El plazo para fichajes en el mercado de invierno terminó el pasado 31 de enero en el ámbito futbolístico, pero está en plena ebullición en el plano político de cara a las elecciones municipales de mayo con un gran (y único) animador: el PP. Por esta vía, a golpe de contrataciones, están paliando los populares los huecos que todavía tienen en su red municipal, y buena muestra de ello es lo que está ocurriendo en la Sierra Morena de Sevilla, donde están compensando su escasa implantación engrosando directamente en sus filas lo que queda de Ciudadanos y tentando a partidos independientes de ámbito local. El último caso ha sido el del alcalde de Constantina, Rubén Rivera, de la formación Constantina en tu Mano, que gobierna con una holgada mayoría absoluta en su pueblo y que se pasa a las filas populares con su primera teniente de alcalde, Sonia Ortega, para además liderar la candidatura popular.
Tras las pasadas elecciones autonómicas, y subido a la ola de Juan Manuel Moreno, el PP se frotó las manos y empezó a hacer cábalas para trasplantar esos resultados a las municipales del próximo 28 de mayo. El deseo chocó pronto con la realidad de que en determinadas provincias ya iban tarde, porque una estructura municipal no se monta de hoy para mañana y hay provincias con municipios e incluso comarcas en los que no cuentan con una presencia digna de llamarse así. Eso no sólo limita las opciones en muchos pueblos, sino que complica el otro gran objetivo declarado, que no es otro que hacerse con más Diputaciones provinciales más allá de Almería y Málaga, las dos que ahora controlan las populares frente a las seis que están en manos socialistas.
El caso de Sevilla es paradigmático porque en las pasadas elecciones andaluzas el PP se impuso por primera vez en la historia al PSOE en esta provincia, la única que se le resistía. Y lo hizo además de una manera rotunda, con una diferencia de más de 120.000 votos y consiguiendo nueve diputados frente a los cinco del PSOE. Esto hizo que los cuadros populares se engolosinaran con la posibilidad de repetir la jugada en las municipales, pero se están topando con más problemas de los previstos no sólo para encontrar candidatos de peso en determinadas localidades, sino también para convencer a sus estructuras locales de que es mejor que den un paso al lado porque con ellos nunca van a ganar. Y si esto falla, ¿cuál es la forma más fácil de hacerse con una candidatura atractiva? Pues reclutar en bloque en otras formaciones políticas que tienen más presencia sobre el terreno.
Sólo 8 de 88 concejales
Éste es el caso de la Sierra Morena de Sevilla, una comarca que a efectos electorales su partido judicial conforman nueve municipios que no suman ni 22.000 habitantes. En total se reparten 88 concejales, de los que en la actualidad el PP tiene sólo ocho, un 9% del total. Su presencia más destacada es en El Pedroso con cuatro ediles (los otro siete del pleno son los que apuntalan la mayoría absoluta del PSOE), en cuatro localidades tiene un concejal y en otras cuatro no tiene ni siquiera representación. Los socialistas gobiernan en cinco de estos pueblos, mientras que en tres lo hacen independientes y uno (Almadén de la Plata) es de Ciudadanos.
O más bien era de Ciudadanos, porque el alcalde, José Carlos Raigada, ya ha anunciado que se da de baja del partido, además de empezar a trabajar para el PP como asesor en la Diputación de Sevilla y anunciar que será el candidato por esta formación en las próximas municipales. El mismo paso daban pocos días antes los cuatro concejales del partido naranja en Cazalla de la Sierra, que también van a liderar la lista de los populares el 28 de mayo. De una tacada, el PP se garantiza serias opciones de aspirar a la alcaldía en estos dos municipios frente a su raquítica representación actual, con sólo un edil en Cazalla. Y de paso, se mete en la pelea para hacerse con el diputado provincial que reparte esta comarca y que ahora es del PSOE.
El patrón que han seguido los populares hasta ahora consiste en intentar captar a los concejales de Ciudadanos y a los de partidos independientes con suerte dispar, ya que si el alcalde de Constantina, Rubén Rivera, se ha pasado a las filas populares, otros han declinado la oferta. Esta política de fichajes la está impulsando el nuevo presidente del PP sevillano, Ricardo Sánchez (también delegado del Gobierno de la Junta en Sevilla), que aterrizó en octubre en lo que supuso la toma por parte de Juan Manuel Moreno del control del partido en una provincia especialmente díscola y que se le había mostrado esquiva con la lealtad de la anterior responsable, Virginia Pérez, a la dirección nacional en Génova.
A la búsqueda de candidatos
Con las tensiones internas por fin formalmente apaciguadas después de años, y con la aplastante victoria de Moreno en las autonómicas, en el PP daban por hecho que no le iban a faltar aspirantes para subirse a esta ola, pero se han encontrado con muchos más problemas de los previstos en numerosos municipios. A ello se une que se intentan renovar candidaturas con la llegada de militantes ajenos al pueblo de turno, lo que ha provocado el malestar de las escasas estructuras que el partido tenía sobre el terreno, una estrategia que algunas voces han advertido que no está exenta de riesgos de cara a las elecciones generales que llegarán después, cuando se le pedirá su implicación a estos militantes ahora orillados.
Desde el PP no se valora formalmente esta línea de actuación, aunque el mensaje que se lanza es que muchos de estos fichajes (ya sean de Ciudadanos o independientes) son en realidad antiguos afiliados al partido que ahora regresan. Desde el PSOE no se ven las cosas igual y se incide en que estamos ante una “estrategia torticera muy desesperada” que, apuntan fuentes socialistas, demuestra que “no ha aparecido un Juanma Moreno en cada pueblo como esperaban”.
“En Sierra Morena y en otras zonas de la provincia el PP no tiene una estructura permanente, sólo aparecen cuando vienen elecciones”, una “falta de implantación en el territorio” que ahora le ha llevado de manera precipitada a “tirar de fichajes de última hora”. Para el PSOE, no deja de ser irónico que el epicentro de esta estrategia sea “una comarca maltratada con las políticas del PP desde la Junta”, lo que aprovecha para esgrimir lo que vendría a ser un catálogo de “agravios” a estos pueblos: deterioro de la atención primaria con el cierre de las urgencias por las tardes, sin rastro del centro de salud prometido en Guadalcanal, con la carretera Las Navas-Constantina aparcada, con pérdida de líneas escolares y sin noticias de la reapertura del albergue de Inturjoven de Constantina clausurado en 2019.
Con este escenario de por medio, los concejales de Ciudadanos en Cazalla que se van a pasar al PP (lo que dieron a conocer en directo en la televisión local) anunciaron de paso una inminente visita de Juan Manuel Moreno al municipio, que en principio parece que se formalizará la semana que viene. Tendrá así la ocasión de palpar sobre el terreno el ambiente en una comarca que siempre le ha sido esquiva al PP, una situación que ahora quiere revertir a base de fichajes.