Hoy Marta Soler nos habla en “otras voces” de una enfermedad que es muy probable que no conozcas, pero que padecen millones de mujeres en todo el mundo.
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Hace unos anÌos me diagnosticaron una enfermedad llamada Trastorno DisfoÌrico Premenstrual (TDPM). El nombre no me deciÌa mucho, pero penseÌ “¡QueÌ suerte tengo, no estoy loca! ¡Lo que me pasa tiene nombre!”
Yo habiÌa llevado una juventud llena de vida. Trabajaba en el extranjero, era alegre, extrovertida. Pero ya en EspanÌa, con una vida estable y plena, empeceÌ a encontrarme mal. Los meÌdicos de la Seguridad Social, que me atendían en consultas breves, me diagnosticaron depresioÌn. DespueÌs de un anÌo y medio tomando bastante medicacioÌn para la supuesta depresioÌn, sin ninguna mejoriÌa, tuve mi primer intento de suicidio. La palabra suicidio sigue siendo tabuÌ en EspanÌa, aunque, debido a los desahucios, ahora es maÌs conocida y asociada a la desesperacioÌn.
Sigo aquiÌ porque mis padres y los meÌdicos de la Seguridad Social me encontraron y me salvaron la vida.
DecidiÌ probar la medicina privada y, en unos meses, tras un desembolso econoÌmico considerable, me diagnosticaron TDPM. SeguÌn estudios realizados en EEUU, Inglaterra y Suecia, mis neurotransmisores son demasiado sensibles a mis hormonas sexuales. Quince diÌas al mes, desde la ovulacioÌn a la menstruacioÌn, tengo fuertes dolores musculares, coÌlicos, cansancio extremo, insomnio, migranÌas, crisis de angustia y llanto, sufro y no salgo de casa.
Supe que el TDPM afecta de un 3 a un 8 % de la poblacioÌn mundial femenina en edad feÌrtil, es decir, entre unos 40 y 100 millones de mujeres y penseÌ “¡QueÌ suerte tengo, no estoy sola!”.
Con este diagnoÌstico, volviÌ a la Seguridad Social, donde pocos meÌdicos habiÌan oiÌdo hablar del TDPM. Consulta tras consulta, me dijeron que era bipolar, depresiva, ansiosa, que lo premenstrual era una “cosa de mujeres” que “naturalmente” teniÌamos que “soportar”. Otros deciÌan que era un simple SiÌndrome Premenstrual (SPM).
Mientras, seguiÌa perdiendo vida, trabajos, amigos, parejas... ¡SoÌlo los mejores se han quedado con el tiempo!
¿Hasta cuaÌndo los meÌdicos de cabecera, ginecoÌlogos, endocrinos, psiquiatras, psicoÌlogos y neurólogos seguiraÌn ignorando este problema? ¿CuaÌntas pacientes seraÌn innecesariamente tratadas con litio por TDPM? ¿Son las enfermedades neurológicas la “medicina del futuro”? ¿Cuándo habrá más investigación en este tipo de enfermedades?
El 10% de las mujeres con TDPM, los casos severos, cometen intentos de suicidio y sus siÌntomas, a nivel fiÌsico y emocional, son insoportables. Es decir, de unos 4 a 10 millones de mujeres en todo el mundo en alguÌn momento de su vida cometeraÌn un intento de suicidio por TDPM. Te puede tocar a ti, a tu madre, hermana, hija, vecina o companÌera de trabajo.
Hoy por hoy me considero afortunada por haber podido pagarme un tratamiento que me deja esteÌril pero me permite vivir, tengo mucha suerte de compartir el diÌa a diÌa de mi enfermedad con otras muchas mujeres de todo el mundo, que, a traveÌs de las redes sociales, intentamos difundir esta enfermedad y apoyarnos mutuamente.
Cada vez somos maÌs... y cada vez estoy menos sola y menos loca.
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