Lleva “en los mismos quirófanos” desde junio de 2017. Tres años y medio de anestesista en el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. Firmó a mediados de noviembre su decimoquinto contrato con el Servicio Andaluz de Salud (SAS), trabajando de manera ininterrumpida, con contratos de días, algún mes suelto, contratos trimestrales, alguna sustitución de compañeras embarazadas, etc. Nunca había estado dado de baja ni en el paro...hasta que se contagió por coronavirus. “Despúes de 40 meses ininterrumpidos con contratos temporales, he sufrido una enfermedad profesional y me han dejado en paro hasta que me han dado de alta y me han vuelto a necesitar”, explica en una carta que ha publicado en su perfil de Facebook. “Quiero que la gente sepa cómo trata a sus trabajadores el SAS”, denuncia sin ambages.
Antes del inicio de la pandemia, en enero de 2020, el consejero de Salud, Jesús Aguirre, planteaba contratos de un año como mínimo en el Servicio Andaluz de Salud. Más recientemente, cuando este anestesista se estaba reincorporando al trabajo, nuevamente con otro contrato temporal, el consejero presumía en el Parlamento de la contratación de 13.487 trabajadores en noviembre y que los contratos tendrán una duración hasta el mes de abril. Los 'contratos basura' en el SAS no son novedad, y el compromiso de Aguirre este mismo año era ampliar los contratos a seis meses. Según fuentes oficiales del SAS, los contratos de noviembre, por el Plan de Alta Frecuentación, son hasta el 30 de abril, como dijo el consejero.
“Por regla general, la mayoría de contratos que se están haciendo son de seis meses, salvo sustituciones o situaciones especiales”, concretan las fuentes. No ha sido el caso de este anestestista, que lamenta su inestabilidad laboral y el trato del SAS. De hecho, su actual contrato vence el 31 de enero, es decir, tiene una duración de dos meses y medio, explica a este periódico apenas unas horas antes de que el presidente de la Junta reivindicara la importancia de la sanidad pública en su Mensaje de Navidad desde el antiguo Hospital Militar de Sevilla. En su categoría, no hay nadie en bolsa, asegura. “Es una situación especial en una categoría especial”, dicen desde el SAS.
Fernando Flor Parra, de 37 años, indica en su escrito hecho público que desde finales de octubre hasta el 14 de noviembre estuvo de baja. Por fortuna, no ha estado grave y ha podido recuperarse rápido, obteniendo el alta médica cuando tuvo anticuerpos, en apenas tres semanas, explica. “Mi sorpresa ha sido que los 14 días de noviembre me han dejado en paro. Como mi último contrato finalizaba el 31 de octubre, no me han renovado hasta que no me he dado de alta, por lo que a efectos prácticos he estado en paro 14 días. Eso tiene repercusión en mi salario (las guardias no me las prorratean, a diferencia de si me diera de baja teniendo contrato), en mis días de vacaciones y en lo que cotizo, al fin y al cabo, y por supuesto repercusión a nivel psicológico de saberte en situación de inestabilidad mes tras mes. Fin de contrato tras fin de contrato”.
El objetivo de su carta es “que el mayor número de ciudadanos posible sepa en qué situación trabajamos algunos sanitarios en el Servicio Andaluz de Salud”. Licenciado en Bioquímica por la Universidad de Sevilla, licenciado en Medicina por la Universidad de Sevilla, especialista en Anestesiología y Reanimación y con una Tesis Doctoral Sobresaliente Cum Laude, según detalla, Fernando Flor lamenta que “así el SAS se cubre bien las espaldas porque si hubiera tenido una neumonía bilateral complicada, como algún compañero o muchos ciudadanos, para el SAS habría estado de baja sólo los últimos días de octubre, desentendiéndose luego de mí y teniendo la posibilidad de contratar a otro en mi lugar. Así salimos muy baratos”. Si se está de baja médica, no se puede firmar un contrato nuevo, apuntan al respecto las fuentes del SAS.
“He sufrido una enfermedad profesional y me han dejado en paro”
El anestestesista explica que, según el artículo 15.5 del Estatuto de los Trabajadores, “los trabajadores que en un periodo de treinta meses hubieran estado contratados durante un plazo superior a veinticuatro meses, con o sin solución de continuidad, para el mismo o diferente puesto de trabajo con la misma empresa o grupo de empresas, mediante dos o más contratos temporales, sea directamente o a través de su puesta a disposición por empresas de trabajo temporal, con las mismas o diferentes modalidades contractuales de duración determinada, adquirirán la condición de trabajadores fijos”.
“Despúes de 40 meses ininterrumpidos con contratos temporales he sufrido una enfermedad profesional y me han dejado en paro hasta que me han dado de alta y me han vuelto a necesitar. Para el SAS no existe el Estatuto de los Trabajadores”, lamenta principalmente.
“Desde que comenzó la pandemia los sanitarios hemos estado en primera línea. Hemos tenido que atender pacientes sin saber si estaban contagiados. Al principio, como denunciamos en su día, sin el material de protección adecuado. Hemos sido de los sectores profesionales con mayor número de contagiados y fallecidos. Y se nos ha aplaudido por ello. Pero quizás sin saber lo que recibíamos a cambio. En los periódicos publican lo privilegiados que somos los médicos. Pero no se habla de este maltrato laboral”. “Si nos vuelven a confinar y vuelve a haber aplausos, que se sepa que además de estar jugándonos la vida, lo hacemos con contratos indignos”, concluye en su carta.