Carmona, el lugar donde se vende la “lotería del marqués de Esquilache” desde hace 258 años

Hace más de 200 años que los vecinos de Carmona pueden jugar a la Lotería porque en sus calles está la administración más antigua de España en activo. Una España que, a mediados del siglo XVIII, no llegaba a los nueve millones de habitantes y no tenía las arcas del Estado especialmente llenas, no pasaban por su mejor momento, y tampoco estaba la economía del pueblo llano como para soportar más impuestos. De modo que la corte de Carlos III comenzó a pensar en la posibilidad de que los españoles de la época aportasen “impuestos voluntarios” al país.

No era tarea fácil, y el encargo recayó en manos de Leopoldo de Gregorio y Masnata, que ha pasado a la historia como ‘el marqués de Esquilache’, y que presentó al rey una lotería que, sin saberlo, iba a ser la precursora de la actual: se llamó ‘Lotería Real’.

El marqués había rescatado la idea original del rey Felipe II, pero remozada, y la nueva lotería entró en vigor cuando se publicó el Real Decreto de 30 de septiembre de ese mismo año, en el que el monarca citaba: “He tenido por oportuno y conveniente, establecer en Madrid una lotería para que se convierta en beneficio de hospitales, hospicios y otras obras pías y públicas, en que se consumen anualmente muchos caudales de mi Real Erario”.

Solo tuvo que pasar un año para que abriese el primer despacho de venta de boletos de Lotería Real. El 28 de febrero de 1764 se le concede el permiso a Pedro de Benavente y la venta comenzó en el número 13 de la calle Vendederas de la localidad de Carmona. En 1964, pasó a la actual ubicación del número 9 de la calle San Pedro pero con el mismo permiso. A pesar del cambio de sede, como reza un cartel en la puerta del despacho, su licencia, la de ‘Virgen de Gracia’, no la supera nadie en antigüedad en todo el país, después de 258 años vendiendo los actuales décimos, los anteriores vigésimos o cualquier otra forma de sorteo que el Estado haya ido ideando.

La Administración de Valentín

Cada 21 de diciembre, el paisaje en la pequeña administración de Carmona está formado por decenas de personas haciendo cola para comprar los últimos décimos disponibles, periodistas que quieren contar la última hora del histórico establecimiento, y su gerente intentando atender a todo el mundo lo mejor posible.

A día de hoy, el postero de esta administración es Valentín Pinaglia. Hay que aclarar que, aunque el diccionario de la RAE indica que postero/a es quien ha regentado una administración de Lotería, el término se aplica también a quien la gestiona en presente, de modo que el término sirve para Valentín, aunque admite que cada vez se lo dicen menos. “Al principio éramos posteros, no loteros, porque nos apostábamos en las esquinas para vender”, aclara.

Nada más llegar elDiario.es Andalucía a la administración, Valentín está reunido con uno de sus proveedores. Está haciendo cuentas con él antes de cruzar la calle y entrar en la sucursal del BBVA en la que va a hacer un ingreso de dinero. El día es frenético en todos los sentidos para él, pero todo el mundo termina siendo atendido.

“¿Una responsabilidad para mí gestionar un lugar tan histórico? Imagínalo”, explica, mientras recuerda que él tomó las riendas del negocio hace 15 años y pertenece a la sexta generación de su familia que se encarga de esta labor. Es el heredero de Pedro de Benavente y Aranda, el primer postero de esta administración, aunque la familia del actual encargado se hizo con el negocio en 1831 por 10.000 reales de vellón.

“Los décimos viajan a todo el mundo”

No se sabe por qué, pero la fama de esta administración ha cruzado el charco, y cuando en pleno verano se informa oficialmente de que comienza la venta de los décimos del Sorteo Extraordinario de Navidad, las peticiones de boletos llegan desde todos los puntos del mundo, pero sobre todo de Suramérica: “No paran de llegarnos las peticiones desde Argentina, Perú, Colombia o Ecuador”, dice. En ocasiones son personas de estos países que visitan Carmona y van directamente a su casa, y en otras son encargos vía internet. Con todo, los alemanes se llevan la palma en Europa a la hora de reclamar la suerte del Marqués de Esquilache desde Carmona.

Aunque se trata, evidentemente, de una administración única, coincide en algo con todas las demás en la víspera del sorteo de Navidad: no hay forma de comprar un décimo que acabe en 13. En su caso, la escasez está más que justificada. No solo porque fue el número de la calle donde por primera vez se vendió lotería hace casi 260 años, sino que además, el 3 de diciembre de 1988, el 42013 dejaba en el pueblo 750 millones de las entonces pesetas colocando a esta administración en la lista de las “que dan suerte”.

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