@Retiario estudió biología pero siempre quiso aprender y contar historias reales. En tiempos remotos fue paleontólogo, pero desde hace décadas es periodista y profesor de periodismo. Cree en la ciencia, la tecnología y el poder de la humanidad para cambiar las cosas para bien, si se aplica. Pasa la mayor parte de su tiempo en Internet y es un firme defensor de la pluma (y la red) frente a la espada.
Howard Florey nos dio la penicilina (con permiso de Fleming)
¿Cómo que nos dio la penicilina? Todo el mundo sabe que la penicilina fue descubierta por Alexander Fleming, que tiene monumentos en todo el mundo (entre ellos uno de los toreros en la plaza de Las Ventas)Alexander Fleming.
Es cierto que Fleming descubrió el efecto del hongo Penicillium sobre las bacterias y dedujo que existía una sustancia bactericida, e incluso demostró que no era tóxica.
Pero estos descubrimientos se llevaron a cabo en 1928; la sustancia era inestable y su purificación difícil, de modo que Fleming acabó abandonando su estudio, que quedó como poco más que una nota a pie de página.
Hasta que años después Howard Florey lo redescubrió y montó un equipo de más de 20 científicos en Oxford que a partir de 1938 se dedicó a intentar purificar la penicilina.
Gracias a sus esfuerzos en 1939 se consiguió purificar la penicilina mediante un complejo proceso, y comenzar los experimentos sistemáticos con ratones; en 1941 se trató por primera vez a un ser humano, el agente de policía Albert Alexander, que falleció debido a que no se pudo obtener suficiente cantidad para completar su tratamiento.
Junto a científicos como Norman Heatley el trabajo de Florey fue vital para conseguir industrializar la producción de penicilina y conseguir así suficientes cantidades como para que se pudiera usar como medicamento a gran escala; para hacernos una idea al principio de su uso clínico se procesaba la orina de los pacientes tratados para recuperar la penicilina no utilizada, tan cara y difícil de obtener era.
El trabajo de Florey, que compartió el Nobel de Medicina con Fleming y Ernst Chain, fue vital, y se calcula que salvó directamente a más de 200 millones de personas. Porque se nos olvida que una cosa es el descubrimiento científico y muy otra su conversión en terapia extendida y útil para salvar vidas.
Imagen de la Fundación Nobel, Dominio Público.
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