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humor al cubo

Itziar Castro y Grasita Morales al rescate

La actriz Itziar Castro (Barcelona, 1977) se ha hecho muy conocida a base de encadenar multitud de colaboraciones en teatro, cine y televisión. Posiblemente, su papel más conocido haya sido el de Goya Fernández en la serie Vis a vis. Ha participado en alrededor de una docena de cortos y largometrajes. Hace un par de años llegó a ser nominada por la Academia del Cine como mejor actriz revelación por su trabajo en la película Pieles, dirigida por Eduardo Casanova. Acaba de publicar un libro de poemas titulado Con el corazón por delante.

¿De qué va Con el corazón por delante?

Pues este libro es un pedacito de mí, de lo más profundo. Me he sacado el corazón y lo he entregado así. Y para que no sea muy sanguinario, mejor en papel. Llevo escribiendo poesía desde siempre, lo que pasa que era como más en petit comité y, a raíz de la cuarentena, Elvira Sastre me pidió hacer unos directos hablando de poesía y leí mis poemas, gustaron, y aquí estoy.

¿Qué diferencia encuentras entre escribir y actuar?

La diferencia entre hacer personajes que escriben otros a contar lo tuyo es abismal, sobre todo, en el caso de poesía, y de esta poesía, que yo no es que escribo, yo vomito. Es como que voy con el móvil y escribo en cualquier lado. Y luego hay una cosa maravillosa del libro, que es que hay unos QR en los que puedes verme leyendo mis poemas a cámara y así pues interactuar conmigo, leerlos conmigo o simplemente enviárselos a alguien.

Da la sensación repasando tu carrera de que has hecho casi de todo, ¿no?

He hecho comedia, drama, musicales, cabaret y terror, porque también he sido zombi. Cuando me preguntan: “¿Quieres hacer esto?”, yo digo: “Pues sí”. Por ejemplo, me llamaron: “¿Quieres hacer burlesque?”. No sabía qué era el burlesque. Entonces pues digo que sí fácilmente, tengo el sí fácil y así he ido haciendo tantas cosas diferentes. Que haya podido hacer todo esto realmente es muy interesante. Cuanta más variedad mejor, porque sientes que llegas a diferentes emociones, que es lo que queremos transmitir los actores. Si me preguntas: ¿Qué es lo que más te gusta? Hacerlo todo. Yo quería ser astronauta, cocinera, abogada, asesina… por eso me hice actriz. Hasta escritora.

¿Ser graciosa te ha metido en problemas en tu vida?

Más que meterme en problemas, he salido de problemas por ser graciosa. Yo siempre he sido físicamente diferente. Soy no normativa. Soy luchadora. Yo era muy líder y si veía que pasaba algo en el colegio, yo me metía. Yo no me he metido en peleas, pero si alguien le hace daño a alguien, yo me meto en medio, desde siempre. Entonces, al final acabas utilizando el recurso del humor para darle la vuelta a la agresividad y al odio. Yo lo sigo usando con los haters, por ejemplo, en redes. Les mando mis gifs de Goya de Vis a Vis.

¿Cómo funciona el ser no normativa en la vida cotidiana?

Un día, hace muchos años, yo hacía de drag queen. Estaba en un espectáculo que se llamaba Corporación Antiestética. E íbamos con pelucas, con maquillaje, pero todo muy destruido, o sea, los tíos con barba pero con pelucas, todo muy destruido. Ya de por sí éramos un cuadro. Salimos de una actuación e íbamos en el coche de vuelta a casa, pero sin desmaquillarnos, porque nos íbamos a otro evento. Íbamos dos. El nombre de mi personaje era Grasita Morales y la otra era Orín Tellado. Luego, en el espectáculo, teníamos otra que era Pati Difusa y, otra, Penuria Espert. Teníamos nombres así. Y éramos lo peor de cada casa.

Grasita Morales y Orin Tellado on the road. Buena premisa...

Eran las dos de la mañana y, delante nuestro, un coche atropella a una moto. Salimos disparados del coche para intentar socorrer a los chicos de la moto. Entonces, el pobre chico levantó los ojos y nos vio a nosotros con esas pintas, que pensó que había muerto y que había ido al infierno. ¡Pobrecito! Y nos dijo: “Pero… ¿qué? ¿Cómo? ¿Quiénes sois? ¿Qué hacéis?”. El pobre estaba aturdido y se asustó bastante más de vernos con esas pintas que del accidente. A mí me cuesta imaginarme lo que debió sentir ese chico al levantar los ojos y vernos a nosotros cual aparición mariana. La chica estaba al lado pero en shock. Ella no habló. Estaban los dos en shock.

¿Y qué hicisteis?

Estuvimos esperando a que llegara la Policía, porque el otro coche huyó. Cuando llegaron les dijimos: “Sí. Lo hemos visto todo”. Y claro, la Policía nos miraba en plan… ¿cómo? No daban crédito. Parecía como una peli de Almodóvar, ¿sabes? Tacones lejanos, pero mal.

Al final acabó en juicio. Nos llamaron a declarar y cuando fuimos así como normales, pues el chico no nos reconocía. Fuimos a decir que al pobre le habían arrollado y que dábamos fe de que éramos nosotras. Supongo que estará bien, que habrá cobrado su indemnización y todo, se la habrá gastado en pelucas. 

¿Cómo fue la gira de Corporación Antiestética?

De hecho, como compañía fuimos declaradas personas non gratas en un pueblo de Cataluña. No nos quisieron ver más. Hacíamos un espectáculo políticamente incorrecto. Muy políticamente incorrecto. Ahora creo que no lo podríamos hacer, fíjate qué te digo. Lo que ocurrió es que, cuando la persona que te contrata es el que lleva Cultura y le gusta la cultura underground, trabaja en un pueblo en el que son un poco de derechas, pueden pasar estas cosas. Se encontraron ese cuadro y, claro, tuvimos que parar la función y salir por patas. Creo que a él le destituyeron también. Lo siento. ¿Te mando un libro? ¡Toda actriz que ha sido nominada a un Goya tiene un pasado, amigos!