentos maravillosos, increíbles. Me parece un regalo de la vida”.