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Las bicicletas le ganan otro pulso a los patinetes en la lucha por el uso del carril bici en Sevilla

Otro tanto que se apuntan las bicicletas en su pugna con los patinetes eléctricos por el ‘control’ del mayor tesoro de la movilidad alternativa en Sevilla: el carril bici. La decisión del Ayuntamiento hispalense de ratificar que no pueden circular por este espacio reservado los patinetes eléctricos con una potencia superior a 250 vatios supone, en la práctica, una prohibición a buena parte de los vehículos de este tipo que ya circulan por la capital con una potencia superior. Y eso, en el fondo, es una buena noticia para el mundo del pedal.

En realidad, las cosas van a seguir tal y como están ahora. Esta limitación en la potencia ya se incluía en la ordenanza vigente desde 2019, pero como el pasado mes de noviembre veía la luz un decreto que modifica el Reglamento de Circulación, había que determinar si ello obligaba a cambiar la normativa municipal en lo que respecta a las condiciones para usar el carril bici. Y la decisión es que no, porque no afecta a los requisitos que ya se le imponen a los patinetes para circular por aquí en cuanto a peso (menos de 40 kilos), potencia (menos de 250 vatios) y tamaño (1,90 x 0,60 metros).

Limitaciones técnicas

En esta cuestión, cada uno intenta acercar el ascua a su sardina. Desde el lado de los patinetes, por ejemplo, se resalta que la normativa nacional no impone limitaciones técnicas, el punto clave que se le reprocha a la ordenanza municipal, aunque lo cierto es que deja la cuestión en manos de los ayuntamientos. Y el de Sevilla considera que hay que proteger a los ciclistas, que son el elemento más frágil frente a un vehículo más pesado.

Ante esta postura, desde la Asociación para la Movilidad Personal Ecológica de Sevilla (Ampes), que ha asumido la representación de los usuarios de patinetes, se lamenta que la capital hispalense “es la única ciudad de España con limitación en el carril bici a 250 vatios”. Para su portavoz, Eduardo García, el problema es que el 90% ya está por encima de esa potencia, con lo que en teoría sólo pueden ir por la calzada. 

El veto a superar los 250 vatios se justifica con que así estos vehículos, que no pueden llevar sillín, no superen los 25 kilómetros por hora. Y a esto, García replica que “la limitación ya la pone el propio carril bici”, que no permite circular a más de 15 km/h. “Aquí hay sobrerregulación”, lamenta, “es como si se controlase qué modelos de coches pueden ir por una carretera u otra en función de la velocidad que pueden alcanzar”. ¿Solución? “Hay que controlar y sancionar al que no lo haga bien”.

Infraestructura golosa

En el otro lado tenemos a la asociación A Contramano, cuyo presidente, Ricardo Marqués, se felicita por la decisión municipal. “Entiendo que las asociaciones y la industria del patinete quieran ir por el carril bici, porque es una infraestructura muy golosa, pero las cosas hay que regularlas. Y eso no significa que estemos en contra de estos vehículos”, apostilla. 

¿Considera que se protege en exceso a la bici en Sevilla? “Se la protege exactamente igual que a los patinetes, las bicicletas eléctricas también tienen que ir por la calzada”, lo cual por cierto le parece “muy positivo” porque “contribuye a pacificar el tráfico”.

Marcando el camino

En cuanto al tope para ir por el carril bici, se ha fijado en 250 vatios porque es la potencia media que puede desarrollar un ciclista urbano. Y si en el resto de ciudades no existe esta cortapisa, con lo que cualquier patinete puede ir por esta plataforma reservada, es sencillamente porque “Sevilla es pionera, es la que está marcando el camino, y estamos convencidos de que al final la Dirección General de Tráfico acabará imponiendo esta limitación”. Lo mismo ocurrió, recuerda, con que no puedan llevar sillín: Sevilla lo incluyó en su normativa antes de que la DGT hiciese lo propio.

Así las cosas, el carril bici es hoy día una sucesión de personas en patinete arriesgándose a sanciones de hasta 400 euros por varios incumplimientos: exceso de potencia, ir demasiado rápido, carecer de licencia, ser menor de 15 años… Con todo, Eduardo García reconoce que “el Ayuntamiento no está haciendo una campaña de persecución, pero el día que se pongan a multar…”.