Así se hizo la revista de eldiario.es: de una idea a un kiosco

Decir “vamos a hacer una revista en papel” da vértigo. Vértigo para los que han pasado por periódicos que cierran, que hacen EREs, que flaquean entre gritos de “¡el papel ha muerto!”. Vértigo también para los que nunca han trabajado en un medio impreso. Así que, por trauma o por desconocimiento, el día que dijimos “¿y si hacemos una revista en papel?”, se nos erizaron a todos un poco los pelos del cogote. Pero algo tiene ese maldito papel, seductor y fetiche.

La primera vez que se nos escapó que íbamos a hacer una publicación monográfica trimestral fue en septiembre de 2012, apenas unos días después de nuestro lanzamiento. También se lo contamos a los primeros socios que vinieron a conocernos al encuentro de presentación. La idea ya se había convertido en compromiso.

Nos pusimos a ello. Primero el tema, que paradójicamente fue lo más sencillo. Surgió en seguida. Sabíamos que íbamos a tener un problema escogiendo el titular de portada, para que no pareciera que íbamos a hablar de la Transición sino del final de un esquema político que nació entonces, pero qué queríamos contar y cómo, estaba claro. Luego, la complicada tarea de elegir colaboradores, cuadrar agendas para las entrevistas, encargar las ilustraciones, pensar en las fotos... Todo con un presupuesto muy modesto, como todo lo que podemos hacer en eldiario.es.

Se pone todo en marcha. Reuniones, propuestas. Calendarios y contratiempos. Y, con las mismas manos, hacer un medio digital en plena eclosión. No hay dolor.

El 7 de marzo sacamos por la impresora de la redacción las maquetas y las ponemos sobre el suelo y las mesas para tener una primera visión global y física de lo que será Cuadernos de eldiario.es. Esta es la primera vez que lo vemos todo junto.

Faltan un par de artículos y hay problemas de agenda con algunos entrevistados. No hay manera de dejarlo todo cerrado, siempre hay algún fleco, siempre pillamos algo que se puede mejorar. Pero hay un plazo que no espera: el miércoles 13 de marzo la rotativa debe tenerlo todo para imprimir a todo color.

Y ese día llega. El olor a tinta lo llena todo.

Por la mañana, es el turno de las cubiertas: portada y contraportada. Se imprimieron en 'plana', es decir, en una imprenta que coge los pliegos cortados y en ellos imprime, primero el interior de las cubiertas y luego los exteriores. Se hace en un papel más grueso que el interior, de 240 gramos, y se aparca para lo posterior encuadernación.

La impresión del interior de la revista se produce por la tarde. Se usan dos rotativas, una que imprime un pliego de 16 páginas y otra para dos pliegos de 32. En total, 80 páginas, más las cuatro de las cubiertas: 84. El papel del interior tiene menos gramaje que las cubiertas: 90 gramos.

Empiezan a salir las primeras copias. Susana Millán, que tiene la culpa de lo bonito que ha quedado todo, se fija en todos los detalles, en que las fotos tienen el color que deben tener, en que el recorte del papel no pise ningún margen, ninguna letra.

Se corrigen algunos tonos de color y comienza la impresión definitiva.

Y justo cuando el equipo está disfrutando de su primer momento de tranquilidad... ¡Zas! Un señor sale a un balcón del Vaticano y anuncia que habemus papam y que es muy campechano.

El nombramiento del papa Francisco nos saca de la burbuja del papel y los tiempos lentos, del olor a tinta y el zumbido de la rotativa, que es como un reloj paralelo. Hay que volver lo antes posible a la redacción, donde ya está a tope el equipo de eldiario.es. ¡Susana, firma! La directora de Arte de la revista firma en las pruebas aprobadas para hacerse responsable de que, efectivamente, dimos la conformidad a la imprenta de que todo estaba bien. Otro momentazo del 'mundo papel'.

Volvemos al mundo frenético de la actualidad y la imprenta se queda escupiendo papel con nuestros reportajes, nuestros análisis, nuestras ilustraciones, nuestros gráficos... Con nuestras 84 páginas dedicadas al cambio político en España.

Y, de repente, unos días después, este jueves 21 de marzo de 2013, los Cuadernos de eldiario.es llegan a librerías y a kioscos. A este, por ejemplo, en la Gran Vía de Madrid.

Ahí están, esperando a que se lean. Deberías echarle un ojo aunque solo fuera por lo que nos ha costado. Ya sabes: Los Cuadernos de eldiario.es. Y si el del quiosco no lo conoce, pregúntale por “la revista del león dibujado en la portada”. Luego nos dices lo que te parece en Twitter: #revistaeldiarioes.

Que la disfrutes.

Decir “vamos a hacer una revista en papel” da vértigo. Vértigo para los que han pasado por periódicos que cierran, que hacen EREs, que flaquean entre gritos de “¡el papel ha muerto!”. Vértigo también para los que nunca han trabajado en un medio impreso. Así que, por trauma o por desconocimiento, el día que dijimos “¿y si hacemos una revista en papel?”, se nos erizaron a todos un poco los pelos del cogote. Pero algo tiene ese maldito papel, seductor y fetiche.